Gran parte de esta escalada llegó durante el primer trimestre del año, en el que el peso se apreció un 10.8 por ciento, después de tocar máximos de todos los tiempos en el mes de enero al rozar los 22 pesos. “La recuperación del peso durante el primer trimestre fue la mayor en registro desde que en México se adoptó un mecanismo de libre flotación para el tipo de cambio”, señala Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base. Entre abril y junio las alzas para la moneda mexicana han sido del 3.5 por ciento.
Por Mónica G. Moreno
Ciudad de México, 30 de junio (EconomíaHoy).- Los seis primeros meses de 2017 son un periodo que el peso no olvidará. El primer semestre del año ha supuesto un hito para la evolución de la divisa mexicana, ya que con una subida del 14.6 por ciento se ha convertido en el más alcista de su historia.
Esta moneda se cambia en su cruce contra el dólar en 18.08 pesos, incluso en algunos momentos en el último mes se ha situado por debajo de esa barrera. El repunte que ha experimentado el peso le ha llevado a borrar las caídas registradas tras el huracán Trump. De hecho, desde los mínimos que tocó el pasado mes de enero, un día antes de la investidura del magnate republicano como presidente de Estados Unidos, el peso logra una subida del 21.4 por ciento y actualmente se cambia casi un 1.3 por ciento por encima del nivel previo a las elecciones.
Gran parte de esta escalada llegó durante el primer trimestre del año, en el que el peso se apreció un 10.8 por ciento, después de tocar máximos de todos los tiempos en el mes de enero al rozar los 22 pesos. “La recuperación del peso durante el primer trimestre fue la mayor en registro desde que en México se adoptó un mecanismo de libre flotación para el tipo de cambio”, señala Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base. Entre abril y junio las alzas para la moneda mexicana han sido del 3.5 por ciento.
Las incertidumbres surgidas a raíz de la victoria de Trump se han ido disipando poco a poco, lo que ha ayudado a la recuperación de la divisa mexicana. “La administración de Donald Trump moderó su retórica proteccionista y es altamente probable que la ya próxima renegociación del TLCAN respete el principio trilateral del acuerdo, facilitando una recuperación de las inversiones en la segunda mitad del año y en 2018. Durante el segundo trimestre se comenzó a dar prioridad a la cooperación entre los tres países que integran el acuerdo, dejando de lado la confrontación”.
También han favorecido a la apreciación del peso las subidas de tasas de Banxico. En los primeros seis meses del año, la institución monetaria ha incrementado los tipos de interés en 4 ocasiones (febrero, marzo, mayo y junio), un total de 125 puntos base que sitúan el precio del dinero en el 7 por ciento. Estas alzas vinieron precedidas de otras 6 que se fueron dando lugar desde diciembre de 2015. Siller asegura que esto “moderó el riesgo de salidas de capitales ante la gradual normalización de la política monetaria en Estados Unidos”.
Pero no todo es positivo y la directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base señala que en el segundo trimestre hubo dos factores principales que actuaron en contra del peso: los precios del petróleo nuevamente han mostrado una tendencia a la baja y un resurgimiento de la aversión al riesgo sobre las divisas de economías emergentes, en particular el rand sudafricano y el real brasileño.
LA MEJOR ALZA
El peso se ha comportado como la mejor divisa del mundo en el primer semestre del año. Una muestra de ello es que en su cruce contra el yen, la mexicana ha repuntado más de un 9 por ciento, mientras que contra el euro se ha apreciado un 5 por ciento.