
Qué escándalo, querido lector, las revelaciones recientes que la periodista Carmen Aristegui ha exhibido en su plataforma y su programa de radio. La filtración de documentos, videos, archivos, fotos que le hizo un exempleado de Televisa a la periodista, deja a la vista que la televisora ha creado campañas sucias y noticias falsas para perjudicar a políticos, empresarios, periodistas, magistrados (y hasta sus hijos), pero también que estableció una relación con el Ministro Zaldívar para apuntalarlo en su carrera a la presidencia de la Suprema Corte, mientras al mismo tiempo atacaba a sus contrincantes, los ministros Pérez Dayán y Gutiérrez Ortiz Mena con difamaciones.
Según las denuncias de la periodista, una vez que el ministro Zaldívar llegó a la presidencia del máximo tribunal, éste le entregó contratos a la empresa Metrics, fachada de la televisora, e incluso empleados del poder judicial, pagados con recursos públicos, llegaron a trabajar para y desde las oficinas de Televisa, en el equipo de trabajo llamado “Palomar”, en Chapultepec.
Mensajes de chats, fotos y videos le fueron filtrados a Aristegui por Germán Gómez García, un joven que laboró en Televisa casi ocho años y estuvo involucrado en la creación de noticias falsas y de desprestigio que fueron viralizadas en las redes de manera anónima o falsa, pero creadas desde dentro de Televisa. El joven documentó todo y se lo entregó a la periodista creando uno de los peores escándalos en los que se haya visto involucrada la televisora, y mire que tienen historia.
El caso del Ministro Zaldívar y la Suprema Corte es, evidentemente, muy grave. Pero es sólo uno de los múltiples casos que estos días la periodista ha ido haciendo públicos y en los que están involucrados empresarios como Ricardo Salinas Pliego y sus empresas o Carlos Slim, también periodistas como la misma Aristegui o el periodista deportivo David Faitelson. Un caso especialmente grave es la acusación al hijo de un Magistrado por una falsa violación sexual: hay videos de los trabajadores de “Palomar” interpretando a falsos denunciantes, como si de una obra teatral se tratara. Un escándalo total, querido lector. No hay otra manera de describirlo y no es que uno haya tenido en alta estima a Televisa, pero constatar que en ésta existe un equipo de trabajo dedicado a crear noticias falsas, mentiras, difamaciones brutales resulta tan indignante como vergonzoso.
Hasta el momento en que escribo esta columna la empresa no ha hecho ninguna declaración oficial de lo acontecido, sólo han salido algunos de los protagonistas del escándalo a declarar que nada es cierto, que el mensajero miente. Como si todas las evidencias que se han ido presentando no fueran suficientemente aplastantes, el ejecutivo de Televisa bajo quien estaba la operación de Palomar, ha salido a tratar de desacreditar a Carmen Aristegui e incluso a difamarla groseramente.
El caso es muy grave e involucra además de ejecutivos de Televisa a ministros, exfuncionarios, políticos y periodistas, pero también es grave en otros aspectos que este escándalo ha evidenciado como las condiciones laborales de sus trabajadores. Y aquí viene la otra historia, también trágica, de lo que sucede en esas oficinas, donde los trabajadores son maltratados y explotados.
El joven que filtró los datos a Aristegui ha estado contando en la radio, de manera totalmente descarnada, los maltratos que sufrió y que contribuyeron a que se intentara suicidar y desarrollara un trastorno psiquiátrico. Por si fuera poco, le han negado sus derechos laborales, y se encuentra en medio de un litigio laboral y enfrentando denuncias de “robo” que buscan deslegitimar sus denuncias e intimidarlo. No es difícil imaginar la vulnerabilidad en que se encuentra cuando se ha atrevido a denunciar, qué digo denunciar, a destripar desde dentro a poderosísimos actores de la vida pública como son Televisa y el Ministro Zaldívar. Igualmente valiente ha sido la periodista Carmen Aristegui al tomar la determinación de hacer público lo que a todas luces causaría una gran conmoción en la empresa de comunicación, pero también en el Gobierno federal que tiene entre sus filas a Zaldívar y en la opinión pública.
Debido a esto la periodista ha enfrentado una campaña de desprestigio rabiosa a cargo del ejecutivo de Televisa involucrado. Aún así, la verdad que está saliendo a la luz estos días, que está sacando Aristegui en su programa, difícilmente será silenciada. Televisa está obligada a dar una respuesta ante la opinión pública y si no lo hace, y cree que su alianza con el poder político en turno será suficiente, como antaño, habrá cavado su propia tumba, porque esos tiempos han pasado ya. Por otro lado, el Gobierno de Claudia Sheinbaum, tendría que decirnos si sostendrá alianzas con personajes como el ministro Zaldívar y si esa es su verdadera naturaleza, no muy alejada de los gobiernos priistas que tenían en Televisa a un soldado. Ojalá que lo sepamos pronto.





