ENTREVISTA | La impunidad en México está ya fuera de control, dice Saúl Hernández

20/03/2016 - 7:30 am
La música es una herramienta de cambio muy poderosa , dice Saúl. Foto: Cortesía
La música es una herramienta de cambio muy poderosa , dice Saúl. Foto: Cortesía

El Caifán Mayor protagoniza una gira por los Estados Unidos, en cuyo marco ofrecerá el próximo 30 de abril un concierto en el Foro Alicia, acompañado por Bernardo Ron en la guitarra, Marco Rentería en el bajo y Gustavo Nandayapa en la batería

Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).– Entre el 2014 y el 2015, la labor extramusical de Saúl Hernández no tuvo descanso. Preocupado por la realidad de su país y comprometido con la idea de un futuro mejor para él y sus compatriotas, no dudó en pronunciarse fuertemente contra la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

El líder de Caifanes también se comprometió como vocero de Amnistía International (AI), la legendaria organización de derechos humanos que inauguró una oficina regional en nuestro país.

En los principios del 2016, presto a iniciar una gira de varios conciertos principalmente en los Estados Unidos y en cuyo marco ofrecerá también un concierto en el Alicia el próximo 30 de abril, la preocupación por México no ha cambiado para el Caifán mayor, tanto así que no duda en afirmar que la impunidad en nuestro país no tiene control.

En entrevista con SinEmbargo, el músico habla de música, habla de política y de su proyecto en solitario, expresado en el disco de nuevas canciones que diera a conocer en 2014 y cuyo título, Mortal, también le da nombre a la gira en la que está inmerso.

–Dicen Wayne Shorter y Herbie Hancock en su carta abierta a los músicos de las nuevas generaciones que la música puede ser un vehículo para construir la paz. ¿Te provoca alguna reflexión?

–Creo que la música siempre ha sido un puente que ha sido parte de la conciencia desde hace muchos años. La música es una herramienta de cambio muy poderosa y estoy totalmente de acuerdo con ellos. Incluso músicos de renombre han luchado contra la violencia creando escuela para los chicos, para que se hagan pacifistas, para que dejen las armas y tomen los tambores.

–Murieron Keith Emerson, David Bowie, José Luis Domínguez, uno se queda muy desnudo cuando muere un músico…

–Comparto tu comentario y lo tomo muy a pecho porque no tuve una escuela técnica, he ido aprendiendo conforme descubrías la música. Gente como la que mencionas se vuelven tus maestros. Definitivamente han sido grandes maestros. Cuando te enteras de que mueren siempre te sientes abandonado, solo, triste, pero entras tú en ese camino, el siguiente paso somos los que estamos aquí, siguiendo de alguna manera eso que ellos empezaron.

–¿Fuiste amigo del guitarrista y docente José Luis Domínguez?

–Sí, cómo no. Lo conocí cuando tocaba en Arpía con Cecilia Toussaint y siempre fue una persona con un gran corazón, muy divertido, con un gran sentido del humor. Siempre platicábamos brevemente después de los conciertos, su actitud fue abrir caminos, compartir lo que aprendió, de alguna manera su necesidad de que los músicos estuviésemos preparados estaba muy latente en él.

–¿Te gusta hacer giras?

–Sí, claro.

–¿Y te preparas como los deportistas, con un gran entrenamiento antes de salir al ruedo?

–Necesito hacer mucho ejercicio, para poder aguantar los conciertos que a veces llegan a durar tres horas. El ejercicio me ayuda a cantar mejor. Nado para estar en forma y soy bastante disciplinado en ese sentido. Estudio las canciones, me gusta cambiar las versiones, son bienvenidas las ideas de mi grupo en torno a las canciones que pueden hacerse igual como las grabamos o darles algo fresco, distinto, si es que nace la intención de cambio. La gira abre un espacio creativo para poder improvisar, cambiar, renovar temas, inclusive formas de tocarlos. Con Bernardo Ron en la guitarra, Marco Rentería en el bajo y Gustavo Nandayapa en la batería hemos logrado concretar un sonido que ha calado profundamente en la gente. Las canciones del reciente disco no cambian mucho, están más “frescas”, entre comillas, pero las que compuse para Caifanes o Jaguares sí las tratamos de diferente manera, según el caso. Es como un reto, pensar si una canción llegó a un determinado nivel, cómo la podemos hacer para que llegue al siguiente nivel.

