Author image

Jorge Alberto Gudiño Hernández

25/05/2019 - 12:05 am

Ciertas formas de robo

Desconozco las causas que defienden quienes toman las casetas. De cualquier modo, están robando tanto a los automovilistas como a las autoridades.

Desconozco las causas que defienden quienes toman las casetas. De cualquier modo, están robando tanto a los automovilistas como a las autoridades. Foto: Cuartoscuro

Tengo algunos amigos que viven en Morelos así que, cada tanto, durante los periodos vacacionales o los puentes, nos tomamos algunos días para visitarlos. Durante los pasados meses, tuvimos oportunidad de ir a Cuernavaca y a Tepoztlán tres fines de semana seguidos. La escena se repitió en las tres ocasiones: alguna de las casetas de peaje estaba tomada por sujetos con cubrebocas. Habían desabilitado el cobro normal. A cambio, exigían una cuota de la mitad del costo, en efectivo, en sus manos.

Le he preguntado a quienes ocupan esas rutas con mayor frecuencia que yo. Al parecer, es un comportamiento habitual. Sobre todo, en los periodos de mayor tránsito vehicular. Así, cuando son vacaciones, esos veinte o treinta vacacionistas que salen de la ciudad cada minuto se ven obligados a “cooperar” con una causa que no queda del todo clara. A veces reparten papeles de propaganda; otras, se limitan a sostener cartulinas con la cuota y agradecer por dicha cooperación. La cantidad de dinero que deben obtener en un buen día es alta, muy alta.

Los problemas que de esto derivan son variados. Ignoro, por ejemplo, si el consabido seguro que se incluye en el pago del peaje esté vigente cuando uno circula sin haberlo hecho. Me queda claro, en cambio, que el destino de esos recursos va a parar a otro sitio del presupuestado. Ya sea para arreglar las autopistas, ya para pagar los sueldos de todas las personas que trabajan en esas rutas.

Lo más llamativo es que, al otro lado de las casetas, suelen estar paradas patrullas de diversos tipos. Me dicen que es para evitar conflictos mayores, actos de violencia o similares. En otras palabras, la autoridad vela para que estos despojos al erario funcionen de forma tersa.

Desconozco las causas que defienden quienes toman las casetas. De cualquier modo, están robando tanto a los automovilistas como a las autoridades. El contraejemplo es simple: he visto a policías deteniendo a alguna persona que decide saltarse los torniquetes para entrar al Metro, incluso con lujo de violencia. Es probable que las razones sean justas a la hora de tomar una caseta. Sin embargo, resulta un tanto ridículo que se permitan estos lances.

Si uno de nosotros decide no pagar la tenencia vehicular con el argumento de que hay baches en la calle y encharcamientos, se mete en un problema que le impedirá transitar más temprano que tarde. Quien no pague la electricidad que consume porque los vaivenes de voltaje han dañado a alguno de sus equipos electrónicos, se quedará a oscuras a los pocos días. El valiente que decida no presentar su declaración anual de impuestos, verá que el acoso hacendario puede ser terrorífico. Y eso, sin hablar de robos directos: como un fantasioso grupo de personas que, alegando una causa justa, decida entrar a robar las medicinas para pacientes crónicos u otros que, inconformes por las tasas de desempleo, decidan “tomar” ilegalmente, el dinero de los bancos. Sólo pensarlo genera una sonrisa de ingenuidad. Más, si se suma a la idea la imagen de media decena de patrullas garantizando la seguridad de los cuentahabientes sin detener la sustracción de dinero.

De ahí que resulte ridículo el permiso que se les da a quienes toman las casetas. No es un asunto de causas sino de estado de derecho. Eso sí, siempre habrá quien celebre estas tomas porque el viaje le costará menos. De cualquier modo, sigue siendo un robo que deja un precedente pernicioso: si se argumenta una causa, sin son suficientes los integrantes del grupo, si evitarlo tiene visos de represión, entonces el robo no sólo estará justificado sino que habrá autoridades que lo permitan. Es tan ridículo como preocupante.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video