Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).– En el Zócalo de la Ciudad de México, el centro del país que mayor consumo de bebidas azucaradas presenta en el mundo, miembros de la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) inflaron una lata roja de refresco de 5 metros de alto: la palabra “Diabetes” sustituyó la marca “de la felicidad”. Una etiqueta advertía: “PRECAUCIÓN: las bebidas azucaradas provocan 24 mil 100 muertes anuales en México”.
Santa Claus, enfermo de diabetes, denunció el secuestro que había sufrido por parte de la principal refresquera y dio a conocer su renuncia a esta empresa. Además, advirtió a la población sobre el daño que provocan estas bebidas.
“Pedimos al gobierno federal establezca un etiquetado de advertencia en las bebidas azucaradas que informe a los consumidores el riesgo que representa el consumo de éstas. Se justifica que estos productos contengan un etiquetado de advertencia de daños, si consideramos que en México el consumo anual de refrescos se asocia con 24 mil 100 muertes. De igual forma, exigimos al gobierno realice una campaña pública nacional que informe sobre el riesgo a la salud por estas bebidas”, declaró Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor (EPC).
Por su parte, Alma Meneses, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), afirmó: “Son urgentes regulaciones para evitar que la industria de bebidas azucaradas difunda sus productos hacia los niñas, niños y adolescentes, se apropie de espacios públicos y se prohíba su presencia en áreas dedicadas a las familias y a la infancia, así como en eventos que impactan en menores. Estas empresas se han comprometido ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ante las autoridades nacionales a no realizar publicidad para menores de 12 años, entonces, ¿a quién está dirigida la publicidad que invade todo el país con Santa Claus diciendo “Haz feliz a alguien” con una Coca-Cola en la mano adornada con un moño y los anuncios de los osos polares?”, cuestionó.
Presente en el acto, Santa Claus explicó cómo fue secuestrado en 1931 por la principal empresa refresquera del mundo; cómo le cambio su tradicional ropa verde por una de color rojo; cómo lo engordó y lo convirtió en un hombre diabético.
Santa Claus pidió disculpas por el daño a la salud al que ha contribuido anunciando esta bebida. Explicó que sufrió el síndrome de Estocolmo y al igual que otrás víctimas de secuestro terminó creyendo en sus captores.
Exigió que se establezca un etiquetado que advierta el riesgo de estos productos y se prohíba su publicidad para niños y familias. Y en ese marco, Santa anunció, su renuncia a la empresa refresquera , pero y advirtió que esa transnacional ya tenía contratados a varios impostores.
En su oportunidad, Uriel Vargas, integrante de El Barzón, declaró: “Nosotros como integrantes de la Alianza, hemos impulsado la recuperación de la dieta tradicional mexicana, donde el consumo de frijol, maíz y jitomate entre otros productos, habían mantenido sano y en buena forma a los mexicanos. Con esto no solo se ayuda a los consumidores mexicanos, sino también a los productores y se combate a empresas extranjeras como las refresqueras”.
