El brazo de Aurelio Rodríguez, baluarte de los Tigres de Detroit; el verdadero “A-Rod”

23/09/2013 - 12:00 am
Foto: Twitter
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Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).- Una conductora  sufre un infarto por una avenida de Detroit. El coche se sale de control yendo directo a la acera donde un grupo de personas se encuentra reunido alrededor de un ex pelotero de Grandes Ligas. Aurelio Rodríguez tenía 52 años un día como hoy del año 2000 cuando de camino al hospital moriría tras el choque fatídico. Mexicano de nacimiento, se volvió un emblema en Michigan.

Nació en Cananea, Sonora en 1947. A los 20 años cumplió su propio sueño americano tras cruzar la frontera y llegar a las Grandes Ligas. Arribo a Los Ángeles y cuatro año después, recién iniciada la década de los 70, se puso la franela de los Tigres de Detroit. Una travesía que duraría ocho años. El legado del sonorense fue un retrato artístico de lo que significa jugar bien a la defensiva. Nunca fue un buen bateador, sin embargo, su brazo fuerte y sus manos seguras le dieron un lugar de privilegio en el Roster.

Humilde desde siempre, incapaz de perder el piso, Rodríguez sonreía todo el tiempo. Con el don de hacer amigos en donde estuviera. Fiel siempre a sus principios llenos de optimismo, lograba inspirar a sus compañeros de equipo. Aurelio ganaría el guante de oro en 1975, el primer tercera base que lo hacía desde 1959. Fueron 13 años en la Gran Carpa donde defendió a siete equipos, sobresaliendo con el equipo felino de Detroit. Como una premonición del destino, ahí donde conoció la gloria, la muerte lo alcanzó.

Foto: mlb.com
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Nadie dudaba de su brazo. No había pelotero alguno que tirara más fuerte en el Infield. Desde la almohadilla de tercera base, produjo grandes alegrías a quienes compartieron el vestidor. Conocido como “Chi Chi”, el pelotero mexicano de gran calibre sobresalió por una sola parte de su cuerpo. El brazo de Aurelio dominó al mejor beisbol del mundo antes de regresar a México para seguir dando cátedra. Sonriente, entregado y devoto, puso su talento al servicio de la liga del pacífico con los Yaquis de Obregón y los Cañeros de Los Mochis.

En su corta carrera como manager dirigió a los Sultanes de Monterrey para ser campeón de la liga mexicana en 1991, además de llevar a los Acereros de Monclova a su única serie final en 1998. Aquel que también defendió la camiseta histórica de los Yankees de Nueva York, no pudo dejar su legado como Manager a la par de su etapa como jugador. Cuando el destino le ponía ofertas nuevas para continuar con su carrera, el destino fatal lo alcanzó.

En Detroit hubo una consternación sin igual, tras la noticia letal de su muerte. Aurelio Rodríguez jugó ocho años en esa ciudad para encumbrar la tercera base de un equipo tradicional de las Grandes Ligas. En suelo donde el fervor automovilístico domina las pasiones, un mexicano puso su brazo para dividir las pasiones deportivas. Entre los aficionados de los Tigres, se suele decir que el Aurelio es el verdadero A-Rod.

Foto: Facebook
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