El barro negro asume su lugar en la Guelaguetza San Bartolo

22/07/2014 - 7:26 am

Coyotepec, Oax., 22 Jul. (Notimex).- Los alfareros de esta comunidad de los Valles Centrales acuden puntuales a su cita a un costado del Palacio Municipal, en el Mercado de Artesanías y en las instalaciones del Tianguis Artesanal, a un lado del que fue taller y domicilio de Rosa Real, mejor conocida como “doña Rosa”.

Por séptima ocasión, con motivo de las fiestas del Lunes del Cerro, en esta tierra de Rosa Real, quien continuó la tradición de sus ancestros, pero a la vez descubrió que el barro negro de Coyotepec podía brillar, y con ello logró para su pueblo el renombre nacional e internacional con el que ahora cuenta, siguen viviendo de la tierra hecha escultura.

Más de 150 artesanos inician la muestra para ofrecer las piezas y utensilios que con creatividad, talento y sensibilidad elaboran en talleres familiares.

El barro negro forma parte del tianguis artesanal que anualmente se presenta en el marco de las fiestas de los Lunes del Cerro, que aumenta la derrama económica en esta localidad de raíces zapotecas, toda vez que los artesanos reconocen que esta fecha representa una oportunidad para consolidar su presencia como productores alfareros.

Cada año esta exhibición gana interés de los visitantes de México y el mundo, quienes pueden adquirir los trabajos hechos en barro negro de Coyotepec.

La muestra, inaugurada ayer por las autoridades municipales y comunales, así como del Instituto Oaxaqueño de las Artesanías, permanecerá abierta al público hasta el próximo 28 de julio.

En esta comunidad, 60 por ciento de los casi tres mil habitantes trabajan el barro negro. La labor requiere paciencia y esmero, hasta cubrir los pasos que permiten hacer que el lodo o barro se convierta en objeto donde la imaginación de cada artesano queda ricamente plasmada.

Los propios orfebres reconocen que la economía de San Bartolo Coyotepec gira en torno del famoso barro negro y calculan que 80 por ciento de sus ingresos provienen de esa actividad.

Por eso cada año se empeñan en mejorar este festival del barro, que recibe un importante impulso con motivo de las fiestas del Lunes del Cerro.

El barro, en principio amarillento, es moldeado o formado en piezas y después horneado, hasta adquirir un color negro mate. Así se trabajó por años; así lo hacían Juventino Nieto, esposo de doña Rosa; también Pedro Caballero, Máximo Fabián Pedro y Modesta González Ruiz, entre muchos otros.

Pero doña Rosa, la mundialmente reconocida alfarera, descubrió cómo hacerlo brillar sin pintura.

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