EL FACTOR MANCERA: ¿ARRASTRARÁ AL PRD? ¿QUIÉN SE BENEFICIA?

26/02/2015 - 12:00 am

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) llegará este verano a unas elecciones peligrosas, dicen los analistas. Los pleitos internos, el desprestigio, las acusaciones de corrupción y la cercanía con Los Pinos y con el PRI lo ponen en una posición difícil, coinciden. Sin embargo, dos factores de peso, inéditos además, operan en su contra: uno es la aparición de una fuerza que le compite (Morena) y el otro, el pésimo desempeño de Miguel Ángel Mancera en la capital del país, bastión cultivado con esmero por sus antecesores.

Aunque en apariencia se ha mantenido a distancia del proceso electoral, el pasado fin de semana fue señalado por los líderes de dos corrientes perredistas de supuestamente interferir en la designación de candidatos del PRD a través de su Secretario de Gobierno. Analistas y perredistas dicen que la ambición de Héctor Serrano Cortés tiene carambola: al hacerse de candidaturas perredistas, el Jefe de Gobierno ha caído en una trampa que eleva las apuestas en su contra. Ahora es contendiente electoral y su papel de neutralidad se perdió. Deberá enfrentar, irremediablemente, a Andrés Manuel López Obrador y a su partido.

Junto con las acusaciones –rechazadas tanto por Mancera como por el presidente del PRD capitalino, Raúl Flores– vinieron las advertencias de que el Secretario Serrano estaría buscando beneficiar su propio proyecto político y que la supuesta interferencia podría beneficiar, indirectamente, al PRI.

¿Qué tanto afectará el mal desempeño del Jefe de Gobierno al PRD? ¿Quién se beneficia con su debacle y la debacle perredista? Los analistas de los procesos políticos de la capital tienen alguna idea de ello…

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La desaprobación del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, ¿influye en la elección de este verano? Foto: Cuartoscuro

Por Mayela Sánchez y Shaila Rosagel

Ciudad de México, 26 de febrero (SinEmbargo).- Las elecciones del próximo 7 de junio en el Distrito Federal, en las que se elegirá a los 16 nuevos jefes delegaciones y a los 66 diputados locales, serán decisivas para la izquierda mexicana, pues pondrán en juego al principal bastión del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

En la disputa por el poder en la capital del país, el PRD enfrenta al menos tres problemas: la aparición del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), nacido de una escisión de la izquierda y que abandera el político que más votos ha significado en la historia de las izquierdas del país, Andrés Manuel López Obrador; su propio descrédito por las pugnas internas entre las llamadas “tribus” y por las cuestionadas gestiones de sus delegados; y la creciente desaprobación del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, a quien además se le atribuye una cercanía con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), inédita en sus antecesores.

Mancera Espinosa es el Jefe de Gobierno que ha conseguido el cargo con la mayor cantidad de votos: 63.5 por ciento de los capitalinos que votaron en 2012, lo hicieron por él. Sin embargo, tras dos años de gestión su popularidad ha caído significativamente, como han mostrado las periódicas encuestas de los diarios Reforma y El Universal.

En la encuesta más reciente, publicada en Reforma el pasado 5 de diciembre, la desaprobación ciudadana del Jefe de Gobierno alcanzaba el 60 por ciento. Dicho porcentaje, que se había mantenido así desde julio de 2014, era el más alto desde que el diario comenzó con el ejercicio, en abril de 2013, cuando el nivel de reprobación del mandatario local fue de 26 por ciento.

Públicamente, el Jefe de Gobierno se ha mantenido a distancia en el proceso electoral, especialmente del que internamente llevó a cabo en días pasados el partido que lo llevó al poder. Sin embargo, el pasado fin de semana, durante el Consejo Electivo del PRD para las candidaturas a delegados y diputados locales, Mancera fue acusado de interferir en la designación de candidatos perredistas.

Los señalamientos provinieron de los líderes de dos de las corrientes que quedaron rezagadas en el proceso interno electivo: Agustín Guerrero Castillo, coordinador nacional de Movimiento Progresista (corriente liderada por el ex Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard) y René Bejarano Martínez, líder de Izquierda Democrática Nacional (IDN, la tercera corriente más importante dentro del PRD) y quien no fue elegido por el partido como candidato plurinominal a una diputación federal.

