Los oídos sordos de Felipe Calderón Hinojosa; el desdén del mandatario al Pen Club Internacional

13/05/2012 - 12:00 am

A principio de año los dirigentes del Pen Club Internacional visitaron México para encontrarse con Felipe Calderón y denunciar los asesinatos de periodistas, pero no fueron recibidos. Su presidente, el escritor canadiense John Ralston Saul, facilitó a la revista Proceso la lista de recomendaciones que pensaban entregar a las autoridades. La representante en Inglaterra, la escritora sudafricana Gillian Slovo, volvió a México en abril para participar en el Festival de Poesía y Prosa, y expresó: “Creo que es responsabilidad de todos nosotros, incluso los que no somos mexicanos, hablar de esto”, en concordancia con Ralston, quien vía telefónica señala ahora que el Pen Club “denunciará en todo el mundo las circunstancias de violencia en que viven los periodistas mexicanos”.

Por Columba Vértiz de la Fuente

Por primera vez en la historia del Pen Club Internacional, la organización de escritores más grande del mundo, su junta directiva se reunió en México a finales de enero pasado para hablar con las autoridades acerca del “gravísimo problema” de los periodistas asesinados y desaparecidos en el país. Para ello pidió una cita con Felipe Calderón. El mandatario no respondió.

El escritor canadiense John Ralston Saul, presidente del organismo, comenta que la solicitud para ver a Calderón se hizo con mucha anticipación y había contacto con su oficina.

“Con todo respeto al Estado mexicano entendemos que el presidente está muy ocupado, pero no hubo ninguna manifestación al respecto. La idea era tratar el conflicto y exponerle propuestas para frenar la guerra contra periodistas, escritores y blogueros.”

Ralston, quien conoció de cerca las guerrillas en el norte de África y el sureste asiático, ha sido testigo de la represión ejercida por gobiernos autoritarios contra los periodistas y la libertad de expresión. Aclara que el organismo que preside no tiene objetivos políticos pero considera que debe colocar esta problemática “en el centro del debate público”.

Durante su visita a México los integrantes del Pen Club Internacional se reunieron con Marcelo Ebrard, jefe del Gobierno capitalino; con José González Morfín, presidente del Senado; con Alejandro Poiré Romero, secretario de Gobernación, y con Gustavo Salas, fiscal especial para la Atención de Delitos Cometidos en contra de la Libertad de Expresión.

Jennifer Clement, presidenta del club en México; Gillian Slovo, responsable de la organización en Inglaterra, y Hori Takeaki, del Pen Club de Japón, entre otros miembros del organismo, acudieron al Senado para convencer a los legisladores de que votaran en favor de la federalización de los delitos contra periodistas. La reforma constitucional fue aprobada en marzo pasado y ahora recorre los congresos estatales.

En entrevista telefónica, Ralston Saul, autor de casi una veintena de libros y ganador de la Medalla de Honor Pablo Neruda en 2004, dice ahora a Proceso, tras conocerse los más recientes asesinatos a reporteros en Veracruz, entre ellos Regina Martínez, corresponsal de este semanario, que esa enmienda necesita la aprobación de seis estados más para que se convierta en ley.

Subraya que el Senado dio un paso adelante al aprobar esa reforma constitucional y, si bien perfectible, sus efectos pueden ser positivos. Enfatiza que los asesinatos de periodistas en Veracruz constituyen “otro ataque contra la libertad de expresión del pueblo mexicano”.

Y recomienda:

“Lo que se necesita ahora y de manera inmediata es que el gobierno y la policía mexicanos pongan alto a estos crímenes mediante la acusación y condena de aquellos que son culpables. Sin una acción legal real, los asesinatos no cesarán y la libertad de expresión continuará siendo socavada. Además este tema debería formar parte central del debate y discusiones de las próximas elecciones presidenciales de este año.”

El canadiense recuerda que el Pen Club es un organismo de gran trayectoria –tiene 90 años– y alto prestigio. Plantea que cuando identifica un conflicto “nos quedamos con él y le damos seguimiento”. Añade que al inicio de los asesinatos de periodistas en el país comenzaron a elaborar reportes:

“Entonces pensábamos: ‘Bueno, México es una democracia, una gran civilización y esto no va a durar’. Después comenzamos a ver 20, 30, 40 muertes, en fin, y nos dimos cuenta de que era un patrón que iba a seguir y que no iba a terminar. Quise venir con una delegación y demostrar de manera pública que este es uno de los asuntos que competen al Pen Club Internacional y que estamos muy preocupados. Es muy alarmante para la sociedad y catastrófico para la reputación de México en el mundo.”

 

Vademécum

El pasado 29 de enero el Pen Club reunió en La Casa Lamm a cerca de 60 escritores nacionales y extranjeros para leer textos, protestar y “alzar la voz contra la terrible situación”.

–¿Cómo ve el panorama? –se le preguntó en su hotel previamente al acto.

–A pesar de sus obligaciones constitucionales e internacionales, en México se continúan violando los derechos humanos de periodistas y escritores. Los derechos violados incluyen el derecho a la vida, así como a no ser torturado, al trabajo y a la libertad de expresión. Los crímenes cometidos contra periodistas no son investigados adecuadamente y las autoridades han fallado en eso y en sancionar efectivamente por lo menos 90% de los casos.

