Todos somos ciudadanos del mundo… según el ADN (VIDEOS)

25/10/2016 - 1:00 pm

¿Qué tan seguro estás de ser 100 por ciento mexicano? ¿Qué tanto te define la nacionalidad? De acuerdo con tu ADN, podría ser poco. Un proyecto de Ancestry y Momondo da testimonio del hecho de que en los genes de las personas hay mezclas que nos relacionan con otras culturas, con otras civilizaciones, ya que lejos de ser definidos por una nacionalidad, antes somos ciudadanos del mundo. En definitiva, si genéticamente no somos tan diferentes y si nuestras diferencias no son en realidad tan grandes, ¿por qué nos esforzamos por dividirnos cuando la diversidad podría ser la clave para comprender nuestras similitudes?

Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).- Aurelie es una mujer francesa que vive en Londres, Inglaterra, y quien si tuviera que elegir otra nacionalidad que la suya sería italiana o inglesa. Según ella su historia es “aburrida” ya que sólo tiene ascendencia franca, “nada más”.

Tras realizarse una prueba de ADN y luego de dos semanas de espera, Aurelie sabía la verdad y rompía en lágrimas de la emoción. Resultó ser 32 por ciento británica, 31 por ciento itálico-griega, 17 por ciento irlandesa, 14 por ciento hispano-portuguesa, 3 por ciento alemana, y 1 por ciento de otras tres regiones del mundo, respectivamente.

Su respuesta: “esta no soy yo […] no hay nada francés […]. En realidad estoy feliz, porque vivo en Londres y nunca me sentí verdaderamente en casa en mi propio país, en Francia. Es casi como si mis genes supieran más que yo [a qué nacionalidad pertenezco]”.

Como la historia de Aurelie existen muchas más, sólo que no todas pertenecen a esta serie de testimonios que forman parte de una propuesta destinada a abrirle los ojos al mundo, en donde existen razones de más para separarnos, siendo que también existen razones para reunirnos, sólo que a veces nos resulta difícil avistarlas y reconocerlas.

Ancestry, una empresa especializada en identificar el origen genético de las personas, y Momondo, una agencia de viajes en línea, realizaron un proyecto llamado “Let’s Open Our World”, mismo que consistió en invitar a 67 personas de todo el mundo para encontrar sus orígenes raciales por medio de una prueba de ADN.

En un esfuerzo por celebrar la diversidad étnica y por concientizar a las personas acerca de lo mucho que tenemos en común, a pesar de las diferencias raciales, de género, credo, nacionalidad, entre otras, Ancestry y Momondo mostraron a los participantes que su material genético los hace más ciudadanos del mundo de lo que ellos pensaban.

Por medio de una serie de videos publicados en Youtube, ambas empresas nos muestran el testimonio de varias personas como Aurelie, quienes sorprendidas de tener sangre de países que nunca imaginaron, se mostraron emocionadas y ávidas por conocer las tierras que les dieron ascendencia y que hasta entonces en nada se relacionaban con ellas.

De este modo, el esfuerzo de las compañías se concentra en un ideal: si todos somos mezcla de algo que llamamos Humanidad, ¿en qué nos diferenciamos? Y la respuesta es sencilla: en casi nada, ya que como lo demuestra el ADN, todos compartimos genes, cierto, en diferentes proporciones y de diferentes regiones del mundo, aunque nadie se mantiene ajeno del resto, por lo que en esencia estamos hermanados… sólo que solemos obviar nuestros lazos.

En palabras de los creadores del proyecto, “Let’s Open Our World es una invitación para viajar a través de límites, aceptar nuestras diferencias y abrir nuestro mundo”. Por ello, Momondo invita a todas las personas a viajar, a conocer gente y experimentar culturas y religiones, ya que según lo explica, “cuando experimentamos algo diferente, comenzamos a ver las cosas de modo diferente”.

A continuación otros de los testimonios:

Yanina nació en Rusia, cuando todavía era la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1922-1991). El 65 por ciento de sus ancestros provienen del Este de Europa, 17 por ciento de Finlandia y Rusia, 4 por ciento de China y Japón, 3 por ciento de Irlanda, 2 por ciento de América (nativo americano), entre otros.

Atónita de sus raíces asiáticas, dijo que estar próxima a viajar a Asia. Y lo más significativo: a sabiendas de sus raíces nativo americanas, sólo pudo expresar “alguien hizo un largo viaje de América a Rusia […]. Quizá exista un lazo mucho más fuerte entre América y Rusia de lo que pudiéramos pensar”.

Carlos, quien según él tiene sangre 100 por ciento cubana, no puede parar de llorar. Es 22 por ciento español-portugués, 17 por ciento nativo americano, 16 por ciento del sureste africano, 12 por ciento ítalo-griego, 8 por ciento nigeriano, 8 por ciento inglés, 3 por ciento senegalés, 3 por ciento ghanés, además de tener sangre de países africanos como Togo y Mali, de Medio Oriente, del Este de Europa y Escandinavia, como también de Melanisia (Australia).

En ese sentido, el “100 por ciento cubano” resultó ser una de las personas analizadas con más diversidad genética. Será un largo recorrido para Carlos… de ser que quiera visitar las tierras de sus orígenes.

Ellaha es de Kurdistán en Irán, una refugiada política que llegó a los seis años de edad a Inglaterra. Ella dice que no tiene un país aunque tiene familiares, y que es difícil la situación de gente como ella, cuyos países son criticados y asediados por el conflicto.

Con resultado en mano Ellaha, quien esperaba darse cuenta de que “todos somos iguales”, se da cuenta de que no pertenece a un país sino a varios: Irán y Turquía (77 por ciento), Israel y Europa, entre otros.

Ella dice que no puede decir que es Kurda (de una región turca), por el tema político, situación que le duele. Pero su mayor sorpresa fue darse cuenta de que en ese mismo país, Inglaterra, y en ese mismo cuarto en el que estaba, tenía un primo al que no conocía.

La emoción: inefable, líquida aún. Ellaha y su nuevo primo comparten en un 99.96 por ciento un antepasado genético que data de entre 150 y 225 años atrás.

en Sinembargo al Aire

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