“Tengo dientes de leche y me como a las periodistas chaparritas”: Diego Rivera a Elena Poniatowska

20/11/2013 - 12:00 am
Quiere escribir 10 libros, uno para cada uno de sus nietos. Foto: EFE
Quiere escribir 10 libros, uno para cada uno de sus nietos. Foto: EFE

Ciudad de México, 20 noviembre (SinEmbargo).– La escritora mexicana Elena Poniatowska,  flamante ganadora del Premio Cervantes, es la cuarta mujer en recibir el galardón considerado el Nobel español, luego de María Zambrano, Ana María Matute y Dulce María Loynaz.

Escritora y periodista, nació en París el 19 de mayo de 1932. Llegó a México en 1941 donde se convirtió en una intelectual de energía inagotable, amiga de todos los personajes que construyeron la cultura diversa y transformadora este país.

Amiga de Juan José Arreola, de Carlos Monsiváis, de Diego Rivera, de Luis Buñuel y, sobre todo, amiga de su madre a la que perdió en 2001, el mismo año en que recibiera el premio Alfaguara de novela por La piel del cielo.

Su crónica sobre la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968, reflejada en el libro La noche de Tlatelolco, es aún material de consulta inapreciable y su novela Tinísima, dedicada a la fotógrafa italiana Tina Modotti, ha sido considerado un tratado de enorme belleza que da cuenta de los febriles años ’20 en un México que se abría al mundo.

Elena Poniatowska ganó el premio Rómulo Gallegos en 2007 por su novela El tren pasa primero, basada en el  movimiento ferrocarrilero mexicano de 1959, y por su profuso trabajo en los medios gráficos, donde desarrolló una técnica impecable de la entrevista amena y confesional.

Hoy, esta dulce anciana de origen aristocrático y de militancia de izquierda, es considerada maestra de  periodistas.

Octavio Paz la elogiaba porque “domina el arte de escuchar” y el cronista y escritor Carlos Monsiváis, su gran amigo fallecido en 2010, le decía “Elenita” con una ternura que ella añora hoy, casi con desgarro.

Al fin y al cabo, fue Poniatowska la que hizo temblar el Palacio de Bellas Artes en junio de 2010  cuando en un estremecedor discurso preguntó al aire y con voz fuerte y llorosa: “¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi?. Aquí estamos tus amigos, preguntándote, por qué nos hiciste esto… Por qué no nos preparaste para tu ausencia…”

Su apellido es de origen polaco y su familia vivió en Francia durante tres generaciones. Toda su vida en México ha sido al servicio de las causas sociales y de un oficio que abrazó con pasión en 1953, “por el afán de saber, de participar y también el afán de ser querido”.

Lee a todas horas y escribe todo el tiempo, pero jamás aceptaría que la llamaran una intelectual. “Soy una mujer ama de casa. Tengo diez nietos, voy al supermercado y tengo que pulir las lámparas, hacer el desayuno, hacer la comida, hacer la cena. Me gusta mucho hacer eso. Y pienso que debí hacerlo más cuando mis hijos eran pequeños, en vez de apasionarme con la escritura”, se lamenta.

A la literatura la mira con respeto. “Ahora con la edad pienso que me cuesta más trabajo ser crítica y a medida que avanza el tiempo en vez de ganar seguridad, la pierdo”, admite.

Sin embargo, no le va nada mal con sus novelas. En un territorio editorial donde la competencia se ha hecho feroz, esta mujer de ojos azules, pelo blanco y muy bien llevados 81 años ganó en 2010 el premio Biblioteca Breve 2011 por la novela Leonora, dedicada a su amiga, la pintora inglesa Leonora Carrington.

Esta semana, la editorial Alfaguara dio a conocer El universo o nada, la biografía “de un estrellero que fue mi esposo”, Guillermo Haro.

LE GUSTA RECIBIR PREMIOS

Dice que le gusta recibir premios, porque “son un aliciente a tanto trabajo, tanto esfuerzo. Realmente es muy difícil escribir. No es nada alivianado. Digamos que es más fácil hacer periodismo, ¿no le parece?. Por ejemplo, si tuviera que hacer una entrevista o una crónica, ya sé que con ese tema de las prisas, con esa cuestión de la entrega, puedo librarme del compromiso. Si sale algo más o menos siempre tendré la excusa de que no tuve suficiente tiempo. Pero aislarse y estar encerrada durante un tiempo para hacer una novela, la llena a una de mucha responsabilidad. La literatura es un acto solitario, todo depende de uno mismo, no le puede echar la culpa a nadie”, afirma.

