Parque de Caracas, alternativa ante el ajetreo de la ciudad

25/10/2014 - 2:22 pm

Caracas, 25 Oct (Notimex).- El Parque Nacional Waraira Repano (nombrado popularmente El Ávila) se ha transformado en un espacio donde los habitantes de esta ciudad pueden escapar del ajetreo diario, hacer ejercicio y entrar en contacto con la naturaleza.

Conocido como “La Sultana de Caracas” o “El Pulmón de Caracas”, este parque nacional se ha transformado en una parte esencial del imaginario colectivo de los caraqueños agobiados por el tránsito de vehículos, el cemento y los ruidos urbanos.

“Yo vengo a veces cuando encuentro un rato libre para despejar la mente, escapar de la agitación de Caracas, pero es difícil porque en la semana trabajo y los fines está demasiado full (lleno)”, dijo Andreína Lameda, una ingeniera de profesión.

Entre 1778 y 2011 este parque era conocido como Cerro El Ávila, nombre tomado del hacendado Juan Antonio Ávila, quien era dueño de unos terrenos en el cerro que coronaba la Caracas aldeana de la colonia.

El Ávila fue reconocido como parque nacional en 1958 por el gobierno venezolano, y en 1974, durante la primera Presidencia de Carlos Andrés Pérez, se extendió el área protegida hasta las actuales 85 mil hectáreas.

Sin embargo, durante 2011 el entonces presidente Hugo Chávez (1999-2013) decidió cambiar el nombre de parque nacional a Waraira Repano, como lo llamaban los indígenas caribes que habitaban la región antes de la llegada de los españoles.

Waraira Repano se puede traducir como “lugar de las dantas” debido a la gran cantidad de estos mamíferos que habitaban la montaña, en la que también eran comunes los jaguares, pero la actividad humana eventualmente llevó a su desaparición.

“Me encanta subir El Ávila, lo hago cada vez que puedo porque es un buen ejercicio, es gratis y relajante. Algunas veces, subo con mis panas (amigos) hasta el pico Naiguatá”, señala Mario Boada, un estudiante de 19 años de edad.

La subida al Naiguatá, a 2765 metros sobre el nivel del mar, es para muchos la manera de coronar la escalada, ya que en la cima se puede ver a un lado Caracas y al otro el Caribe, que baña el litoral al norte de la ciudad.

Una de las cosas que más disfrutan sus visitantes es la variedad de recorridos, que van desde una subida de media hora a la estación Sabas Nieves, hasta pasar el día completo o acampar de noche en la subida hasta el pico Naiguatá.

Otra de las experiencias a disfrutar es subir la montaña usando el teleférico, de tal manera que se puede llegar hasta el Hotel Humboldt, a 2140 metros sobre el nivel del mar, donde se puede degustar una buena comida o una velada romántica.

En la Caracas actual, asediada por la inseguridad, el comercio informal, el tráfico o las protestas, El Ávila o Waraira Repano emerge como una alternativa para aquellos que son amigos del ejercicio al aire libre.

en Sinembargo al Aire

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