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Ricardo Ravelo

18/08/2017 - 12:00 am

Lozoya benefició a empresa guachicolera

Las transas del exdirector de Pemex –quien es acusado en Brasil de recibir sobornos de Odebrech por diez millones de dólares –están documentadas por la Procuraduría General de la República (PGR) y por la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados. En lasas pesquisas resulta más que evidente que el exfuncionario también se involucró, a través de sus empresas aliadas, en el robo de combustibles a gran escala.

“Tan pronto se entronizó en Pemex, Lozoya creó una amplia red de empresas para adjudicarles contratos millonarios y así beneficiarse mediante el pago de sobornos”. Foto: Cuartoscuro

Durante su gestión como director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya no solamente terminó enredado en la corrupción orquestada por la compañía Odebrecht sino que convirtió a la paraestatal en un verdadero botín: repartió contratos al por mayor, algunos sin licitaciones, para beneficiar a amigos, compadres y socios.

Las transas del ex director de Pemex –quien es acusado en Brasil de recibir sobornos de Odebrech por diez millones de dólares –están documentadas por la Procuraduría General de la República (PGR) y por la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados. En lasas pesquisas resulta más que evidente que el ex funcionario también se involucró, a través de sus empresas aliadas, en el robo de combustibles a gran escala.

Esto salió a flote cuando la Policía Federal descubrió una toma clandestina en un parque industrial de Tula, Hidalgo, propiedad de la empresa Construcciones Industriales Tapia, cuyo propietario es Juan Carlos Vargas Tapía, quien lo mismo realizó jugosos negocios con Emilio Lozoya, Odebercht, OHL y aparece enredado en los escándalos de corrupción en Pemex operados mediante la asignación de contratos sin licitación.

Según los expedientes consultados, Construcciones Industriales Tapia se enredó en la madeja de corrupción de Loyoza y su equipo. Fue una de las compañías más beneficiadas a partir del 2012, cuando Emilio Lozoya –actualmente investigado por recibir sobornos de Odebrecht –arribó a la dirección General de Pemex.

Tan pronto se entronizó en Pemex, Lozoya creó una amplia red de empresas para adjudicarles contratos millonarios y así beneficiarse mediante el pago de sobornos. Y así fue como Construcciones Industriales Tapia alcanzó una etapa de Jauja y esplendor.

De la noche a la mañana se convirtió en una de las empresas consentidas de los altos funcionarios de Pemex , pues le otorgaron múltiples contratos multimillonarios a pesar de que en muchos casos la empresa carecía de experiencia suficiente para desarrollar los trabajos en las refinerías de la paraestatal.

Pero la inexperiencia de los integrantes de esta empresa no resultó impedimento para asignarle contratos, ya que han contado con el respaldo de funcionarios y ex funcionarios de la parestatal –incondicionales de Lozoya –como Froylán Gracia y Miguel Tame Domínguez, éste último fungió como director de Pemex Refinación en tiempos de Lozoya.

De acuerdo con los documentos consultados, Construcciones Industriales Tapia se benefició con el contrato DCPA-OP-SCC-SPR-CPFG-A-15 por un valor superior a los cien millones de pesos y otros por 19 millones de dólares para la reparación de la planta catalítica 1 de la refinería de Cadereyta. Esto ocurrió entre 2015 y agosto de 2016.

Pese a tener un periodo de término, el contrato ha tenido ampliaciones para realizar trabajos de reparación de la misma planta en tres ocasiones y de esa forma el contrato se ha extendido hasta este año, lo que implica una violación de la ley.

Todo esto ocurrió a pesar de que la paraestatal debió someter a licitación las nuevas ampliaciones de los trabajos de mantenimiento de dicha planta, pero ha preferido asignarlos a la empresa Construcciones Industriales Tapia, lo que ha generado protestas de diversas empresas contratistas que, según denunciaron, llevan meses sin trabajo y a la espera de un contrato. Todo esto ocurre debido a que desde Pemex los funcionarios hacen arreglos con las compañías para ganar altos porcentajes de ganancias mediante la asignación de contratos o la ampliación de los mismos.

La red de funcionarios con los que opera el grupo de Lozoya está encabezado, entre otros, por Eduardo de la Cruz, un cercano colaborador de Tame Domínguez –ligado a Lozoya –cuando fungía como director de Pemex-Refinación

La danza de contratos asignados a las empresas consentidas no se detuvo a pesar de las denuncias. Entre 2012 y octubre de 2014, Lozoya y su grupo de socios otorgaron un contrato –ROPL08212P –por un monto superior a los 53 millones de dólares a los grupos empresariales Technip de México de R.L., Technip S&W Process Technologies Inc, Global Offshore México y, por su puesto, Construcciones Industriales Tapia, que fue beneficiada con 13 millones de dólares mediante diversos contratos adicionales.