Durante la conferencia de prensa ofrecida al recibir el Cervantes. Foto: Diego Simón Sánchez, Cuartoscuro
Durante la conferencia de prensa ofrecida al recibir el Cervantes. Foto: Diego Simón Sánchez, Cuartoscuro

Para “Elenita”, como es llamada por sus más cercanos” fue muy importante recibir el Rómulo Gallegos en 2007 y le dejó un sabor agridulce hacerse acreedora del Alfaguara en 2001.

“Ese fue el año en que murió mi madre, que fue una mujer extraordinariamente valiente. Era bellísima, tímida y extremadamente preocupada por sus hijos. Quiero demostrar mi cariño, ser así, como era ella”, cuenta.

Orgullosa de sus hijos Emmanuel, Felipe y Paula, porque “son muy buenos y desprendidos, tienen perros y gatos y aman los árboles”, jamás les pregunta si han leído un libro suyo.

“Creo que cuando me muera leerán algo para saber más de su madre, pero ahora es como un trabajo, hablamos de cosas generales”, dice.

“Mis hijos son gente de primera, porque no viven para ellos mismos o para estupideces como para un coche o una casa. Ellos viven para los demás”, agrega.

QUISIERA DEDICARSE MÁS A LOS LIBROS

Dice que escribe mucho, que de todas maneras el tiempo no le alcanza para dedicarse –como quisiera- más a los libros.

“Ahora siento que se me acerca más el fin y quisiera poner orden en todos mis papeles, no soy organizada, me faltan muchos materiales. Mis hijos no van a querer todo lo que hay aquí, no los puedo abrumar, en la vida moderna de los jóvenes no hay cabida para los libros, entonces, quiero organizar, recuperar. Tengo muchísimas libretas en los que hay cuentos poemas y quisiera ver de qué se trata. Y quisiera donar, porque si yo me muriera ahora les dejaría un gran problema”, afirma.

No abandona sus impulsos periodísticos y tiene ambiciones que aunque tal vez nunca se cumplirán la confirman como una verdadera representante del oficio. Quisiera, por ejemplo, entrevistar a Nelson Mandela y entre las entrevistas que no pudo hacer se encuentra la del Dr.Atl (seudónimo del pintor mexicano Gerardo Murillo), quien una vez la fue a buscar a su casa.

“Supongo que habría escuchado hablar de mí y me quería saludar, conocer. Yo no lo fui a buscar y esperé y después murió. Hay muchas cosas que no he hecho. He trabajado mucho, la cantidad de volúmenes y volúmenes de entrevistas, algunas muy inútiles que me ha mandado a hacer claro, el jefe de redacción”, cuenta.

Dedicó el Cervantes a sus hijos. Foto: Misael Salvatierra, Cuartoscuro
Dedicó el Cervantes a sus hijos. Foto: Misael Salvatierra, Cuartoscuro

Entre las cosas inútiles que hizo en sus inicios como periodista están las notas de consejos de belleza, crónicas de boda, notas de estilo. “Eso a mí no me interesaba”, admite, al tiempo que revela su máximo objetivo: “Quisiera hacer un libro para cada uno de mis nietos. Tengo diez. Leonora está dedicado  a mi nieto homas Haro Refuveille. El universo o nada es para Inés, la hija de Felipe. Voy a ir de mayor a menor”, dice.

Militante de izquierda “hasta la muerte”, como suele decir, está convencida de que “nada le ha hecho más daño a México que la deshonestidad. Las diferencias entre clases sociales crearon odio y resentimiento y los gobiernos no han sabido dar respuestas a las necesidades de la gente. El fuego no se puede apagar con más fuego”, dijo durante una conferencia en San Miguel de Allende, donde recordó la figura del muralista Diego Rivera.

“Él no podía entrar a mi casa porque había pintado desnuda a mi tía, Pita Amor. Me lo previno mi madre, quien tenía miedo de que me desvistiera. Tengo dientes de leche y me como a las periodistas chaparritas fue lo primero que me dijo cuando lo conocí. Su paciencia era tan grande como su panza”, recordó Poniatowska.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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