El primero en acusar que desde la Jefatura de Gobierno se estaban decidiendo las candidaturas del PRD fue Guerrero Castillo, quien el viernes 20 sostuvo que tanto los líderes de las llamadas “tribus” como quienes deseaban ser candidatos “entran y salen” de las oficinas de Mancera.

Dos días después, Bejarano afirmó que el Jefe de Gobierno controlaba el reparto de candidaturas a través del Secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés,  y del director del Servicio de Transporte Eléctrico del Distrito Federal, Eduardo Venadero, quien sería su “brazo operativo”.

El mandatario local negó las acusaciones y le mandó un mensaje a Bejarano: “Creo que sería necesario que hable con los representantes de su partido, en el PRD hay varias corrientes y es con todas esas estructuras con las que él puede platicar”.

El presidente del PRD en el Distrito Federal, Raúl Flores García, también rechazó las afirmaciones.

Según Bejarano y Guerrero, Serrano estaría preparándole el “terreno” al PRD para enfrentar a Morena, pero al hacerlo estaría sacando provecho para su propio proyecto político, pues los candidatos de la corriente Vanguardia Progresista a los que habría impulsado son sus incondicionales y no los de Mancera.

No sólo Serrano saldría ganando con esta supuesta operación: el bajo perfil de varios candidatos que él habría elegido directamente ayudaría a darle juego al Partido Revolucionario Institucional (PRI), tercera fuerza política en la capital del país, a decir de Bejarano.

Ya sea que funja como operador político o como un gobernante con una impopularidad inédita, la figura del Jefe de Gobierno, quien no es militante perredista pero consiguió el cargo arropado por ese partido, sí podría afectar negativamente al PRD, aunque no de forma determinante, consideran analistas políticos y expertos en comunicación política consultados por SinEmbargo. Incluso, estiman algunos, el efecto que Mancera podría tener sería menos perjudicial que el del desprestigio que el partido enfrenta y que pone en riesgo su hegemonía en la capital.

MANCERA, EL IMPOPULAR

Foto: Cuartoscuro
Un análisis del CIDAC señala que Mancera Espinosa “echó a perder” el capital político que tenía cuando asumió el gobierno, a finales de 2012. Foto: Cuartoscuro

El pasado 19 de febrero, el Centro de Investigación para el Desarrollo, AC (CIDAC), publicó en su boletín semanal un análisis en el que apuntaba que Mancera “echó a perder” el capital político que tenía cuando llegó a la Jefatura de Gobierno, con el más alto número de votos que ha conseguido un candidato a Jefe de Gobierno. Fueron 45 puntos de ventaja sobre su rival más cercano, aprobación que gradualmente se ha desdibujado gradualmente.

Quien se beneficiará del debilitamiento de Mancera, planteó la encubadora de ideas, será Morena: el partido liderado por López Obrador –argumenta– buscará catapultar sus triunfos en las principales delegaciones, que son también las más redituables política y económicamente, para forjar un camino hacia la elección de 2018.

“Morena aprovechará las críticas a la gestión de Mancera, el debilitamiento estructural del PRD, y pondrá la mayoría de sus recursos en la obtención de triunfos en las principales delegaciones del DF.  Esto será clave a fin de forjar el camino hacia un 2018 exitoso. Iztapalapa con la ex delegada Clara Brugada y Cuauhtémoc con el Diputado y ex Gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, pueden darle al partido de Andrés Manuel López Obrador un significativo avance electoral, aunque para ganar ésta última, Morena tendrá que luchar contra el grupo de Bejarano que, aunque molesto, sigue dentro del PRD”, plantea el texto de CIDAC.

El director de Análisis Político de CIDAC, Antonio de la Cuesta, piensa que Mancera no “jalará hacia abajo al partido”, pero tampoco le ayudará, a pesar de no contar con niveles tan bajos de popularidad como el Presidente Peña Nieto.

“Puede afectar, pero no será un factor decisivo; aún así, Morena sí le pegará fuerte al PRD”, opina.

