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Gustavo De la Rosa

04/05/2024 - 12:04 am

¿Regresamos a 1968?

Hoy escucho las mismas voces, las mismas posiciones, las mismas amenazas y veo en la televisión a los jóvenes de hoy argumentando con un sentido humanista la necesidad de terminar la guerra en Gaza.

Policías avanzan contra manifestantes propalestinos en el campus de la UCLA el jueves 2 de mayo de 2024, en Los Ángeles. Foto: Ethan Swope, AP

Nueva York, Mayo de 2024, la Universidad de Columbia está tomada por los estudiantes y los maestros los apoyan, graves amenazas sobre ellos: la fuerza pública detiene a los manifestantes. ¿Iniciará la primavera por la paz?

París, 1968. La Sorbona está tomada por los estudiantes, los maestros y los intelectuales los apoyan. El rector permite la entrada de la fuerza pública al campus a detener a los estudiantes. Inicia El “Mayo Francés”.

El año de 1968 empezó para mí en el mes de febrero: estudiaba primer año de Derecho y Víctor Orozco me invitó a una marcha por la “libertad de los presos políticos” detenidos en Michoacán. La marcha era de Dolores Hidalgo a Morelia, la delegación Chihuahua éramos un puñado que nos agrupábamos en la “Sociedad Ignacio Ramírez”  y todo empezó a complicarse en Salamanca. El gobierno había publicado un desplegado en contra los comunistas que iban a invadir la ciudad, pudimos cruzar la ciudad pero solo para acampar junto al cementerio, y de ahí por la carretera hacia la siguiente escala, en Valle de Santiago.

De manera increíble conquistamos al pueblo que por alguna razón tenía estaba contra el Presidente Municipal. Muchos lugareños nos acompañaron en la plaza principal en un mitin verdaderamente exitoso. Esa noche tomé pulque al natural, por primera vez, que nos compartió un jornalero solidario.

Cuando fui  a recoger la bebida, entré a una vivienda que no tenía más de metro y medio de altura, un fogón, petates y cobijas. Yo conocía la pobreza en la comarca lagunera y en las colonias de Juárez, pero nada como esa  vivienda y recibir la solidaridad de aquellas familias a nuestra marcha, por ideas muy lejanas a su vida cotidiana, invitarnos frijoles y pulque, y acompañarnos al día siguiente de nuestra marcha por algunos kilómetros. Me enseñó de que se trata la política en México.

Unos kilómetros después, nos rodearon los soldados en una zona de curvas con paisajes muy hermosos y lagunas que me dejaron asombrado, pero la belleza del lugar contrastó con el actuar arbitrario y amenazante de los soldados, que nos obligaron a subir a autobuses que llevaban y cuando nos preguntaron: ¿De dónde íbamos? Nuestro grupo contestó: “Del  Distrito Federal”.

Así conocí la Ciudad de México. Conseguimos una entrevista con Carlos Madrazo en su oficina, y nos hizo un análisis impresionante, empezando con la celebración de la ofensiva del Tet en Vietnam. Escuché por primera vez la frase: “Se pelea en las goteras de Saigón”. Aquella energía y manejo de la información no volví a experimentarla hasta que conocí a Porfirio Muñoz Ledo.

Así empezó 1968 para mí, con toda la fuerza de la juventud y el entusiasmo profundo, para transformar a Mexico. Tarea que sigue empujándome 56 años después.

Hoy escucho las mismas voces, las mismas posiciones, las mismas amenazas y veo en la televisión a los jóvenes de hoy argumentando con un sentido humanista la necesidad de terminar la guerra en Gaza.

Nosotros exigíamos terminar la guerra en Vietnam.

Y claro que las voces contra Israel por el ataque sistemático a la sociedad civil en Gaza no impresiona a los gobernantes estadounidenses: ellos hicieron lo mismo contra la ciudad de Hanói, causando miles de muertes civiles de niños.

Y se alzaron las voces y los puños, la rebeldía contra los tiranos se extendió por todo el mundo –el soviético incluido– y en México nos enfrentamos a una de las respuestas oficiales más terribles.

Cuánto crecerá y hasta dónde llegarán estás voces humanistas, Buenos Aires, California, Francia, Inglaterra. Y en México, ¿ se atreverán los estudiantes y maestros a limpiar de corrupción sus universidades?

Cierro los ojos y escucho a Joan Baez cantando “La respuesta está en el viento”, de Bob Dylan, que fue nuestro himno internacional de lucha.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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