Por Itzel Zúñiga, dpa
Ciudad de México, 27 junio (SinEmbargo).- La novela Los niños del Trópico de Cáncer, escrita por el mexicano José Luis Gómez, trata graves secuelas del narcotráfico, como la descomposición social y la amenaza que cierne a la niñez, víctima de la desintegración familiar o el abandono.
El autor, oriundo del estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, afirmó en entrevista con dpa que aunque su libro ha sido encasillado como “narcoliteratura”, su obra “no es parte de ese género, sino que más bien retrata la descomposición social en gran parte del norte de México, producto del narcotráfico”.
En sus páginas, Gómez planteó “la historia de una banda de niños pistoleros, reflejo de la realidad, porque en los últimos años se han descubierto (en Tamaulipas) grupos de niños que van desde los tres a los 15 años, agrupados para defenderse o atracar”.
Tamaulipas ha sido uno de los Estados mexicanos con mayores índices de violencia en los últimos años, a causa de las constantes luchas entre cárteles de la droga o bandas criminales.
En esta entidad fueron masacrados 72 inmigrantes, en su mayoría centroamericanos, en 2010. En otros hechos, desde hace unos años las fuerzas de seguridad han capturado a niños sicarios, otra cara de la difícil situación de seguridad que vive este Estado.
Inspirado en esos pequeños que vagan sin rumbo, abandonados o que han perdido a su familia, Gómez escribió la historia, que considera “diferente” y que resultó finalista del I Premio Letras Libres de Novela 2012 y que publicó bajo el sello Joaquín Mortiz.
“Me vino a la mente escribir una historia así para relatar a México la problemática que existe entre los niños”, explicó el literato, también director y autor de teatro experimental.
En su opinión, el problema social se agrava ante la falta de valores, de educación, junto con “la negligencia de autoridades o la complicidad e ineficiencia del ejército”.
Los niños del Trópico de Cáncer, su cuarta obra, narra la travesía de la “Banda de los Corazones”, conformada por un grupo de menores liderados por “La Virgen”, un infante que se hace destacar por su sensualidad y belleza.
La pandilla es la primera organización delictiva que no pertenece al hampa, al contrario la combate. Con excepción de su líder, todos sus integrantes escaparon de un campo de concentración, donde cientos de niños son vendidos a traficantes de personas.
Lejos de los moldes en la “narcoliteratura”, afirmó Gómez, en el libro se creó un protagonista que cobra diversas vistas conforme avanza la lectura: primero es afeminado, luego homosexual y después hermafrodita para descubrir un desenlace inesperado.
LAS CONSECUENCIAS DEL NARCOTRÁFICO
En consideración del autor, “el problema del narcotráfico ya quedó atrás” en México y ahora lo que se padece son sus consecuencias.
“Por ejemplo, (esta problemática) creó monstruos que rayan en la locura: incendian pueblos, mutilan, desaparecen gente”, hechos que relata en su libro.
“Ahora los chamacos (niños) no trafican, en vez de eso secuestran, asesinan, incendian, extorsionan u operan por la vía delictiva”, aseguró el también autor de El beso de la Virreina.
Y es que, de acuerdo con sus declaraciones, en Tamaulipas, donde nació y creció, “hay niños que juegan a balazos, a la orilla de algún cadáver. Crecen en ese ambiente y se acostumbran a él, viviendo inocentemente sin saber distinguir lo que no está bien”.