Pero para el politólogo Telésforo Nava, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la merma en la popularidad de Mancera podría favorecer también al PRI.

El experto en la izquierda mexicana sostiene la hipótesis de que Mancera deliberadamente ha emprendido políticas o acciones impopulares para perjudicar al PRD y fortalecer al PRI, partido al que identifica como cercano.

Nava ejemplifica con el caso de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, que el próximo marzo cumple un año parcialmente fuera de servicio luego de que se detectaron fallas en la operación. Si bien el problema no se le puede atribuir a Mancera, descarta el investigador, porque la obra fue hecha durante la gestión de Ebrard, el actual Jefe de Gobierno estaría prolongando la inactividad de la Línea 12 con el objetivo  de destruir políticamente a su antecesor.

Cuando se anunció su suspensión temporal -el 12 de marzo de 2014- se dijo que su reapertura sería antes de acabar el año. Mas no ocurrió así. Luego, el pasado 2 de febrero Mancera dijo que existía le compromiso de reabrir la Línea 12  en noviembre de este año, pero de acuerdo con el cronograma del programa general de rehabilitación, todavía después de noviembre habrá un periodo de prueba cuya duración no se precisaba, según reportaron medios de comunicación.

“Están prolongando todo esto a que pasen las elecciones, a que haya un costo político [para Ebrard] en el proceso electoral de próximo junio, y esto ha pegado mucho a los cientos de miles de pasajeros que a diario usaban ese servicio”, opina Nava.

Si bien, en la lógica del académico, la intención de esa dilación sería afectar políticamente a Ebrard -cuya permanencia en el PRD de por sí está en vilo luego de que le negaron una candidatura a diputado federal-, también tendría un peso negativo para el partido del Sol Azteca.

Lo mismo podría ocurrir como respuesta a otras medidas que Mancera ha emprendido y que han sido criticadas, cuando no rechazadas, por los ciudadanos, como el incremento en el precio del transporte público, especialmente en el costo del boleto del Metro. También podrían enlistarse las restricciones a la circulación de automóviles con más de 15 años de antigüedad (conocido como “Doble Hoy No Circula”); los abusos policiales y detenciones arbitrarias durante las marchas; o la tardía y tibia respuesta que dio cuando la plancha del Zócalo fue usada como estacionamiento durante el segundo Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.

A ello podrían sumarse el problema de la inseguridad, que el mandatario capitalino ha minimizado, el escándalo del Oficial Mayor, Edgar Armando González Rojas, quien renunció en octubre de 2014 tras la divulgación de audios en los que se le involucra en supuestas compras de insumos con sobreprecios, o el avance de proyectos inmobiliarios en varias zonas de la ciudad pese al rechazo de los vecinos.

“Son una serie de políticas muy impopulares, que cualquiera diría qué lo que está haciendo Mancera, tal parece que [es] trabajar para desprestigiar al PRD y que éste en el futuro pierda las elecciones”, considera Nava.

No obstante, señala el politólogo, el más perjudicado por sus acciones impopulares será el PRD, no él. “Esto sí va a repercutir definitivamente en la votación del PRD en este año en las elecciones, pero sobre todo en el 2018”, advierte.

La última encuesta de Reforma reprobaba la atención que el Jefe de Gobierno había dado a problemas como la corrupción y la seguridad pública y, en general, calificaba su gestión con un 5, la nota más baja que ha obtenido en el ejercicio del diario y que se mantenía así desde julio de 2014.

Ante la posibilidad de que este descontento se refleje en las urnas en junio próximo, el presidente del PRD, Flores García, en la capital dijo a SinEmbargo el pasado 19 de enero -en el arranque de las precampañas en el Distrito Federal- que casi todos los candidatos que llegaban con números extraordinarios al cargo sufrían después una caída en las encuestas, por el desgaste propio de la gestión.

Flores García sostuvo entonces que las campañas políticas iban a ser una oportunidad para el PRD de diferenciarse y “presumir” el trabajo que han hecho los gobernantes emanados de ese partido. Sobre Mancera se expresó de esta forma: “Vamos a apoyar también el trabajo que ha hecho el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Si bien no es perredista, ha surgido del voto perredista y está comprometido con una política de izquierda”.

