México, 4 Sep. (Notimex).- El uso de la biotecnología en la agricultura no debe quedarse sólo en la academia, sino socializarse para que se emplee según las necesidades de cada región y con miras a solucionar el problema de la alimentación mundial, consideraron especialistas.
En la mesa de discusión “La biotecnología como herramienta para alcanzar la seguridad alimentaria”, Rosalía González Bayón, del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical de Cuba, expuso que falta socializar el conocimiento de la biotecnología.
“No debe quedarse sólo en resultados académicos de investigación, sino transformarse en tecnologías socialmente aceptables y fáciles de adoptar por los agricultores”, dijo en el marco del segundo día de la Semana de la Ciencia y la Innovación (SCI) 2012.
En el acto organizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, la investigadora refirió que en Cuba se utilizó la técnica biotecnológica de cultivo de tejidos, a fin de rescatar la producción de plátano que es atacado por plagas.
A su vez, el secretario Ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, Reynaldo Ariel Álvarez-Morales, comparó la biotecnología con una caja de herramientas donde hay una para cada necesidad.
Resaltó la importancia de no depender de otros países en materia de tecnologías que suministran los alimentos básicos, y afirmó que “un buen gobierno sabe y se apoya en la investigación y el desarrollo científico tecnológico”.
En su oportunidad, Alejandra Alicia Covarrubias Robles, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso las diferentes formas en que la biotecnología puede contribuir a resolver el problema de la alimentación mundial.
El experto destacó que el avance tecnológico puede ser útil en la selección de aquellas plantas capaces de tolerar ambientes extremos o las que viven con limitaciones de agua o en temperaturas altas.
En el debate también participaron la profesora Sol Ortiz García y el investigador Agustín López-Munguía Canales, ambos de la UNAM, y Beatriz Xoconostle Cázares, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, quien fungió como moderadora.
