“Este sería un instrumento colectivo muy importante para ejercer control y sancionar aquellas embarcaciones que pesquen ilegalmente”, aseveró el jefe de la diplomacia chilena en rueda de prensa al concluir la II Conferencia Internacional “Nuestro Océano” 2015 celebrada ayer y hoy en la ciudad chilena de Valparaíso.

El tratado, cuyo objetivo es cerrar los puertos pesqueros a los barcos que realizan pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, fue aprobado por en una conferencia organizada por la FAO en 2009 y ratificado por Chile este año.

Una vez que sea ratificado por los once países restantes y entre en vigor, el Acuerdo sobre medidas del Estado Rector del Puerto para Prevenir, Evitar y Eliminar la Pesca Ilegal se convertirá en el primer acuerdo legalmente vinculante a nivel internacional para enfrentar este problema.

Además, será el único tratado que, junto a los “estados de pabellón” (los responsables en primera instancia de la conducta de los barcos que operan bajo su bandera en alta mar), implica a otros países en la lucha contra la pesca ilegal.

La pesca ilegal ha sido uno de los temas alrededor de los cuales ha girado la reunión de alto nivel que ha congregado 500 líderes políticos, activistas, científicos y empresarios durante estos últimos dos días.

“Lo que se ha observado a lo largo de esta conferencia es que existe una voluntad política de poner énfasis en una de las grandes amenazas de nuestro océano: la pesca ilegal”, aseveró el ministro.

“Lo más importante es que diversos países se han comprometido con acciones concretas para combatirla y esto es complementario a otros instrumentos internacionales”, destacó.

Para Muñoz, la pesca ilegal es una actividad comparable al “narcotráfico” y al “tráfico de armas” que genera 20.000 millones de dólares anuales.

Además de amenazar la sustentabilidad del planeta esta actividad ilícita “afecta la alimentación de las personas” y por tanto, atenta contra la vida humana.

Chile, anfitrión de este segundo encuentro cuya primera edición se desarrolló en Washington en junio de 2014, anunció importantes compromisos en los ámbitos de preservación y uso sostenible de los océanos.

Uno de los más relevantes fue la ampliación de la protección marítima a más de un millón de kilómetros cuadrados gracias a la creación del parque marino de la Isla de Pascua (Rapa Nui) y el de Nazca-Desventuradas, en el área de las islas oceánicas San Ambrosio y San Félix, y un tercero en el archipiélago de Juan Fernández.

La suma de ambas áreas marítimas constituye uno de los espacios de protección marina más grandes del mundo.

“Los habitantes de Rapa Nui y Juan Fernández esperaban que las islas fueran protegidas, se ha cumplido con una demanda ciudadana (…). Tenemos intención de ir más allá de la designación y pasar al manejo y al control, lo que significará dedicar recursos en distintas áreas”, explicó.

Aunque los compromisos adoptados por los distintos países no son vinculantes, el ministro aseguró que la conferencia cuenta con mecanismos de rendición de cuentas para verificar si realmente se han cumplido los objetivos designados.

“Los Estados anuncian lo que están dispuestos a cumplir, no obstante, en la próxima reunión vamos a preguntarles si cumplieron o no sus compromisos”, afirmó.