Para Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), es probable que el partido del Sol Azteca no utilice en su campaña electoral en la Ciudad de México la imagen de Mancera.

Pero sí utilizarán los programas sociales del gobierno capitalino y, sobre todo, sus bases y estructura, estima.

De modo que “Mancera afectaría en la forma en que los programas sociales segmentan al electorado. Por ejemplo, en el contexto de las clases medias donde hay menos programas sociales, hay más volatilidad y Mancera no sería un factor a utilizar”.

Sin embargo, dice López Montiel, el Jefe de Gobierno no será un factor determinante en las elecciones y dependerá de la percepción que exista entre el electorado de cada delegación.

EL PRD SE ARRUINA SOLO

José Antonio Sosa Plata, consultor en Comunicación Política y Coordinador del Diplomado en Redes Sociales 2.0 en la Universidad Iberoamericana (UIA), explica que las elecciones intermedias se caracterizan porque los ciudadanos votan por los partidos y no por los candidatos, como es el caso de los diputados que serán electos para la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Sin embargo, señala, cuando las elecciones son de jefes delegaciones la regla se modifica, pues el candidato adquiere peso para la decisión del electorado.

“Esto es en la teoría. En la realidad las cosas se le descompusieron a la izquierda desde que acentuó sus divisiones. Esto genera confusión cuando el ciudadano emite el voto, el ciudadano no sabrá en todos los casos cuando emite el voto qué corriente puso a tal o cual candidato y esta elección será inédita”, expone.

El reciente reparto de candidaturas locales y federales en el PRD es muestra de ello. En ambos procesos, la corriente Nueva Izquierda – conocida como “Los Chuchos” por los liderazgos de Jesús Ortega y Jesús Zambrano- se quedó con la mayoría de las candidaturas. En el caso del Distrito Federal, el otro grupo que más beneficiado resultó fue Vanguardia Progresista, operado por Serrano.

IDN resultó el gran perdedor no sólo por el rezago de las otras corrientes, sino por el abandono de algunos de sus integrantes durante el proceso electivo.

La noche del sábado pasado se dio a conocer que Alejandro Fernández , jefe delegacional con licencia en Cuauhtémoc, así como el Diputado federal José Luis Muñoz Soria, abandonaron las filas de la corriente de Bejarano para sumarse a Vanguardia Progresista.

Sobre la ruptura, Bejarano dijo en una conferencia de prensa que se debió a la cooptación que promovió el gobierno de la Ciudad de México, a través de Serrano, “garantizándole una candidatura a José Luis Muñoz a cambio de que renunciara a la IDN”.

Explicó que la causa de la ruptura con algunos de los dirigentes de la delegación Cuauhtémoc, encabezados por José Luis Muñoz y Alejandro Fernández, fue la precandidatura de la actriz María Rojo a la jefatura delegacional.

Bejarano Martínez acusó que el propio Mancera habló con la también ex jefa delegacional de Coyoacán para pedirle que renunciara a esa precandidatura y aceptara una para una diputación plurinominal.

Detalló que en una reunión que se llevó a cabo durante un receso del Consejo, “Los Chuchos” y Vanguardia Progresista hicieron acuerdos para quedarse con la mayoría de las candidaturas.

“Ahí hicieron un acuerdo entre ellos para distribuirse la mayor parte de las candidaturas, ideal método para excluir la representación correspondiente en prácticamente la mayoría de las delegaciones. Ante ese abuso, esa actitud incorrecta y falta de oficio político se dijo a varios compañeros que era en represalia en respuesta a las declaraciones que yo había hecho por la mañana que el Jefe de Gobierno se había molestado muchísimo y que entonces la intensión era excluirnos y no permitir que la IDN no tuviera su adecuada representación”, aseguró.

Bejarano dijo que las corrientes Nueva Izquierda, Alternativa Democrática Nacional y Foro Nuevo Sol hicieron la propuesta de conceder a IDN tres candidaturas para jefaturas delegacionales y seis para diputados locales de mayoría relativa.

