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Redacción/SinEmbargo

17/10/2017 - 6:19 am

Lo que deja Cervantes

La renuncia de Raúl Cervantes a la Procuraduría General de la República (PGR) causó sorpresa, misma que al paso de las horas ha comenzado a convertirse en incertidumbre, pues su salida de la dependencia parece ocultar varias sorpresas las cuales irán revelándose poco a poco y que terminarán por incidir de varias formas en el panorama político de nuestro país.

Lo que deja Cervantes
La renuncia de Raúl Cervantes a la Procuraduría General de la República (PGR) causó sorpresa, misma que al paso de las horas ha comenzado a convertirse en incertidumbre, pues su salida de la dependencia parece ocultar varias sorpresas las cuales irán revelándose poco a poco y que terminarán por incidir de varias formas en el panorama político de nuestro país. El respecto en El Universal, el periodista Salvador García Soto, escribe que: “antes de anunciarle su renuncia al Presidente Peña Nieto, […] Raúl Cervantes calculó […] el efecto político y parlamentario de su decisión […]. Al anticiparse a la reforma constitucional […] para eliminar el ‘pase automático’ a la Fiscalía General de la República […] Cervantes quiso poner fin al tremendo desgaste y manoseo al que lo sometieron las fracciones parlamentarias, incluido su partido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y voltearles la jugada a los senadores de oposición, especialmente al Frente Ciudadano por México, a los que golpeó porque su renuncia les quita una bandera política que les ayudó a justificar, desde el freno a iniciativas legales para reformar las fiscalías, hasta las denuncias sobre su abultado patrimonio familiar. Al redactar su renuncia […], el ex Procurador había dejado listos, […] varios expedientes judiciales que, con total hermetismo, terminó de integrar en las últimas semanas. Uno de esos expedientes contiene acusaciones penales contra ex funcionarios de Pemex, de nivel medio y alto, por el caso Odebrecht y Braskem, las dos firmas del consorcio brasileño que recibieron contratos a cambio de sobornos millonarios. Otro expediente que dejó terminado y que podría ejecutarse en los próximos días, incluye la acusación penal contra el ex oficial mayor de la Sedesol, Emilio Zebadúa González, por desvío de recursos y peculado […]. En el despacho, hoy ocupado por el Subprocurador Alberto Elías Beltrán, que junto al resto del equipo de Cervantes sigue intacto en la PGR, también están los expedientes del proceso contra Javier Duarte, la solicitud de extradición de Tomás Yarrington a Italia, y los expedientes contra Guillermo Padrés, encarcelado en su gestión, y el proceso de extradición contra Roberto Borge, además de la ficha roja contra César Duarte y las indagatorias de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade). ¿Qué pasará ahora? Es incierto […]. Mientras, comienzan a desgranarse nombres y posibles órdenes de aprehensión por los casos que dejó terminados, desde Odebrecht hasta la Estafa Maestra”.

El cambiante panorama político tras la renuncia de Cervantes es abordado también en el Reforma, por el analista y periodista Sergio Sarmiento, quien escribe que: “Raúl Cervantes Andrade […] dio a conocer la decisión de manera sorpresiva en una reunión de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores. El hasta entonces titular de la PGR dijo que buscaba abrir camino a ‘las nuevas iniciativas relacionadas con la Fiscalía General de la República’ […]. Ha pasado menos de un año desde que Cervantes asumió el cargo de Procurador general, pero parecería que vivimos en un país distinto. Su ratificación en el Senado se dio el 26 de octubre de 2016 por 82 sufragios a favor, tres en contra y una abstención. Votaron por él no sólo los senadores del PRI y el Partido Verde, sino los del Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD). En contra se pronunciaron solamente tres senadores del Partido del Trabajo (PT) y uno más se abstuvo. La mayoría de los senadores, que habían trabajado con él en la reforma del sistema de justicia, coincidían en que su ex compañero era una excelente opción para echar a andar el nuevo sistema acusatorio de justicia penal, en cuya construcción había tenido un papel tan importante. Hoy, sin embargo, lo que más importa es la política. El PAN y el PRD han decidido que lo que les conviene para un mejor desempeño electoral en 2018 es borrar las huellas de su colaboración con el gobierno de Enrique Peña Nieto para sacar adelante las reformas estructurales, incluyendo la de justicia […]. Cervantes se ha hecho a un lado hoy, como lo hizo el año pasado cuando afirmó que apoyaba la iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto para eliminar el pase automático de Procurador a Fiscal, pero ahora se ve obligado a hacerlo en un momento en que se ha convertido en un lastre no sólo para el Presidente, sino para la misma reforma de justicia en la que tanto trabajó. […]. Alberto Elías Beltrán es el cuarto, por suplencia, pero no sabemos qué pasará mientras se completa la transición a la nueva Fiscalía General […]. México necesita un sistema de justicia más profesional, en que el Procurador o el Fiscal sean autónomos frente a los demás poderes del Estado. La renuncia de Cervantes abre una gran oportunidad. El problema es que lo hace en un momento en que el PAN y el PRD están en un ánimo destructivo. Se avergüenzan de haber apoyado las reformas estructurales y para borrar ese pasado incómodo están dispuestos a todo, menos a llegar a acuerdos que beneficien al país”.

