Exprisioneras de campo de concentración nazi regresan setenta años después

19/04/2015 - 7:30 am

Berlín, 19 abr (EFE).- Más de 80 mujeres, la mayoría ya nonagenarias, regresaron hoy al antiguo campo de concentración nazi de Ravensbrück en el setenta aniversario de su liberación, un “deber” que cumplieron para recordar a las miles de camaradas que murieron antes de la llegada del Ejército rojo.

Ravensbrück, en el actual estado de Brandeburgo (este), fue el mayor campo de concentración de mujeres en territorio alemán.

“Nuestras camaradas que murieron aquí no deben ser nunca olvidadas”, subrayó la presidenta del Comité Internacional Ravesnbrück, Annette Chalut, durante los actos conmemorativos, a los que asistieron la pareja del presidente alemán, Daniela Schadt, y la esposa del presidente polaco, Anna Komorowska.

Chalut, francesa encerrada en ese campo por luchar en la resistencia, recordó a sus 90 años que “el mal acecha en todos los sitios” y pidió a las nuevas generaciones que estén atentas para detectarlo.

“Responsabilidad quiere decir que no debemos callar”, recalcó por su parte la ministra alemana de Educación, Johanna Wanka, en referencia a los casos de xenofobia y antisemitismo que todavía se registran en el país.

Por Ravensbrück pasaron alrededor de 133.00 mujeres y niños, además de 20 mil hombres y se estima que miles murieron de hambre, enfermedades o a causa de los experimentos médicos que se realizaban en el campo.

A finales de 1944 se levantó una cámara de gas provisional y en los meses previos al final de la guerra fueron ejecutadas en ella entre 5 mily 6 mil prisioneras.

Cuando el 30 de abril de 1945 el Ejercito rojo llegó al campo, quedaban en él dos mil prisioneros enfermos que habían sido abandonados al no poder participar en las “marchas de la muerte” con las que el régimen nazi intentó evacuar todas las instalaciones en los últimos meses de la contienda.

No lejos de Ravensbrück, en la localidad de Orienburg, cercana a Berlín, los nazis levantaron el campo de concentración de Sachsenhausen, que hoy también conmemoró el setenta aniversario de la llegada de los soldados soviéticos y polacos.

En él fueron recluidas más de 200 mil personas, primero opositores políticos y después muchos de los considerados por el régimen nacionalsocialista como racial o biológicamente “inferiores”.

Decenas de miles de personas murieron en las instalaciones y, como en Ranvensbrück, en las “marchas de la muerte”, con lo que el 22 de abril de 1945, cuando se abrieron sus puertas, sólo quedaban en el campo unos 3 mil prisioneros enfermos.

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