Descubre la UNAM posible antibiótico en el veneno de alacranes

20/03/2015 - 12:05 am
Los péptidos de alacranes podrían constituir una nueva generación de antibióticos. Foto: Especial/UNAM.
Los péptidos de alacranes podrían constituir una nueva generación de antibióticos. Foto: Especial/UNAM.

Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).–El investigador emérito del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Lourival Possani, realizó dos descubrimientos sobre el veneno de los alacranes y su función como antibiótico. Se trata de unas pequeñas proteínas llamadas péptidos que están dirigidos a bacterias para las cuales los fármacos comerciales ya no tienen efecto. Otro resultado que se obtuvo, fue que los péptidos reconocen un sitio muy específico en los linfocitos humanos y que podrían ayudar a controlar el desarrollo de enfermedades inmunológicas como diabetes tipo 1, psoriasis y artritis reumatoide. La especialidad de Possani es la bioquímica del veneno de los alacranes y al trabajar con sus componentes, se descubrieron una serie de proteínas y de péptidos con una acción farmacológica importante. Al estudiar el veneno se encontraron unos péptidos que funcionan como antibiótico, los cuales impiden el desarrollo de ciertas colonias de bacterias o de microorganismos dañinos para el humano. Se trata de potenciales antibióticos de una nueva generación, ya que los conocidos en la actualidad, son sustancias que tienen que ver con el ensamblado de las membranas que inhiben algunas enzimas o que actúan a nivel del material nucleico de la bacteria; no obstante, debido a su uso indiscriminado se han generado cepas resistentes y ya no hacen efecto. Esto es en la actualidad un gran problema de salud pública, asegura Lourival Possani. Los péptidos descubiertos no son tóxicos; en realidad, el alacrán los usa para defenderse de bacterias y microorganismos saprofitos que viven en el suelo, su hábitat. Después de estudiarlos desde el punto de vista bioquímico, fueron sintetizados en el laboratorio de Possani, para modificar un poco su estructura. Algunos actúan sobre virus, o bien, sobre hongos. Por lo pronto, ellos han ensayado con una larga lista de bacterias, entre ellas varias cepas de Escherichia coli. En colaboración con el Instituto Nacional de Salud Pública, entidad poseedora de un repertorio de las bacterias resistentes de los hospitales, se hicieron pruebas y los péptidos funcionaron de manera adecuada. En el caso específico de las cepas de Escherichia coli, ya se hace una transferencia del conocimiento a una compañía farmacéutica mexicana interesada en añadir los péptidos a los fármacos convencionales para aumentar su eficacia y disminuir las dosis elevadas que, muchas veces, causan efectos colaterales. Los otros péptidos presentan actividad de moduladores de un canal celular de potasio muy especial, pues fue identificado como pieza clave en el posible tratamiento de enfermedades autoinmunes y hasta en casos de rechazo de órganos. Es de esta manera que reconocen un sitio específico en los linfocitos humanos y bloquean los canales llamados Kv1.3.1. La teoría que presentan es que si se obstruyen, se inhibe el desarrollo de enfermedades inmunológicas, padecimientos donde el propio sistema inmune del individuo no reconoce a alguna proteína y la ataca, según explicó el investigador de la UNAM. Es el caso de la diabetes tipo 1 donde el individuo fabrica anticuerpos que desconocen sus propias células del páncreas, encargadas de fabricar insulina y las elimina, lo que provoca que el paciente sea insulino-dependiente desde la niñez.

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