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Leo, migrante de 23 años, tenía 2 días en casa cuando lo mataron. Fueron policías, acusa la madre

26/12/2020 - 10:08 pm

Leonardo Reyes Cayente fue asesinado a madrugada del 13 de diciembre de 2018 por elementos del Grupo Táctico Operativo de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado muy cerca del camino que lleva a la comunidad San Damián en San Miguel de Allende cuando salió a buscar señal en el celular para hablar con su novia. El joven migrante tenía dos días de haber llegado a México.

Por Carmen Pizano

Guanajuato, 26 de diciembre (PopLab).- No hay día que no le pida a Dios que haya justicia para Leo, porque nosotros no estamos conformes, nosotros pedimos justicia porque mi hijo no nació de la tierra. A mi hijo le arrebataron la vida unos policías estatales sin ningún derecho.

No le voy a mentir, a veces me dan unas caídas, pero yo me levanto. Yo le pido mucho a mi Dios que me dé mucha fuerza para seguir hasta donde tenga que llegar, porque voy a llegar, y vamos a llegar porque yo tengo apoyo. Yo no estoy sola.

Soy Guadalupe Cayente, nací el 14 de mayo de 1966 en un ranchito que se llama Cinco Señores, aquí en San Miguel de Allende. Me vine a Corralejo de Abajo cuando me junté con mi esposo, yo tenía como 15 años.

Mi niñez no quisiera ni recordarla porque fue muy triste, éramos muy pobres. Sufrimos mucho.

Tuve siete hijos, pero una se la llevó Diosito, me quedaron seis, de esos seis me quitaron otro. Me quedan cinco hombres.

Perdí a la niña recién nacida y a Leo, son dolores diferentes. Después de la muerte de la niña pude seguir mi vida.

La diferencia es porque mi niña nació enferma de los pulmones, sus pulmones no le reaccionaron. A mi Leo le quitaron la vida muy cruelmente.

Leo fue el último hijo, fue el más chiquito.

Viví feliz mientras estuvieron todos mis hijos, pero ahora que faltó mi hijo ya no, la vida se nos derrumbó, estamos desechos, ya no es lo mismo. Nos cambió la vida totalmente a todos.

Leonardo salió a buscar señal y no volvió. Foto: Brenda Orozco, PopLab.

LA LUCHA POR LA VIDA DE LEON

Cuando nació mi Leo yo me vi muy enferma, yo hasta perdí el conocimiento, pero gracias a Dios él nació bien, con mucho esfuerzo. Luchamos mucho para que él viviera.

Mi Leo nació en Celaya, yo vivía aquí en Corralejo de Abajo y me trasladaron para allá, a una clínica particular.

No me acuerdo mucho porque yo me vi muy enferma, pero dice mi esposo que cuando el doctor le dijo que ya había nacido el niño, que no se preocupara, que él estaba sano, estábamos muy contentos.

Tenía 23 cuando me lo mataron, fue hace 2 años, tendría ahorita 25.

Él creció aquí en Corralejo de Abajo, cuando estuvo más grande su papá nos arregló y ya fue cuando nos fuimos a Estados Unidos, pero aquí era donde jugaba.

Su juego favorito era la pelota, el futbol, le encantaba jugar. El día que le quitaron la vida él fue a un juego, ganó un balón porque le ayudó a un equipo. Se puso muy contento porque dijo que el balón era para su novia.

Leo jugaba con quien lo invitara a la portería. Estaba bien contento.

Ese día, el 12 de diciembre de 2018, llegó del juego en la tarde, me preguntó por la cena, se puso a cenar todavía con su traje de jugar. Se salió que iba a buscar señal, pero yo creo que le caló el frío porque vino a cambiarse de ropa, salió en su camioneta y ya no regresó.

Me lo trataron muy mal. Yo no hay día que no piense en él.

Nosotros estuvimos presentes en el cerro ese día, no nos dimos a enseñar, pero estuvimos presentes.

Declaramos que la camioneta estaba sobre el camino, no para afuera chocada como luego nos dijeron que había quedado. Sí, todo lo declaramos.

Dos años del asesinato de Leo. Foto: Brenda Orozco, PopLab.

Se cumplen dos años, ha sido triste, mal, porque hay noches que yo no duermo porque él no está. Mi hijo no está y yo no duermo.

Era el único hijo soltero que nos quedaba.

Leo era de lo más alegre, bonito, hermoso, a él le gustaba mucho convivir, le gustaba mucho estar con su familia, le gustaba mucho hablarle a sus hermanos que se vinieran a comer, a la cuñada. Nosotros siempre hemos comprado para todos.

Como hijo era muy especial, como todos mis hijos, porque todos para mí son igual. Todos mis hijos son muy buenos.

Leo nos ayudaba, veía por nosotros… Sí.

La madre de Leo no cesa en la exigencia de justicia. Foto: Brenda Orozco, PopLab.

SOLIDARIDAD CON LOS MIGRANTES

Nosotros nos fuimos a Estados Unidos hace muchos años. Leo tendría como 14 años cuando su papá nos arregló. Trabajó desde muy chiquito aquí y allá. Aquí en la construcción, es en lo que han trabajado todos mis hijos. Allá en una empresa.

En mi familia no estamos conformes porque no estuvo bien lo que hicieron. Me apoyan en todo momento, no solo ellos, mucha gente porque aquí lo vieron crecer, toda la gente lo conoció, toda la gente sabía cómo era él.

