La negociación se ha llevado a cabo sin que trascendiera ni un solo rumor.
Ciudad de México, 11 de marzo (SinEmbargo).– Mark Sánchez ya no es jugador de los Eagles, la eliminación de todo lo que recuerde a Chip Kelly en Filadelfia continúa implacable con la marcha a los Denver Broncos de un quarterback al que posiblemente nadie eche de menos en la ciudad del amor fraternal. Y lo más curioso es que la negociación se ha llevado a cabo sin que trascendiera ni un solo rumor, mientras las redes sociales echaban humo anunciando cualquier nombre posible, salvo el de Sanchez, hasta que Mike Klis adelantó la historia.
A Sanchez le quedaba un año de contrato que será asumido por la franquicia de Colorado (4.5 millones de dólares) y John Elway ha conseguido salvar temporalmente su problema en el puesto con un tipo baratito y que solo le va a costar una séptima ronda del draft de 2017. Quizá ni eso, porque está condicionada al rendimiento del jugador.
Al final, ni Kaepernick ni historias raras. Los Broncos, como suele ser habitual desde la llegada de John Elway al puesto de general manager, han tomado una decisión inteligente, sencilla y sin estridencias. Mark Sanchez no será un quarterback maravilloso, más bien lo contrario, pero sí puede tener una oportunidad para no desentonar en el sistema ofensivo de Gary Kubiak. De hecho, quizá Sanchez haya llegado por lugar ideal para desarrollar su estilo de juego. Y visto cómo está el mercado, el resto de opciones no eran mucho mejores y sí bastante más caras.
Ahora, con el parche puesto por un precio de ganga, los Broncos han ganado tiempo para trazar un plan razonable que pueda cubrir la posición de quarterback en el futuro, y para intentar pasar al ataque en una agencia libre en la que hasta ahora solo habían podido defenderse.
