El Grupo integra a Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guayana, México, Panamá y Perú, y tiene por objetivo colaborar en el proceso de diálogo nacional en el país centroamericano y articular medidas de apoyo, acompañamiento y verificación.
Managua, 13 agosto (EFE).- El Presidente nicaragüense, Daniel Ortega, criticó hoy la creación del Grupo de Trabajo para Nicaragua creado por el Consejo Permanente de la OEA, que busca apoyar el diálogo nacional y contribuir a la búsqueda de soluciones a la crisis que vive el país, la más sangrienta desde los años 80.
Durante un discurso en ocasión del 38 aniversario de la Fuerza Naval, el mandatario señaló a los países que promovieron ese Grupo de Trabajo de haber asumido “una política intervencionista, injerencista” contra su Administración.
La creación del Grupo de Trabajo fue aprobada el 2 de agosto mediante una resolución, que recibió el aval de 20 de los 34 países que son miembros activos de la OEA.
El Grupo integra a Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guayana, México, Panamá y Perú, y tiene por objetivo colaborar en el proceso de diálogo nacional en el país centroamericano y articular medidas de apoyo, acompañamiento y verificación.
A juicio de Ortega, esos “Gobiernos deberían de revisar primero su casa porque tienen tantos problemas, tanto crímenes que se cometen a diario en esos pueblos hermanos, en esos países” y sus conflictos no son discutidos en el seno de la OEA.
Asimismo, consideró que esos países “han sido llamados a organizarse y a articularse por las fuerzas intervencionistas e injerencistas de Estados Unidos”.
Para Ortega, Washington está dictando la pauta y marcando las directrices en la OEA sobre la crisis nicaragüense, a pesar de que Estados Unidos no reconoce la autoridad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Además, reprochó que el Vicepresidente de EU, Mike Pence, pida a otros Gobiernos que se pronuncien sobre la situación de Nicaragua, porque “se está agrediendo a la Iglesia”, lo que tildó como “el colmo”.
Desde el pasado 18 de abril, Nicaragua está sumergida en una crisis sociopolítica que ha dejado, según diferentes organizaciones pro derechos humanos, entre 317 y 448 muertos, pero el Gobierno cifra las víctimas en 198, convirtiéndose así en la más sangrienta desde la década de los años 80.
Las protestas contra Ortega se iniciaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra