Pekín, 15 jun (EFE).- El Gobierno chino alertó de que va en aumento la presencia de “fuerzas enemigas internas y extranjeras que aprovechan la religión para infiltrarse en Xinjiang”, la región noroccidental del país donde hay frecuentes tensiones entre la minoría musulmana uigur y las autoridades comunistas.
Así lo aseguró el gobernador de la región, Zhang Chunxian, en una conferencia el domingo, según recoge hoy la página oficial de internet www.ts.cn, especializada en información de Xinjiang.
“Esto afecta de forma muy grave a la estabilidad de la sociedad”, advirtió Zhang, quien añadió que, “si no se resuelven esos problemas, alterarán la armonía religiosa” de la región.
Pekín ha denunciado en ocasiones que la inestabilidad en Xinjiang se ve acentuada por la influencia de grupos yihadistas extranjeros, y el propio Zhang aseguró en una comparecencia en marzo pasado ante el Legislativo nacional que varios grupos de presuntos terroristas que se unieron al grupo Estado Islámico (EI) y han regresado a China han sido detenidos en este país.
Además, el diario oficialista Global Times reveló en diciembre que alrededor de 300 ciudadanos chinos combatían en las filas del EI en Irak y Siria, y poco antes afirmó que la organización asesinó a tres de ellos, de etnia uigur, por intentar desertar del grupo yihadista.
Xinjiang es, junto a Tíbet, uno de los puntos calientes de China, tras décadas de conflictos entre los uigures y la etnia mayoritaria han, lo que el Gobierno chino considera culpa de las ansias separatistas de los primeros, y éstos denuncian como consecuencia de una opresión sistematizada por parte del régimen.
Grupos uigures en el exilio niegan también la existencia de grupos terroristas en la región como el Movimiento del Turquestán Oriental (ETIM, siglas en inglés), al que Pekín ha solido atribuir algunos atentados ocurridos tanto en Xinjiang como en el resto del país, si bien no consta que el grupo los reclame.
