México

Combaten comida chatarra

¿Qué son las redes alimentarias alternativas? Comunidades promueven comida saludable

17/04/2024 - 8:19 pm

Las redes alimentarias alternativas son iniciativas ciudadanas que acercan a las y los consumidores con las personas productoras de alimentos saludables y locales. El Colectivo Zacahuitzco y la organización El Poder del Consumidor destacan que sumarse a estas redes es una manera de enfrentar el sistema alimentario actual, donde se prioriza el consumo de alimentos chatarra.

Ciudad de México, 17 de abril (SinEmbargo).– En México existen al menos 38 redes alimentarias alternativas en las que consumidores y productores se articulan para lograr sistemas de alimentación locales y sostenibles, esto como respuesta al modelo actual, donde la comida chatarra ha desplazado las dietas tradicionales.

“Con estas iniciativas podemos lograr que las grandes industrias dejen de dictar la manera en la que vamos a comer, los cuerpos que vamos a tener y la manera en la que pensamos a nuestro planeta”, dijo Dulce Espinosa de la Mora, socia fundadora del Colectivo Zacahuitzco, en entrevista para el programa En Defensa del Consumidor, transmitido cada martes desde el canal Estudio B, de SinEmbargo.

La académica explicó que las redes alimentarias alternativas, que se caracterizan por vincular directamente a la ciudadanía con las y los productores, surgieron desde la década de 1950 en países como Japón, siguieron en Europa, y posteriormente en el continente americano. En México, detalló, se tienen registros de una de estas redes en Guadalajara, Jalisco, desde hace 20 años.

En 2020, el Colectivo Zacahuitzco, la Cooperativa de Consumo La Imposible, el Mercado Alternativo de Tlalpan; el Tianguis Alternativo de Puebla, el Tianguis Agroecológico de Xalapa, la Red Socioambiental Amealco y el Grupo Alimento Sano realizaron junto a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) un mapa de las redes alimentarias alternativas que existen en México donde encontraron 38 distribuidas en distintos estados.

El mapa de Redes Alimentarias Alternativas realizado por la Conabio. Foto: Especial.

Actualmente el Centro de Investigaciones en Estudios Superiores en Antropología Social y la Universidad Veracruzana realizan mapeos para dar a conocer dónde se ubican estas redes que tienen entre sus objetivos lograr la soberanía alimentaria.

Algunos productos que las personas pueden encontrar en la Reda, una red alimentaria alternativa. Foto: redesalimentariasecosolidarias.org.mx

“Nuestro sistema productivo es agroecológico, esto quiere decir que no pagamos para tener permisos, para producir de determinadas maneras y entonces tener sellos verdes o sellos que permitan que los productos de campesinos se vendan más caros. Nosotros tenemos certificaciones participativas, no todas las iniciativas que pareciese que podrían ser redes alimentarias alternativas tienen estas características”, expuso Espinosa de la Mora.

La docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detalló que estas redes se conforman con productores que promuevan un manejo de los recursos naturales sostenible en el tiempo, por lo que esta manera de obtener alimentos cuida al medio ambiente y trae beneficios importantes a las y los consumidores.

“Accedemos a comida saludable, sin agrotóxicos, poco empaquetada, de cercanía Eso quiere decir que son productos muy frescos y también que conocemos, que sabemos cómo preparar, cómo cocinar porque culturalmente nos son muy cercanos. También nos preocupa el campo, los productores. Nos interesa apoyar de manera directa todos estos sistemas locales productivos con nuestra compra”, mencionó.

El Colectivo Zacahuitzco al que pertenece Dulce Espinosa es un ejemplo de ello, pues tiene como idea central abastecer alimentos básicos no transgénicos, ni con químicos adquiridos cultivados por pequeños productores de la Ciudad de México, estos son comercializados en Mawí, la tienda que el colectivo creó.

“[Las redes alimentarias alternativas] tienen muchas formas de organizarse, pueden ser tianguis, tiendas, pueden ser un grupo de consumidores que compran directamente a pequeños productores a través de las denominadas canastas verdes; pueden también vincularse en torno a una plaza pública. Son muchas las formas en las que nos organizamos, no hay una receta, depende del grupo que quiera garantizarse a sí mismo el derecho a una alimentación suficiente, saludable y diversa”, explicó la académica.

Espinosa de la Mora reconoció que después de la pandemia por COVID-19 más personas mostraron interés por sumarse a redes alimentarias alternativas ya que enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el sobrepeso fueron factores de riesgo para quienes se contagiaron.

La discusión sigue siendo importante porque tanto la sociedad civil como la Organización Mundial de la Salud han alertado que consumir en exceso comestibles ultraprocesados –conocidos como comida chatarra– hace más factible enfermar, por ejemplo, de diabetes.

En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, el porcentaje de adultos de 20 años y más con sobrepeso y obesidad en el país ea de 75.2 por ciento, 39.1 por ciento tenía sobrepeso y el 36.1 por ciento, obesidad.

La misma encuesta señala que hasta el 2018, el porcentaje de la población de 20 años y más con diagnóstico médico previo de diabetes fue de 8.6 millones de personas en México, mientras que 15.2 millones de personas en el país de 20 años y más recibieron un diagnóstico médico previo de hipertensión.

Además, cifras preliminares de las Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que de enero a junio de 2023 la primer causa de muerte en México fueron las enfermedades del corazón, con 97 mil 187 casos; la segunda causa de defunciones fue la diabetes mellitus, con 55 mil 885 casos; y las causadas por tumores malignos, con 45 409 casos.

Del total de personas que murieron por enfermedades del corazón, 51 mil 184 fueron hombres y 45 mil 995 mujeres; de todas las muertes a causa de la diabetes mellitus, 27 mil 469 fueron hombres y 28 mil 415 mujeres; y del total de personas que murieron por tumores malignos, 21 mil 529 fueron hombres y 23 mil 880 mujeres, según datos publicadas por las EDR el 24 de enero.

Ante este panorama, El Poder del Consumidor llamó a repensar la manera en la que nos alimentamos, por ejemplo, al tomar conciencia de dónde vienen los productos que consumimos.

“Comer y cocinar son actos políticos que conllevan decisiones, elecciones y una responsabilidad social que atraviesa todo el sistema alimentario, desde la tierra a la mesa. No debemos confiar algo tan importante como nuestra alimentación a las  grandes corporaciones agroindustriales, ni a las de la industria de la comida chatarra y bebidas azucaradas”, señaló la organización.

Por su parte, Dulce Espinosa invitó a la ciudadanía a acercarse a alguna red alimentaria alternativa y ser conscientes del derecho que tienen a una  alimentación saludable.

“Esto implica cambios profundos en la vida de las personas, la toma de decisiones de a quién le compro,  cuánto le compro, dónde le compro. Es replantearnos los estilos de vida, no es lo mismo uno que pretende un acercamiento directo con el productor a un estilo de vida que no le interesa en lo absoluto de dónde proviene su alimento, si tiene nutrientes, no le interesa el medio ambiente u otros grupos socioeconómicos que no la están pasando nada bien debido a un sistema voraz en el que lo que importa es vender sin importar qué hay detrás de todo eso”.

Montserrat Antúnez
Periodista. Comprometida con comunicar temas sobre acceso a la justicia y derechos humanos. Trabaja por un periodismo con perspectiva de género y que respete la dignidad de las personas.
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