Queremos justicia y que se limpie el nombre de mi hijo porque él no era un delincuente, yo lo aseguro, porque mi hijo trabajaba, no andaba en la calle. Él no fue un delincuente.

He tenido el apoyo de mi comunidad, he tenido mucho apoyo de los que están en Estados Unidos y seguimos teniendo mucho apoyo porque no nos dejan solos, ellos están con nosotros.

Hablamos con el gobernador Diego Sinhue Rodríguez allá en Estados Unidos, también aquí buscamos al secretario de Atención al Migrante, Juan Hernández.

No tenemos respuesta, hasta ahorita no.

Si yo tuviera enfrente al gobernador, al fiscal, a todos les diría que me escuchen, que si ellos no tienen familia, que se toquen un poquito el corazón porque perder un hijo así… no. Quiero justicia para mi hijo, no vamos a parar hasta donde Dios lo permita, no vamos a parar.

No hemos tenido apoyo. Los de Derechos Humanos hicieron recomendaciones, lo que ya se sabe, ahorita ya no ha habido nada, ya no nos han dicho nada.

A DOS AÑOS DEL ASESINATO

Antes de venir a México yo solo pensaba en mi hijo, en mi Leo, porque simpre me hablaba para preguntarme si estaba lista para venirnos. Yo le decía que estaba lista, y él pasaba. ¿Pero ahora?

Tenía muchas ganas de venir a México porque yo voy a verlo a donde está, voy a cada rato. Yo le dije: “ya voy para allá, mi niño, ya voy a ir a verte”.

Llegué y no vine a la casa, llegué allá derecho con él, ya luego me vine a mi casa. Él está aquí en el rancho del Xoconostle. Le llevé sus rosas blancas, a él le gustaban mucho. Sus flores preferidas eran las rosas.

Leo era una persona comprometida con los migrantes. Foto: Brenda Orozco, PopLab.

La misa por su segundo aniversario fue triste para nosotros porque quisierámos que estuviera aquí.

No voy diario a donde él está en el panteón, pero vamos seguido cuando estamos aquí, no solo yo, también sus hermanos, familiares, todos vamos seguido.

Las Navidades ahora son tristes, muy tristes. La paso aquí, pero es muy triste, ya no es lo mismo para nosotros. Él en todo ayudaba.

FUERZA DE LA FE

Le rezo diario, diario le rezo a mi Leo para que su alma descanse en paz. No sé si está descansando en paz, solo Dios sabe, pero yo le rezo diario.

Yo le pido a mi Dios que me dé fuerza para levantarme, para seguir. Yo no sé de dónde salen las fuerzas, yo solo le pido a mi Dios.

Sí, he caído muy abajo, pero yo me levanto, yo tengo fuerza para seguir de pie.

Ya no podría estar yo tranquila. Sí me da miedo venir a Guanajuato porque no hay seguridad, temo por la vida de mis hijos, de mi familia, pero aún así me vengo porque yo le digo a Leo que voy a ir a verlo.

Cuando veo una patrulla yo los odio, sinceramente. A mí no me da gusto ver una patrulla, yo sé que ellos no cuidan, no protegen, a lo mejor no todos son igual, pero como quiera.

Quiero seguir luchando y seguir de pie, adelante, buscando justicia, tocando puertas, más de alguna se tiene que abrir, espero en Dios que alguna puerta se abra un día. Tengo mucha fe en Dios.

EL CASO

Leonardo Reyes Cayente fue asesinado la madrugada del 13 de diciembre de 2018 por elementos del Grupo Táctico Operativo de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado muy cerca del camino que lleva a la comunidad San Damián en San Miguel de Allende cuando salió a buscar señal en el celular para hablar con su novia. El joven migrante tenía dos días de haber llegado a México.

La versión oficial del Gobierno de Guanajuato, a través de la vocera para temas de seguridad, Sophia Huett López, fue que los policías habían actuado en defensa propia cuando tres hombres los atacaron, uno de ellos, según los elementos, Leonardo Reyes. De los otros dos hombres que supuestamente acompañaban a Leo nada se sabe.

La misa por su segundo aniversario fue triste, dice la madre. Foto: Brenda Orozco, PopLab.

El 25 de febrero de 2019, abordado por familiares y la comunidad migrante durante su visita al consulado de Texas, Diego Sinhue Rodríguez se comprometió a llegar hasta las últimas consecuencias para que haya justicia para Leo.

En marzo de 2019 desde el Senado de la República se llama a la Fiscalía General de la República para que atraiga el caso y lo investigue. Hasta el momento no hay respuesta.

18 de febrero de 2020: 14 meses después del asesinato de Leo, la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado emite una serie de recomendaciones a la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado. A la fecha la familia desconoce el avance en el cumplimiento.

Un mes después de las recomendaciones de Derechos Humanos en las que se reconoce que se ha violentado a la familia de Leo el acceso a la justicia, la Fiscalía General del Estado decide que la carpeta de investigación debe archivarse.

A la impugnación presentada por el equipo de abogados de la familia Reyes Cayente por el carpetazo a la investigación, la juez Mónica Olmos respondió negándose a conocer los hechos de fondo cuando la Fiscalía argumentó que el recurso se presentó fuera de tiempo porque un agente había pegado en la puerta de la señora Guadalupe una notificación del archivo desde meses antes.

El caso está ahora ante el Poder Judicial de la Federación. Los abogados buscan que sea un juez federal el que reconozca el derecho de la familia de Leo a que se investigue el asesinato de su hijo.

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