Después de una vida de crímenes que se frenó cuando se comió a su pareja, muere Gumaro de Dios, “el Caníbal”

14/09/2012 - 4:50 pm

Ciudad de México, 14 de sep – En diciembre del 2004 fue encontrado el cuerpo de hombre que había sido devorado por su compañero sentimental por una deuda no saldada y que serviría para comprar solvente para drogarse. Gumaro de Dios Arias, alias “El caníbal” de Playa del Carmen, murió de SIDA el día de ayer. Pasó sus últimos días en el Centro de Readaptación Social de Chetumal.

A los  7 años lo violó su tío. A los 18 entró al Ejército, probó drogas, apuñaló a un teniente y desertó. Violó a un sobrino, atacó a una monja y mató a un hombre a machetazos. Luego se comió a su amante. Una complicación pulmonar  ocasionada por su enfermedad inmunológica le quitó la vida a este caníbal, quien de no ser reclamado será enviado a la fosa común.

Su historia, digna de un thriller de Hollywood, ha sido publicada en algunos libros, reportajes especiales en varios países y en cortometrajes de cine y televisión.

La víctima, de nombre Raúl González “El Guacho”, fue asesinada luego de la discusión, según la descripción de “El Caníbal”. Él mismo  lo ató de los pies con una soga y lo colgó como si fuera una res en una palapa en Playa del Carmen, Quintana Roo, cerca de Mayakobá.

Luego descuartizó el cuerpo para preparar un caldo con las vísceras. En una parrilla asó el corazón, algunas costillas y un riñón, y cortó en filetes el muslo izquierdo, que cocinó con una salsa de chiles verdes, cebolla y tomate.“Sabían como a barbacoa”, ha narrado en múltiples entrevistas Gumaro de Dios Arias.

Los testículos de su amante se los comió en un caldo con chile y limones. El platillo le duró varios días.

Después de la preparación de su comida se quedó dormido y permaneció junto a los restos. Fue denunciado por vecinos de la zona y posteriormente detenido. Primero ingresó al Centro Federal de Rehabilitación Psicológica de ciudad Ayala, Morelos por orden de un juez  que le diagnosticó que era esquizofrénico paranoide. Ahí le detectaron SIDA y fue enviado de regreso a Chetumal en septiembre del 2008.

En un episodio estando en la cárcel, se cortó la oreja para comérsela. “Extrañaba el sabor de la carne humana”, dijo.

Era originario de La Azucena en Cárdenas, Tabasco. Lo llamaron Gumaro debido a la afición futbolística de su padre.

Era el mayor de once hermanos y debido a que fue violado por su tío cuando tenía siete años se volvió reservado y ausente.

Según el investigador Víctor Alós Yus, el hecho cambió su vida y preparó su camino al crimen, creció con vergüenza y dolor que rompieron su débil mente infantil.

En 1996, su padre lo persuadió de darse de alta en el Ejército y allí probó las drogas. Diversas versiones periodísticas señalan que  desertó en 1998 tras acuchillar a un teniente.

Después violó a un sobrino y atacó a una monja, por el robo de unas camisas y una grabadora estuvo un año, seis meses y nueve días, después emigró a Chetumal.

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