Las candidaturas ofrecidas a IDN fueron las delegaciones Azcapotzalco, Álvaro Obregón y Benito Juárez (bastión del Partido Acción Nacional) y los distritos locales 18, 23, 29, 17, 20 y 25 (los tres últimos con poca probabilidad de ganar).

El fin de semana previo, el PRD había elegido a sus candidatos a diputaciones plurinominales y dio los mejores lugares de las listas de las cinco circunscripciones a militantes que fueron miembros del Consejo Rector del Pacto por México; a Luis Maldonado Venegas, creador de la llamada “Ley Bala” en Puebla, que cobró la vida de un niño de 13 años en el municipio de Chalchihuapan; y a Jesús Valencia Guzmán, delegado de Iztapalapa con licencia, quien chocó en una camioneta propiedad de la empresa Amexire, que cambió en varias ocasiones su versión sobre lo hechos y que supuestamente está bajo investigación.

Las diputaciones fueron acaparadas por la corriente de “Los Chuchos”, e incluso se dejó fuera al ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal  Ebrard Casaubón y a Bejarano Martínez.

Otros perredistas que consiguieron los primeros lugares de las listas plurinominales son los ex presidentes nacionales Jesús Zambrano Grijalva y Guadalupe Acosta Naranjo.

El primero fue acusado por varias corrientes perredistas de firmar el Pacto por México por su cuenta, en diciembre de 2012, y el segundo de formar, junto con Zambrano, parte del Consejo Rector del acuerdo que impulsó las reformas estructurales de Peña Nieto.

“Ganó la representación del Pacto por México: Jesús Zambrano Grijalva, [Guadalupe] Acosta Naranjo y todos los que estuvieron ahí. Ganó Enrique Peña Nieto, y el PRD perdió su oportunidad de recuperar un carácter de oposición y de contrapeso al PRI. Ganó gente que ha estado negociando las reformas estructurales y esto da muestra clara de qué tipo de oposición será el PRD para la próxima legislatura”, dijo entonces Guerrero Castillo.

Las pugnas internas no son lo único que podría costarle electoralmente al PRD. Las gestiones poco transparentes y sin rendición de cuentas de sus delegados, las quejas ciudadanas contra ellos y el uso que hacen de sus cargos para beneficio personal también podrían pesar en los electores.

Los ejemplos sobran: el Delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo, acusado de extorsión; la de Iztacalco, Elizabeth Mateos, acusada de exigirle a sus colaboradores el 10 por ciento de sus ingresos, bajo amenaza de ser destituidos si se negaban; los de Cuauhtémoc, Alejandro Fernández, y Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, involucrados en escándalos por la realización de fiestas privadas en monumentos históricos.

El pasado 18 de enero, en un hecho inédito, 12 de los 14 delegados perredistas renunciaron a sus cargos para buscar candidaturas a diputaciones locales. El actuar de los delegados perredistas, que de este modo dejaron inconclusa su gestión, fue criticada por los sectores empresarial y eclesiástico católico, quienes los llamaron “chapulines” e instaron a los ciudadanos a no votar por ellos.

Una decena de esos funcionarios consiguieron una candidatura para contender por el cargo de diputados locales. El delegado de Iztapalapa, Valencia Guzmán, quien supuestamente renunció al cargo para no entorpecer la investigación en su contra, consiguió una candidatura plurinominal a diputado.

Ante este panorama, la académica Ivonne Acuña Murillo, del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, considera que la designación de candidaturas de servidores públicos cuestionados, como Valencia o el Delegado con licencia de Coyoacán, Mauricio Toledo, también le resultará contraproducente al PRD.

“La forma en que están distribuyendo las candidaturas en el Distrito Federal no habla bien del PRD. Nos encontramos con un PRD de rebatinga, de repartición de cuotas, pero no como un instituto construido realmente con fortalezas en el que se estén discutiendo proyectos de Nación, sino que se están peleando recursos y cuotas”, expresó. “Pareciera ser que quien dirige al PRD, quien está controlando mayormente al PRD, ‘Los Chuchos’, quieren acabar de destruirlo desde adentro”.