De acuerdo con las denuncias que se hicieron llegar a Pemex, a la Comisión de Energía y a la PGR, Construcciones Industriales Tapia nada tenía que hacer en esta asignación de contratos, pues carecía de experiencia para desarrollar los trabajos. Sin embargo, los intereses del equipo de Lozoya, representado por Miguel Tame, se impuso y de esa forma salieron beneficiados con cuantiosas ganancias.

Construcciones Industriales Tapia supo abrirse mayores oportunidades en Pemex mediante la instrumentación de los sobornos, según las denuncias. Y fue de esa forma que logró también obtener en forma directa el contrato PXR-OP-SCC-SPR-GPA-10-13 –por un monto superior a los 64 millones de dólares “para el desarrollo de ingeniería, construcción, procura de equipos, capacitación, arranque y pruebas de comportamiento de la nueva planta de hidrógeno número 2, así como la terminación de un gasoducto en la refinería Héctor Lara Sosa”.

La empresa Construcciones Industriales Tapia no ha sido ajena a los escándalos de corrupción ni de robo de hidrocarburos. Por ejemplo, entre 2012 y 2013 apareció ligada a la empresa OHL que, como se recordará, se vio fuertemente inmiscuida en las conversaciones grabados que dieron a conocer por los medios de comunicación en la que se menciona a Emilio Lozoya como el principal operador para la asignación de contratos millonarios.

De igual forma, en marzo de este año, la empresa Construcciones Industriales Tapia, cuyo dueño es Juan Vargas Carlos Tapia, se vio implicada en el robo de combustibles en el parque industrial Atitalaquia, en Tula, Hidalgo, propiedad de la empresa.

La Policía Federal descubrió que en ese parque industrial había una toma clandestina que se utilizaba por miembros de esa empresa para la ordeña de un ducto por donde se extraían millones de litros de gasolinas para luego ser vendidos en el mercado informal.

De estos hechos tiene conocimiento las Policía Federal. Mediante el oficio PF/DSR/CEH/GAA/P.D. 015/2017, se dio parte al Ministerio Público de la Federación sobre lo hallado en el parque industrial de Construcciones Tapia:

“Nos permitimos informar a usted que el día de hoy, al estar efectuando nuestro servicio de inspección, verificación, seguridad y vigilancia, dentro de las acciones específicas para prevenir ilícitos y debido a los problemas que existen en la región (sustracción ilícita de hidrocarburos) a bordo de los carros radio patrulla con número económico 15637, 15638 y 15635 del grupo anti asaltos de la Coordinación Estatal Hidalgo Tripuladas por los suscritos, siendo las 13:30 horas al (ir) transitando sobre la calle cerrada de Tula (camino al basurero), en el Parque Industrial de Atitalaquia, nos percatamos que sobre el terreno baldío se apreciaban irregularidades sobre la superficie por lo que al realizar la inspección del lugar localizamos una manguera de hule de color negro, misma que al seguir el rastro nos percatamos que uno de sus extremos estaba adherido por medio de coples metálicos al ducto propiedad de Pemex (toma clandestina), la cual se localiza a veinte metros de la vía del tren, con Georeferencia 200597180-992581970, por lo que se procedió a asegurar el mismo que quedó bajo la custodia del C. Oficial Víctor Villafaña Baltazar y Suboficial David Hernández Pedraza”.

Y añade el informe: “Continuando con la inspección del lugar y al seguir el rastro de la manguera de hule sobre el terreno baldío, aproximadamente a 300 metros de la toma clandestina pudimos apreciar que esta se introduce a la empresa Construcciones Industriales Tapia y corre por debajo de una barda trasera que delimita dicha empresa”.

Tras el hallazgo de la toma clandestina, los policías dieron parte a Pemex, al Ministerio Público de la Federación con sede en Tula, Hidalgo, y se procedió a asegurar el inmueble para posteriormente proceder a su cateo”.

Los hechos fueron expuestos ante las autoridades por Eduardo Becerril Cortés, suboficial de la Policía Federal y quedó registrado bajo el expediente 1210.

Emilio Lozoya ahora está en el ojo del huracán tras las denuncias que lo implican con Odebrecht, la empresa que ha sido exhibida en varios países por su forma de operar. El tema no queda sólo en el soborno de 10 millones de dólares que habría recibido Lozoya por parte de este consorcio para obtener contratos. El asunto ahora apunta a que el consorcio brasileño puede estar detrás del financiamiento de la campaña de Enrique Peña Nieto en el 2012, lo que la presidencia de la República ha negado.

De esta forma, a un año y cuatro meses de que concluya el sexenio, Enrique Peña Nieto nada en escándalos de corrupción que parecen imparables que implican tanto a ex gobernadores, ex colaboradores y a él mismo. La PGR por ahora citó a declarar a Emilio Lozoya sobre el caso Odebrecht, pero tal parece que el caso será sepultado.

La razón: que no hay voluntad de investigar ni mucho menos ir a fondo. La Fiscalía Antocorrupción ni siquiera se ha pronunciado en estos casos. Tal parece que está convertida en una figura decorativa de mal gusto para tapar el saqueo del país y no para investigar.

Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.

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