América – Cruz Azul: una final en busca de la gloria y de exorcizar un demonio que cumple 15 años

26/05/2013 - 1:00 am

Ciudad de México, 26 de mayo (SinEmbargo).- Las rodillas del Chaco Giménez mantienen en vilo a toda la afición del Cruz Azul. El jueves pasado, en el partido de ida de la final del clausura 2013, el “10” del equipo de la noria rindió homenaje a Carlos Hermosillo, ídolo celeste, y se elevó en el área para meter un cabezazo que dejó sin opciones a Moisés Muñoz para poner una ventaja mínima que pudo perdurar hasta el final de los 90 minutos.

En el transcurso, en medio del desenfreno y dominio americanista, Giménez anduvo cojeando con la mano en las rodillas. Durante los partidos previos, al Chaco se le vio calentar con mucha anticipación al inicio del juego. Sus problemas físicos no son nuevos. En la temporada se perdió muchos partidos e incluso se llegó a pensar que se ausentaría toda la temporada. Su regreso ha sido vital para que Cruz Azul haya llegado hasta esta final.

El legado del mejor jugador de campo del Cruz Azul se ha transmitido a todo el equipo de Memo Vázquez. Tras ganar la Copa MX, la Máquina Celeste ha puesto la pelota a rodar con un  estilo llamativo. La fortaleza de sus mediocampistas y el alto porcentaje de definición, coloca a los azules con una pisca de ventaja en las quinielas, aunque el plantel entero se ha encargado de quitarse presión al renunciar al mote de favoritos.

En el juego de ida, la explosividad del América pasó lista y se plantó en la hierba mojada del estadio Azul. Con poca actitud ofensiva, Cruz Azul se refugio en el esplendoroso gol de Giménez y se agrupó en la figura que complementa el rendimiento que ha hecho de este equipo tan potente en la ofensiva como infranqueable en defensa. José de Jesús Corona definió su estatus de ídolo en Londres tras ganar el oro olímpico. A su vuelta, la seriedad de sus formas y su carácter explosivo sirvieron para construir una solidez defensiva después de la copa ganada en Cancún.

Con la ventaja en el marcador, Corona tapó todo lo que le llegó haciendo vibrar a un estadio repleto donde los cruzazulinosn veían el final del partido con una victoria más en esta liguilla. Los americanistas, mas frustrados que tristes, saben que fueron mejores en el accionar del partido. Con la pelota dominada, escuela de Miguel Herrera, los de Coapa no supieron abrir el marcador y para sorpresa de todos, ni Raúl Jiménez ni Chucho Benítez continuaron su buena racha goleadora.

Dos equipos que siempre tienen que ser campeón se enfrentan en temporada lluviosa del Distrito Federal. El majestuoso estadio Azteca lucirá a reventar este domingo cuando la edición del clásico joven deje como resultado una estrella más en uno de los escudos simbólicos del País. El primer acto dejó la incertidumbre a todo lo que da.

Con frustración en el lado americanista y con la ilusión de un Cruz Azul que quiere acabar con tantos años de burlas, el segundo acto final tendrá las expectaciones dignas de un partido que promete mucho. Dos grandes frente a frente, yendo de tú a tú, cada uno con sus armas mientras la grada se deshace en emociones. Una copa en juego con diferente significado para cada equipo. El América quiere la gloria de once campeonatos, el Cruz Azul exorcizar 15 años de malaria.

 

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