MANCERA, ¿OPERADOR DE QUIÉN?

Foto: Cuartoscuro
Públicamente, Mancera ha manifestado que no está afiliado al PRD, a pesar de ser el partido que lo postuló para la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Foto: Cuartoscuro

Sosa Plata considera que la figura de Mancera Espinosa influirá sólo en el PRD: en mayor medida en la elección de diputados locales y en menor intensidad en la de jefes delegaciones. El factor decisivo será la estructura territorial y las bases que cada fuerza de izquierda logre movilizar.

“Los jefes de gobierno influyen de manera positiva o negativa en un proceso electoral. Podríamos decir que influirá hasta ahorita de manera positiva porque subió en las encuestas, pero no sabemos cómo va a cambiar porque aún Andrés Manuel no empieza hacer campaña intensa en el DF. Lo que va a determinar el resultado de estas elecciones es el manejo territorial. Mancera influirá con su imagen sí, pero no sabemos en qué proporción”, dice.

El consultor agrega que el PRD tiene a su favor frente a otros partidos la capacidad de movilización y de estructura territorial en la Ciudad de México.

Para Acuña Murillo y Nava las acusaciones de que Mancera habría interferido en la designación de candidatos también podría ser vista como una señal de su interés por apuntalarse políticamente hacia 2018 como candidato a la Presidencia. Una eventual salida de Ebrard del PRD fortalecería esta posibilidad, al ser Mancera el gobernante arropado por el PRD con el cargo más visible y más importante para construir desde ahí una candidatura.

Mas la intención del Jefe de Gobierno podría encontrar resistencias dentro del propio partido, como lo advirtió Guerrero Castillo, quien lanzó una advertencia:“Que se cuide Mancera, porque Héctor [Serrano] no es un hombre de lealtad a una persona, sino así mismo, a su propio proyecto. Le fue leal al anterior Jefe de Gobierno, hasta que Marcelo [Ebrard] dejó la Jefatura [de Gobierno]. Ahora aparece como el primer mancerista de la ciudad, pero eso se acabará cuando salga el actual Jefe de Gobierno”.

El coordinador del Movimiento Progresista señaló además que los candidatos que competirán en las elecciones intermedias de este año en el Distrito Federal son incondicionales a Serrano.

“Es un primer andamiaje que está tejiendo con gente incondicional a Serrano, está construyendo hoy los apoyos en las delegaciones. Mancera está en una situación difícil, él no es perredista, no puede opinar, pero le dio todo su aval a Serrano para que lo haga por él”, afirmó.

Otra postura es la de Fernando Gutiérrez, director del Departamento de Comunicación del ITESM Campus Estado de México, quien explica que la cercanía del Mancera Espinosa con el PRI y el Presidente de la República es lo que influirá en las elecciones de este año.

“No ha sido bien visto. Tiene mayor peso el hecho de que en algunas acciones ha coincidido más con la postura del gobierno federal, que con su propio partido. Es una de las cuestiones que difícilmente le puede perdonar el voto duro”, opina.

Gutiérrez recuerda que desde que inició su gobierno, Mancera se ha mantenido muy poco ligado al partido que lo llevó al poder.

En cuanto a la cercanía de Mancera y el gobierno federal, Sosa Plata estima que tendrá un impacto directo en la izquierda radical, pero no en la que conforma las filas perredistas.

“La izquierda radical está con Andrés Manuel, no con el PRD de ‘Los Chuchos’. El factor Mancera-Peña Nieto no alterará de manera sustantiva los resultados. El problema no está ahí, sino en la división de la izquierda”, expone.

Según el consultor, es difícil predecir qué sucederá en las elecciones intermedias de este año, debido que son inéditas en la ciudad: es la primera vez, desde que la izquierda es gobierno, que compite dividida. Sin embargo, prevé que esa división le servirá al PRI, pues a pesar del desprestigio de Peña Nieto incrementará sus votos en la Ciudad de México.

El desarrollo de las campañas en puerta, explica, dará más información para medir el impacto de la imagen de Mancera y sobre todo, de la división de las izquierdas en los comicios que se realizarán el próximo 7 de junio.

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