“A pesar de su nombre, el fiscal especial para la Atención de los Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión no tiene competencia para investigar los asesinatos ni para presentar cargos o combatir casos vinculados con organizaciones relacionadas con el narcotráfico.

“Existe una red de normas que limita la expresión y la denuncia de actos de corrupción. Catorce estados en el país mantienen leyes que criminalizan la expresión. Las normas de difamación o daño moral son utilizadas para hostigar a periodistas que revelan corrupción. El marco regulatorio obstaculiza la diversidad de medios favoreciendo la concentración.”

Ralston mostró por escrito lo que el gobierno mexicano debe hacer:

  • Asegurar que el llamado mecanismo para proteger y prevenir agresionescontra periodistas sea transparente y accesible.
  • Que cuente con personal con el conocimiento técnico y recursos adecuados, y que pueda adoptar e instrumentar decisiones vinculantes sobre la protección.
  • Asegurar investigaciones y juicios expeditos, sólidos e imparciales de todo perpetrador, que se lleven a cabo en el orden federal, y destinar los recursos necesarios que permitan lo anterior.
  • Reformar las normas y políticas que aseguren que periodistas y medios con orientación diversa puedan operar sin amenaza de una sanción legal.
  • Reformar las normas para asegurar que todos los delitos cometidos presuntamente por miembros de las fuerzas de seguridad sean investigados y juzgados por autoridades civiles.

A los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y Europa les demandan también:

  • Colocar esta situación en la agenda de política exterior, insistiendo en que se instrumenten las recomendaciones antes citadas.
  • Condicionar el futuro apoyo en materia de lucha antinarcóticos a que el gobierno tome acciones genuinas y efectivas para atender violaciones graves a los derechos humanos cometidas contra periodistas.
  • Enfrentar el consumo de drogas en sus propios países y combatir el trafico internacional de narcóticos y armas.

Ralston Saul puso las cartas sobre la mesa:

“Los políticos no deben quedarse en la palabrería, es hora de actuar. Escucho explicaciones muy complicadas sobre la diferencia entre el poder federal y estatal y las estadísticas son enormes y muy distintas también.

“Pero recuerden: Canadá es una federación, Estados Unidos es una federación, México es una federación. Todos entendemos que las federaciones son complicadas, pero cuando se tienen ya casi 100 periodistas asesinados, deben encontrar la solución rápido; no se deben demorar años debatiendo los parámetros legales y constitucionales.

“Si unos de los problemas más grandes es la corrupción que se vincula con el crimen organizado, los partidos políticos y diferentes entes de gobierno, entonces en lugar de hablar de estadísticas hagan un ataque frontal hacia la corrupción. La corrupción es mucho más importante que el crimen organizado.”

–Pero hasta la fecha no parece haber voluntad política para resolver el problema –se le planteó.

–Es un país sofisticado. Creo que mucha gente tiene la misma posición: de que la autoridad debe de actuar. No es apropiado para un país tan grande como México que se encuentre situado en el top 3 más peligroso para ejercer el periodismo en el mundo. Debe ser muy preocupante, frustrante para esas figuras públicas que quieren fortalecer a México ver que están en esta situación. Es humillante y puedo imaginar que muchos de ellos la verdad ni siquiera se lo creen, pero esta es la realidad y está empeorando.

–Hay casi cien muertes y no hay nadie en prisión…

–No es que los periodistas sean más importantes que cualquier otro ciudadano, pero la libertad de expresión es el músculo más importante de la democracia. La libertad de expresión es lo que hace la democracia, la economía no hace la democracia.

La presidente del Pen Club inglés, Gillian Slovo, quien volvió a México en abril para participar en el primer Festival Internacional de Poesía y Prosa, ve al mundo en una crisis con la justicia:

“El problema es que hay una enorme brecha entre los ricos y los pobres. Los que están haciendo dinero y que también tienen el poder hacen todo lo posible para mantener ese estatus, y veo eso en México donde los cárteles de la droga, para mantener su poder, callan a los que están hablando de lo que pasa en el país. Eso crea una gran injusticia porque los que hablan de la verdad son asesinados o se callan porque tienen miedo a lo que les pueda suceder a ellos y sus familias. Eso afecta a todos.”

La novelista y dramaturga –hija de Joe Slovo, dirigente del Partido Comunista sudafricano, y de Ruth First, periodista y activista antiapartheid asesinada en 1982 con una carta bomba– expresó a su vez que tal situación es terrible para la sociedad:

“Creo que es responsabilidad de todos nosotros, incluso los que no somos mexicanos, hablar de esto. Los extranjeros deben hablar del problema.”

Ralston Saul aseguró que el Pen Club Internacional denunciará en todo el mundo las circunstancias de violencia en que viven los periodistas mexicanos.

Y subrayó que acudieron a México 12 escritores que “representamos a miles y miles de personas y a escritores en más de cien países y no pararemos de trabajar en solidaridad en todos los idiomas para asegurarnos que la gente entienda el problema”.

–Apro

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