El Gobierno justificó estos gastos, considerados como “imprevistos”, asegurando que “son legales”, amparados por las facturas correspondientes, y argumentó que responde a la necesidad de cuidar la imagen del Presidente
Guatemala, 22 enero (EFE).- La Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad (SAAS) de la Presidencia de Guatemala desvinculó hoy al mandatario, Jimmy Morales, de cualquier tipo de responsabilidad en la decisión de pagar con dinero público diversos gastos, como masajes, licores o flores.
“La SAAS asume la responsabilidad de sus decisiones y deja claro que el señor presidente es ajeno a sus actuaciones administrativas”, dijo la entidad en un comunicado publicado en su web, en el que recuerda que entre sus funciones está brindar “toda clase de apoyo administrativo y logístico” a Morales y su familia.
La entidad, dependiente de la Presidencia, dijo que su trabajo se desarrolla en actividades “oficiales y personales” en Guatemala y en el extranjero y que la organización interna responsable de “asuntos administrativos y operativos” es la obligada a responder por sus “deberes y obligaciones”.
La semana pasada, una investigación revelada por el periódico local Nuestro Diario muestra como el Presidente guatemalteco, el mejor pagado de toda Latinoamérica, con un salario mensual de 146 mil quetzales (casi 20 mil dólares), cobró al Estado artículos de uso personal y regalos.
Entre los productos hay ropa deportiva (gorras de golf, medias para correr, camisetas y pantalones), vitaminas, unas gafas de 21 mil 900 quetzales (casi 3 mil dólares), champú para el cabello o un servicio de lavandería de 28 mil 940 quetzales (unos 4 mil dólares).
Pero en las facturas también se observan diversos obsequios que realizó Morales, como varias botellas de whisky (una de ellas costó 500 dólares), flores por más de 6 mil 800 dólares, libros o cuadros.
Este pronunciamiento de la entidad gubernamental se produjo después de que Morales asegurara este lunes a la prensa que esos gastos no tenían que ser pagados con su salario y que era la SAAS la que debía responder a este asunto.
Según el vocero presidencial, Heinz Hiemann, el Presidente “no le solicitó nada de esto a la SAAS”, por lo que dicha entidad deberá responder ante la Contraloría General de Cuentas (CGC).
Uno de estos gastos, confirmó Hiemann, por 14 mil 819 quetzales (2 mil 018 dólares) en ropa deportiva fue para “atender una invitación del embajador de los Estados Unidos, Luis Arreaga, para jugar tenis”.
El Gobierno justificó estos gastos, considerados como “imprevistos”, asegurando que “son legales”, amparados por las facturas correspondientes, y argumentó que responde a la necesidad de cuidar la imagen del Presidente.
“Los anteojos -que costaron casi 3 mil dólares- se compraron porque estamos hablando de quien representa al país”, por lo que “tenemos que tener la imagen presidencial a un nivel alto”, dijo el titular de la SAAS, Orlando Ramírez, sobre estas compras en el momento de la investigación.