También en El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe sobre la bomba política que deja la salida de Raúl Cervantes, y asegura que el hoy ex Procurador planeaba ya su renuncia al cargo pues “estaba harto […]. Es raro ver ejemplares en la función gubernamental que no sean capaces de resistir a todo, a lo que sea, con tal de seguir en un puesto de poder. Pero sucedió. Cuando escucharon el penúltimo párrafo de su intervención, los senadores se quedaron como en estado de choque. El Procurador les aventaba la renuncia en la cara y aprovechaba para lanzar una crítica inusual en alguien en esa posición y más inusual aún en alguien que se va: De #FiscalCarnal pasó a #FiscalCarnívoro: Primero les fustigó que ante tantos cuestionamientos de que era cómplice, había metido a la cárcel a los que se creían impunes: gobernadores corruptos, alcaldes huachicoleros, del PRI y de todos los partidos. Segundo, le dejó a su sucesor una granada política en el escritorio, para que decida si la lanza o deja que le explote en las manos: anunció que el caso Odebrecht está concluido […]. La investigación apunta contra los que ya se sospecha del PRI y contra algunas sorpresas: al parecer el brazo corruptor de Odebrecht alcanzó también al PAN y al PRD a nivel estatal. Tercero, les soltó que se iba porque ya no quería que usaran su nombre como argumento para frenar las nuevas leyes que requieren la PGR y las procuradurías locales frente al nuevo sistema de justicia penal […]. Se prevé que radiografiará el tamaño de la crisis en la procuración de justicia en todo el país. El Frente puede festejar la caída del Procurador […]. Pero esa victoria se puede convertir en derrota si guardan el puesto para dárselo a algún cercano suyo”.

Una PGR colapsada es lo que deja Raúl Cervantes y que no sólo es responsabilidad suya sino de sus antecesores, pues de acuerdo con el periodista Carlos Puig, este es un diagnóstico que ya se había anunciado hace tiempo, por ello en su columna en Milenio, escribe que la procuraduría:”una institución colapsada […]. Lo reiteró Raúl Cervantes en su informe al Congreso en febrero […]. La mayoría de los asuntos en archivo, sin detenidos, corrupción desatada, diseño institucional hecho pedazos, capacitación casi inexistente… […] es el diagnóstico de la PGR sobre la PGR. Todo esto, además, en medio del nacimiento de la Fiscalía General de la República y el nuevo sistema de justicia. Por eso es que la decisión que haya tomado el Presidente Peña y que conoceremos en las próximas horas es fundamental. Apostar a un Procurador de relleno, o a uno que le cuide las espaldas al gobierno, sería patear a una institución que ya está en el piso. La fragilidad de la procuraduría, de las procuradurías, la ausencia de estado de derecho y la impunidad son hoy los factores fundamentales que evitan el desarrollo y el crecimiento. Desaprovechar la coyuntura para construir la nueva fiscalía y, como dijo Cervantes ayer, con eso impulsar las fiscalías especializadas y las estatales sería una irresponsabilidad que pagaremos para siempre. La PGR colapsó, hay que demolerla y construir otra cosa”.

