México, 25 Dic. (Notimex).- Producto de la cascada de reflexiones durante la reunión de 20 escritores en el Palacio de Bellas Artes, en noviembre de 2012, con motivo del centenario del natalicio del poeta y ensayista cubano José Lezama Lima, acaba de aparecer en el mercado editorial “Curso délfico”.
La obra, que constituye un testimonio de la manera en que se lee a Lezama Lima en México, es eco de aquella reunión con motivo del centenario del autor, donde se reconoció, entre otras cosas, la enorme importancia de su obra monumental, la atípica novela “Paradiso”.
Para entender el libro hay que recordar que para Lezama Lima la noción de “Curso délfico” representaba una postura sibarita ante la vida: El buen gusto al comer y al leer. Una actitud gracias a la cual “cada libro debe ser una forma de revelación”, como lo escribió él mismo en su novela “Oppiano Licario”.
Esta nueva obra reúne los textos leídos en aquel encuentro organizado por el poeta David Huerta, donde se presentaron los temas “Lezama en el desierto”, “Lezama Lima: Los vínculos, las imágenes, el caracol y la escalera”, “Hacia una teología insular” y “Un secreto homenaje: Efraín Huerta y José Lezama Lima”.
Igualmente, “Taumaturgia es la palabra” y “Las cuatro escalas del itinerario lezamiano en México: DF-Cuernavaca-Taxco-Puebla”, fueron abordados en homenaje a Lezama Lima (La Habana, Cuba, 1910), autor de una obra culterana, saturada de claves, enigmas, alusiones, parábolas y alegorías.
Elementos todos ellos que aluden a una realidad secreta, íntima y, al mismo tiempo, ambigua. Tardíamente reconocido, señaló David Huerta, “Lezama supo sólo al final de su vida que la portentosa suma de sus escritos alcanzaba, conmovía e inquietaba a una gran cantidad de lectores, sobre todo jóvenes”.
El autor cubano desarrolló una erótica de la escritura, anticipándose de esta manera a las corrientes europeas de la estilística estructuralista. Para el escritor y especialista peruano Julio Ortega (1942), Lezama Lima “es uno de nuestros escritores más fieles, en el sentido de que fue un artista oficiante y un fundador cultural”.
Tanto, añadió Ortega, por su capacidad de renovación como por su magnífico sentido de pertenencia y de universalidad.
Con esas cualidades, el libro “Curso délfico”, que ya se encuentra en las mesas de novedades de librerías en el país, constituye una espléndida oportunidad para terminar las buenas lecturas de 2012.
