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¿Otro año de cifras “alegres”? Parece: Merrill Lynch calcula PIB de 2.8% en 2016, como máximo

01/10/2015 - 5:07 pm

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Hacienda plantea un crecimiento de 2.6 a 3.6 por ciento para el próximo año. Parece que será el cuarto año de correcciones a la baja, porque Merrill Lynch calcula, como máximo, 2.8 por ciento.

Por José Luis de Haro

Nueva York/Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Carlos Capistrán, economista en Jefe para México de Bank of America Merrill Lynch, ha publicado sus últimas previsiones sobre la economía mexicana donde espera que el PIB crezca un 2.2 por ciento en 2015 y un  2.8 por ciento en 2016.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) plantea en sus Criterios Generales de Política Económica que el país tendrá un crecimiento de 2.6 a 3.6 por ciento. Sin embargo, desde que llegó Luis Videgaray a la Secretaría, en diciembre de 2012, las proyecciones de crecimiento no se cumplen y han sido corregidas a la baja, mes por mes, por el mismo gobierno, por los analistas del sector privado del Banco de México (Banxico) y por los especialistas.

Desde el punto de vista de Capistrán, el país se está embarcando en una consolidación fiscal que impactará al crecimiento. Sin embargo es necesaria para mantener las finanzas públicas estables, dados los bajos precios del petróleo y la baja en la producción petrolera. La inflación está en mínimos históricos a pesar de la significativa depreciación del peso mexicano, lo cual da espacio a Banxico para mantener las tasas en pausa.

El crecimiento del PIB de México está sólo ligeramente por encima del 2 por ciento, y es probable que se mantenga en ese nivel por el resto del año, y por debajo del 3 por ciento para 2016. “Por el lado positivo, prevemos que un mayor crecimiento en Estados Unidos (EU) ayude a la aceleración en las exportaciones manufactureras, sin embargo hay que considerar que la manufactura en EU permanece moderada”, señala este experto en su último informe quien, sin embargo, indica que la depreciación de 28 por ciento interanual del peso mexicano debería ayudar.

Entre los riesgos que ponen en peligro estas previsiones destaca la implementación de la consolidación fiscal y una menor producción de petróleo dentro del frente doméstico.

México se ha embarcado en un programa de consolidación fiscal, la cual tiene la virtud de reducir la prima de riesgo en un entorno internacional de volatilidad que es adverso para los mercados emergentes. El paquete fiscal propuesto por el gobierno al Congreso incluye una importante reducción en el déficit primario de 0.5 por ciento del PIB para 2016, desde el 1.3 por ciento de 2015, en respuesta a los menores ingresos petroleros.

“Si ajustamos el déficit tradicional por el ciclo económico (para estimar un déficit estructural) y por los precios del petróleo, encontramos que la consolidación es importante”, reconoce Capistrán. “Nuestro déficit estructural, ajustado a los precios del petróleo, muestra una mejora a 2.0 por ciento en 2016, desde el 3.6 por ciento de 2014. El reto ahora es que el gobierno haga una implementación creíble de la consolidación”, aclara.

El gobierno está tratando de minimizar el impacto sobre el crecimiento del PIB, no haciendo el ajuste fiscal completo en un solo año. Su estrategia es ofrecer cierto estímulo en los impuestos, como la exención temporal de la depreciación de inversiones para pequeñas y medias empresas, y para inversiones en energía e infraestructura.

El gobierno está también utilizando métodos de financiamiento alternativos, que involucran al sector privado, como los bonos para proyectos de educación a través de acciones de la bolsa y Fibras, para el sector energético, entre otras propuestas. Estas alternativas de financiamiento deterioran la posición neta de activos del gobierno, aun cuando no son formalmente parte del déficit. Sin embargo, en general, todavía pensamos que el gobierno está haciendo la consolidación debido a que es otro mecanismo que ayuda a la deuda pública, a saber del uso de las ganancias adicionales de Banxico para pagar la deuda.

A nivel global, los riesgos son la inestabilidad financiera en torno a la normalización de política monetaria de Estados Unidos, un menor crecimiento de la economía estadounidense,  menor crecimiento en mercados emergentes grandes como China y menores precios del petróleo.

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