Por Juez de Línea.
Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo/The Huffington Post).- ¿Quién dice que todos los súper atletas ganan millones y son famosos? A veces los deportistas más extraordinarios están en nuestro vecindario, a veces son niños, a veces ni siquiera tienen piernas.
La historia de Isaiah Bird y Miguel Rodríguez cautiva y nos hace reflexionar sobre la vida y el deporte. Se trata de un niño de 7 años que se sobrepone a los obstáculos y brilla en la lucha con el lema “no hay excusas”.
Isaiah nació en el seno de una familia pobre, sin piernas debido a un mal congénito, pero los retos no terminan ahí. Su madre, Bernadette Hopton, no pudo pagarle una silla de ruedas y vivían en un refugio para personas sin hogar de la Iglesia Glen Cove.
Afortunadamente en la vida del pequeño apareció Miguel Rodríguez, el entrenador de lucha de la escuela en Long Island, Nueva York, quien rompió las barreras del deporte y se convirtió en su mentor, en su amigo y en su protector.
Rodríguez, quien ha sido reconocido por su labor en la comunidad, se ha vuelto la familia de Isaiah. Juntos formaron una dupla que llamó la atención de ESPN, cadena que les dedicó un segmento que cautivó a la nación.
“La lucha es un deporte donde no se necesitan las piernas para ser un atleta”, dijo el entrenador, que se encarga de Isaiah desde que se levanta y se lava los dientes, hasta que entrena y vuelven a su casa.
Con esfuerzo y dedicación, Isaiah y Miguel llegaron hasta las instancias finales del campeonato de lucha colegial. El pequeño recibió además una beca para continuar con sus estudios.
La historia de este joven ‘Gladiador’ es inspiradora. Recientemente fue invitado a un partido de Grandes Ligas, donde el estelar Carlos Gomez se tomó un momento para convivir con él.