La gira abre un espacio creativo para poder improvisar, cambiar, renovar temas, inclusive formas de tocarlos. Foto: Cortesía Biko Récords /Olga Laris
La gira abre un espacio creativo para poder improvisar, cambiar, renovar temas, inclusive formas de tocarlos. Foto: Cortesía Biko Récords /Olga Laris

–¿Y en cuanto a los públicos, te pone más nervioso el de los Estados Unidos o el de México?

–Cuando estás en el escenario y miras al frente, todo es lo mismo para mí. No hay distancias ni fronteras. Lo que sí puedes encontrar es una búsqueda de identidad más fuerte cuando cantas en los Estados Unidos. La gente añora su país, hay una búsqueda más clara de esa identidad. Pero a nivel emotividad, es lo mismo. Son grandes conciertos y me pone tan nervioso tocar en el Foro Alicia como en el Foro Sol.

–Fue muy celebrada tu participación con Los Ángeles Azules.

–Sí, fue algo sorprendente. Me habló Camilo Lara para decirme que podía entrar en su proyecto. Elegí “Entrega de amor”. Los escucho desde hace mucho, crecí en la Colonia Guerrero, donde la cumbia es el género más fuerte. Los escuchas por inercia, vas caminando por la calle y los escuchas a la fuerza. La canción me llevó a mi infancia, a la adolescencia, agradezco que me hayan invitado, fue algo muy agradable. Yo estaba en los Estados Unidos, me mandaron la mezcla y decidí cantarla en forma muy personal, en el coro hice un par de coros tipo Beatles, a la George Martin, doblar las voces en el mismo tono. Aprendí mucho estando con ellos, valió la pena, sentir el sonido que expresan en el escenario, me ayudó mucho para aterrizar muchas cosas musicalmente hablando, esa cadencia particular en este tipo de cumbia, donde el tiempo lo van echando como para atrás.

–Lo que no pudieron prever ni tú ni Los Ángeles Azules es el enorme éxito que tuvo la canción.

–Bueno, nunca lo imaginamos. Lo hice con mucho cariño y respeto y con un gusto por compartir la música. Lo que salió fue bueno, les mando un abrazo y mucha suerte.

–¿Qué esperas después de la gira?

–Siempre me pasa cuando termino una gira es que me vienen ganas de iniciar pronto el nuevo proyecto. Quiero siempre empezar de nuevo, ver la manera de entrar al estudio con otro disco en solitario. La gira es ese momento que te ayuda a cerrar un ciclo y empezar otro.

–En los años recientes estuviste comprometido con la situación política de nuestro país, ¿sigues en esa línea?

–Todo lo hago por un dolor interno, veo el 2016 muy complicado, sobre todo porque el gobierno niega las cartas de los derechos humanos, las investigaciones, y eso muestra que el camino se está cerrando. Que este abismo que existe entre el Estado y la sociedad es cada vez más grande. No está funcionando el trabajo de investigación, de concientización, cuando el Gobierno dice que todo está bien. No es cierto, nada está bien. Estamos en graves problemas y el 2016 va a ser un año muy confrontativo en este sentido.

Los organismos de derechos humanos, la oficina de Amnistía Internacional en México, han hecho un trabajo muy duro, pues hay muchas cosas en México que pintan un panorama muy golpeado, los periodistas son asesinados, perseguidos, siguen desapareciendo muchos jóvenes, crecen las cifras de feminicidios, la impunidad no tiene control, creo que es un ejercicio que tenemos que tomar todos como sociedad, hacer una reflexión y entender que los cambios inician por nosotros mismos. Tenemos que retomar muchos valores perdidos, para recuperar el camino perdido.

El Gobierno piensa que el tiempo va a borrarle la memoria y el dolor al pueblo, eso es una estupidez. El Gobierno de México debería asumir su responsabilidad en todo esto, entrar en una dinámica más sensible, honesta y de recuperación de credibilidad. No creo en nuestro Gobierno, ni en los partidos políticos, ni en ninguna institución. La corrupción no tiene límites, cuando no es un Gobernador es un Presidente Municipal o un Senador, es ridículo, realmente. Es horrible ver cómo se van de su puesto siendo millonarios y ahí entra una cuestión de educación, la gente del Gobierno es general muy ignorante, no se preocupan por acercarse a la gente y el día en que alguien lo haga, será un político que podrá cambiar muchas cosas. Es muy difícil que un político quiera ser honesto porque de ese modo lo sacarían del equipo, pero no podemos perder la esperanza, quiero creer que en algún momento habrá brotes de cambio. De alguna manera lo estamos viendo con algunos políticos independientes, aunque se trate de un ejercicio muy prematuro, incipiente.

La gira. Foto: Especial
La gira. Foto: Especial

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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