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El polo norte magnético de la Tierra se mueve a Rusia y los científicos aún no se explican el por qué

19/12/2019 - 11:10 am

A diferencia de sus polos geográficos, los polos magnéticos de la Tierra que sirven de base para nuestra navegación se mueven activamente.

Ciudad de México, de diciembre (La Opinión).– El polo norte magnético se ha estado moviendo lentamente a través del Ártico canadiense hacia Rusia desde 1831, pero su rápido ritmo hacia Siberia en los últimos años, a un ritmo de alrededor de 34 millas por año, ha obligado a los científicos a actualizar el Modelo Magnético Mundial, utilizado por los sistemas de navegación civil, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los ejércitos estadounidense y británico, un año antes de lo previsto, reporta CNN.

El Modelo Magnético Mundial 2020 pronostica que el polo continuará en su camino hacia Rusia, pero ahora la velocidad está disminuyendo lentamente a aproximadamente 24.8 millas por hora. Desde su descubrimiento en 1831, el polo ha recorrido mil 400 millas.

La siguiente animación, creada por los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI), de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), muestra los cambios en la ubicación de declinación y el “vagabundeo” del Polo Norte Magnético en los últimos 50 años. Observe cómo convergen las líneas isogónicas (en verde) en el Polo.

El campo magnético invierte su polaridad cada varios cientos de miles de años, cuando el polo norte magnético reside en el Polo Sur geográfico. La última reversión tuvo lugar hace 770 mil años.

Gráfico del movimiento del polo magnético. Foto: NCEI/NOAA

En un nuevo estudio, los investigadores descubrieron que la última inversión de campo tardó 22 mil años en completarse, mucho más de lo anticipado o esperado.

El campo magnético de nuestro planeta es creado por una interacción entre el núcleo externo de hierro líquido que gira alrededor del núcleo interno sólido. Cuando ocurre una inversión, el campo magnético normalmente fuerte se debilita.

La formación rocosa actúa como una forma de rastrear los cambios en el campo magnético. Los flujos de lava y los sedimentos registran el estado del campo magnético, marcando cuándo se crearon.

Los geólogos pueden usar las muestras como piezas de un rompecabezas, reconstruyendo la historia del campo magnético. El récord se remonta a millones de años, pero es más claro cuando se observa la última reversión.

Si ocurriera una inversión durante nuestra vida, podría afectar la navegación, los satélites y las comunicaciones. Sin embargo, los investigadores creen que tendríamos generaciones para adaptarnos, durante largos períodos de inestabilidad en el campo magnético.

“He estado trabajando en este problema durante 25 años”, dijo Singer. “Y ahora tenemos un registro más rico y mejor fechado de este último cambio que nunca antes”.

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