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Gerardo Grande

18/06/2016 - 12:00 am

Hablemos de Bob Kaufman

Hablemos del poeta beatnik menos conocido. Robert Garnell Kaufman nació en abril de 1925 en las periferias de la vida tranquila y en paz. Desde sus años de juventud decidió tomar el camino de la vagancia y la poesía de carne y hueso.

Bob Kaufman. Foto: Internet
Bob Kaufman. Foto: Internet

Hablemos de Bob Kaufman. Hablemos del poeta beatnik menos conocido. Robert Garnell Kaufman nació en abril de 1925 en las periferias de la vida tranquila y en paz. Desde sus años de juventud decidió tomar el camino de la vagancia y la poesía de carne y hueso. Bob quiso revivir la llama de la poesía oral. Cuentan los escritores cercanos a este personaje que esperaba los semáforos en rojo para ir de auto en auto diciendo sus poemas de memoria. Sus maneras siempre le causaron conflictos con la policía, aunque hay que decir que, tristemente, estos problemas tomaban fuerza cuando la policía se enteraba que quien gritaba poesía en medio de los coches era un joven de raza negra. En San Francisco, recibió numerosas golpizas y fue acosado por la policía. Después emigró a Nueva York y fue en esta ciudad donde encontró la pobreza, la adicción y el encarcelamiento. Casi no escribió sus poemas y si el día de hoy podemos disfrutar de estos impresos es por su esposa Eileen Singe, que se dio a la tarea de escribir los versos de Bob y así, generar un compendio de textos para publicar. Era el año de 1940 en Nueva York cuando Kaufman conoce a Burroughs y Ginsberg. En seguida compartieron la postura ante el mundo; su gusto por el jazz y las largas caminatas nocturnas. Se expandían por el cielo. Fueron años de exploración rítmica, de acercamiento al budismo y de vivir sus escritos. En 1959, junto con Ginsberg y AD Winans, entre otros, fundó la revista beatitud. Esta publicación es de lo más cercano que tuvo en cuanto a objetos impresos. Puede ser que Bob Kaufman fue el que más cerca estuvo a las improvisaciones propias del jazz; objetivo que tanto buscaron estos escritores. Digo esto no sólo por la forma de sus poemas y su ritmo; también por el concepto general de los escritos, Incluso por la idea primigenia de improvisar el poema, hacerlo oral, que naciera y se perdiera en ese momento. Raymond Foye dice sobre la poesía de Kaufman “logró adaptar las complejidades armónicas y la invención espontánea del bebop o incluso del free jazz a la euforia poética”.

La dura vida de nuestro personaje lo llevó a tomar un voto budista que consistió en guardar silencio absoluto desde la muerte de John Fitzgerald Kennedy hasta el final de la guerra de Vietnam. En seguida de cumplir su voto, cuenta la leyenda que lo primero que dijo fue su poema “Todos los barcos que nunca zarparon”. Es poco el material impreso y traducido que se puede encontrar de Kaufman; pero ese escaso material vale para “pasar la noche con una chica jazz”, cantando en voz alta los versos del poeta libre.

Gerardo Grande
Gerardo Grande (Ciudad de México, 1991). Poeta. Publicó La edad atómica (La Bella Varsovia, Córdoba, España, 2014), Fiesta brava (Neutrinos, Entre Ríos, Argentina, 2015), Seguir (Eloísa Cartonera, Buenos Aires, Argentina, 2016). Es co-compilador de Astronave, panorámica de poesía mexicana 1985-1993 (UANL-UNAM, México, 2015).

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