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Martín Moreno-Durán

27/10/2021 - 12:05 am

Rosario encuera a AMLO

Pero Rosario Robles no ha aceptado ser parte del perverso juego de López Obrador y de la FGR encabezada por el tenebroso Alejandro Gertz Manero y por ello, está pagando las consecuencias: seguir en la cárcel de manera indebida.

Rosario Robles Berlanga, extitular de Sedesol y de Sedatu.
“Si Rosario accediera a inculpar sin pruebas y únicamente de palabra tanto a Peña Nieto como a Videgaray, fortalecería a López Obrador en su discurso que, de manera indudable, tomaría un segundo aire”. Foto: Diego Simón Sánchez

+ Se cae otro montaje

+ “No les firmo nada”

En sólo 12 días, dos montajes ideados en Palacio Nacional, operados por la FGR y potenciados por los propagandistas del régimen obradorista, se derrumbaron. Se les cayeron. Primero, la fotografía demoledora del “testigo colaborador” Emilio Lozoya cenando plácidamente en un restaurante, que evidenció el innegable pacto de impunidad entre Lozoya y la Fiscalía. Segundo: la reveladora e impactante declaración de Rosario Robles desde prisión: “Me pidieron inculpar a Peña Nieto y a Luis Videgaray en casos de corrupción (Estafa Maestra)…”. Robles se negó, y sigue tras las rejas.

-¿No había elementos para inculparlos (a Peña y a Videgaray) en nada?, le preguntó el periodista Héctor de Mauleón, de El Universal. “Relacionados conmigo, en lo absoluto”, respondió Robles.

Aún más:

“Ellos quisieran que yo firmara cualquier cosa para involucrar a otros. Y eso no lo voy a hacer. Con todo y todo, sigo teniendo mi dignidad que es lo único que me queda…”, le dijo Robles a Ciro Gómez Leyva para su programa en Radio Fórmula.

“Esta es una venganza. No hay una aplicación de la ley. Soy presa política”, remacha la exsecretaria de Desarrollo Social.

Las acusaciones de Rosario Robles en diversos medios son graves de sí. Muy graves. ¿Por qué? Porque desnuda, nada menos, al Gobierno encabezado por López Obrador, que tal como ocurrió con el caso Lozoya, incurrió en evidentes montajes a cambio de “información” para inculpar, encarcelar o al menos, enlodar a los odiados rivales políticos de AMLO con base en supuestas declaraciones tanto de Lozoya como de Robles. Fueron, ambos casos, dos vulgares chantajes: si te inventas información, yo te ayudo a sacar la cabeza.

Así ocurrió, primero, con Emilio Lozoya, “el testigo estrella protegido por la FGR, que puede hacer lo que le plazca y salir cuando quiera de su domicilio, sin ser molestado. ¿Y por qué lo hace? Porque la Fiscalía de Gertz Manero obedece la instrucción de Palacio Nacional: a Lozoya no se le toca ni con el pétalo de una audiencia, puede hacer su regalada gana y no se procede en contra de él. ¿Por qué? Debido a que sus declaraciones (hasta ahora, sin comprobar una sola) son la única ‘prueba’ del Gobierno en contra de Ricardo Anaya y opositores a quienes acusa – sin sustento- de haber recibido dinero de Odebrecht. Así, se descubre el montaje armado por la FGR y se muestra la realidad irrefutable: un pacto de impunidad entre Lozoya y la FGR en contra de los opositores a López Obrador, pacto que hoy ha quedado evidenciado“. (Lozoya-FGR: testigo nulificado. Martín Moreno-Durán. SinEmbargoMX. 13/X/ 2021). Así, la fotografía de Lozoya en libertad captada y divulgada por la colega Lourdes Mendoza, exhibió el irrefutable pacto de impunidad entre el exdirector de Pemex y el régimen obradorista.

Y si lo de Lozoya fue un escándalo que exhibió al Presidente y a la FGR, las declaraciones de Rosario Robles los vuelven a encuerar: significan, nada menos, la prueba viviente de que permanece en la cárcel por negarse a involucrar sin pruebas a Peña Nieto y a Videgaray en actos de corrupción.

¿Por qué es tan importante para López Obrador que se involucre en la “Estafa Maestra” al expresidente de México y al exsecretario de Hacienda? Por un razón de peso y fondo: equivaldría – aunque ni Peña ni Videgaray pisaran jamás la cárcel- a sustentar y darle gas al repetitivo discurso de AMLO de que la corrupción es la peste del pasado y que es ese pasado el culpable de los males que hoy aquejan al país, en un intento maniqueo por minimizar o eliminar responsabilidades de López Obrador, cuyo Gobierno ha sido, por decir lo menos, un desastre en casi todos los rubros: economía, seguridad, salud, pandemia, etc.

Si Rosario accediera a inculpar sin pruebas y únicamente de palabra tanto a Peña Nieto como a Videgaray, fortalecería a López Obrador en su discurso que, de manera indudable, tomaría un segundo aire y le daría el combustible necesario para que durante la segunda mitad de su mandato, insistiera una y otra y otra y otra vez en esa obsesión mañanera disparada, un día sí y otro también, desde Palacio Nacional: el pasado tiene la culpa de todo.

Pero Rosario Robles no ha aceptado ser parte del perverso juego de López Obrador y de la FGR encabezada por el tenebroso Alejandro Gertz Manero y por ello, está pagando las consecuencias: seguir en la cárcel de manera indebida, a pesar de que los delitos que le imputan no acreditan la prisión obligatoria, pudiendo seguir su proceso bajo arraigo domiciliario.

Es sencillo:

Emilio Lozoya SÍ aceptó involucrar sin pruebas a Ricardo Anaya y a otros opositores panistas, y goza de los beneficios del régimen: no pisar la cárcel, estar bajo arresto domiciliario, salir cuando le plazca, conservar algunos bienes, etc.

Rosario Robles NO aceptó involucrar sin pruebas a Peña Nieto y a Videgaray, y continúa en prisión, sin derecho al arraigo domiciliario del cual sí disfruta Lozoya.

Esa es la gran diferencia.

*****

Son los montajes del Gobierno de AMLO hoy puestos al descubierto y a la vista de todos. Y no los ven quienes no los quieren ver.

¿Colaboras con la FGR e incriminas a los enemigos de AMLO aunque sean mentiras? Te damos arraigo domiciliario. ¿No colaboras? Sufrirás la frialdad de una celda.

El montaje con Lozoya se los tiró una fotografía.

El montaje con Robles se los tumbó la propia Rosario.

Pura farsa y venganza. Nada más.

TW @_martinmoreno

FB / Martin Moreno

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Martín Moreno-Durán
Periodista. Escritor. Conductor radiofónico. Autor de los libros: Por la mano del padre. Paulette, lo que no se dijo. Abuso del poder en México. Los demonios del sindicalismo mexicano. El Derrumbe Retrato de un México fallido. El Caso Wallace. 1/Julio/2018: Cambio Radical o Dictadura Perfecta, y de la novela Días de ira.

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