La PGR actualmente necesita del trabajo de los senadores, pues existen una serie de reformas necesarias en la dependencia frente al nuevo sistema de justicia penal, por lo que la salida de Cervantes, busca favorecer que la discusión de dichas leyes se agilice, así lo manifestó en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, la cual asegura que: “si lo que buscan son pretextos, la oposición al gobierno deberá buscarse otros argumentos. En un hecho sorpresivo, Raúl Cervantes renunció a la PGR. ‘A efecto de que no sigan deteniendo las urgentes leyes que el país necesita, he decidido enviar al Presidente y al Senado mi renuncia’. Cervantes confió en que a partir de su renuncia, las fuerzas políticas en el Congreso aprueben las leyes que necesita el país. Sin embargo, todo indica que no será así. Ana Lilia Herrera, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, dijo que el siguiente paso será el nombramiento del nuevo Procurador y habrá que esperar, por ley, para determinar quién ocupará la Fiscalía. Ya no hay excusas, se debe sacar la agenda pendiente. A trabajar”.

La junta previa en la que Cervantes informó a Peña de su renuncia ha salido a relucir en distintos medios, destacando los asuntos que el ex Procurador dejó concluidos y en manos de su sucesor. Sobre ello en Milenio, el periodista Joaquín López Dóriga, escribe que: “el sábado 7 […] Cervantes habló de su desgaste y del obstáculo en el que lo habían convertido los legisladores de oposición, sobre todo anayistas, para impedir la aprobación de la Fiscalía General de la República […]. El Presidente Peña Nieto aceptó las razones de Cervantes, las formas y los tiempos. Y entre el viernes y el domingo habló con Emilio Gamboa, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, que este lunes, ayer, Cervantes presentara ante esa instancia su renuncia en la que habló de logros y pendientes y de su paso a un lado para la aprobación de la fiscalía, que quedó, como siempre ocurre a las instituciones, desplazada por la inquina personal. Y de su texto destaco dos aspectos: primero, el de los ex gobernadores presos, sujetos a proceso, prófugos o bajo investigación […] por los abusos y excesos que cometieron con recursos públicos y la conclusión de las investigaciones respecto a uno de los mayores esquemas de corrupción internacional que en América Latina y México se hayan visto, refiriéndose a Odebrecht y a altos ex funcionarios de Pemex, ex directores incluidos, que ahora habrá de concluir y ejecutar su sucesor, Alberto Elías Beltrán, por ahora encargado del despacho. En fin, que Cervantes resistió el desgaste del proyecto de hacerlo ministro de la Corte y el de la fiscalía, pero no el personal de quien llegado el momento se reclama. ¡Pero qué necesidad! Ya ni siquiera de regresar a su escaño”.

Lo que también ha salido a relucir son las sospechas sobre los verdaderos motivos de la renuncia de Cervantes, pues se especula que podría tratarse de una estrategia para convertirse en el #FiscalCarnal ya desde su puesto de Procurador, sino del de ciudadano, así lo asegura en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, la cual menciona que: “apenas se sobrepusieron al desconcierto de su renuncia, los sospechosistas comenzaron a especular que Raúl Cervantes renunció como Procurador general sólo para convertirse… ¡en Fiscal general! Es decir, que su dimisión fue un acto de ilusión óptica, pues al convertirse en ‘ciudadano’, podría competir como cualquier otro por ser designado en el cargo que, hasta hace unos meses, ya traía en el bolsillo. Las suspicacias se elevan toda vez que él mismo no aclaró si se descarta para contender, se aventó un discurso tuitero muy ad hoc para ser candidato y el propio Emilio Gamboa, quien tendrá que operar el nombramiento en el Senado, consideró que puede participar sin restricción alguna. ‘Ora que si no va por ahí la jugada, Cervantes también podría volver a aspirar a la Suprema Corte pues renunció justo a tiempo para cumplir con el requisito de haberse separado un año antes de una eventual nominación. Cosa de recordar que el ministro José Ramón Cossío concluye su periodo el 30 de noviembre de 2018. ¡Excelente casualidad!”

En tanto, en Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “la renuncia del ex Procurador Raúl Cervantes tomó por sorpresa al Senado, donde los coordinadores integrantes de la Junta de Coordinación Política habían sido citados desde el pasado viernes para recibir las conclusiones de la consulta nacional Construyamos Justicia, que se harán públicas en 10 días. El único que conocía la decisión fue el líder priista Emilio Gamboa, porque así se lo comunicó un día antes el Presidente Enrique Peña Nieto. Cuando el yucateco preguntó si se podía invitar a los medios al encuentro, el abogado amagó con retirarse y dejar solo por escrito la renuncia, porque ese era el acuerdo”.

 

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