Berlín, 30 Sep (Notimex).- Los abusos y humillaciones contra refugiados se produjeron por docenas en el alojamiento Burbach, en el estado germanoccidental de Renania del Norte Westfalia, en el que viven 750 solicitantes de asilo político procedentes de diversos países.
Así lo reconoció uno de los agentes de seguridad, que junto a otros seis agentes trabajan en el albergue Burbach para una empresa privada que paga el gobierno de la localidad, durante una entrevista con el diario local Siegerlandkurier.
El individuo, que es investigado por la policía junto a los otros agentes, consideró que el alojamiento es un espacio donde ellos, en su calidad vigilantes, es decir, de autoridades, pueden prescindir de la ley y actuar según su criterio.
El caso de Burbach levantó un debate en Alemania sobre las condiciones de vida de los refugiados en los alojamientos en que las autoridades los colocan una vez que inician la revisión de su caso para decidir si se les otorga el asilo o si serán deportados.
Esa espera se prolonga con frecuencia durante años, así que los solicitantes de asilo político y refugiados viven en esos lugares que la administración pública les asigna, totalmente aislados de la población alemana.
El agente que hizo las declaraciones al diario local reconoció haber estado presente cuando se tomó la foto que provocó el escándalo desde el viernes pasado.
En esa imagen se ve a un individuo en el suelo, atado de pies y manos, y su cabeza es pisada por la bota de un agente de seguridad al que no se le ve la cara pero que ya fue plenamente identificado.
La foto también capta a un agente de seguridad que observa la escena y sonríe burlonamente. El agente de seguridad entrevistado por el diario local declaró que cuando un refugiado “se porta mal” es encerrado en un cuarto que solo tiene un colchón y no se le permite ir al baño.
Los excrementos, los vómitos y la basura se acumulan a veces en los pasillos y en los baños sin que los agentes se ocupen de que se haga algo al respecto para restablecer las condiciones de higiene.
En Burbach había cuatro agentes de seguridad para 750 refugiados y en los últimos días la cifra aumentó a seis.
El ministro alemán del Interior, Thomas de Meziere, declaró por su parte que tiene plena confianza en que el gobierno de Düsseldorf hará todo para evitar casos semejantes en el futuro.
De Meziere consideró innecesario abrir una discusión sobre las condiciones que prevalecen en esos alojamientos en Alemania.
El ministro federal declaró que pese a estos casos no se perfila una disminución del flujo de refugiados que llega a Alemania y que el número es actualmente tan elevado como no lo era desde la década de 1990.
En tanto, el ministro del Interior de Renania del Norte Westfalia, Ralf Jäger, acudió al alojamiento de Burbach para pedir una disculpa a sus habitantes.
Jäger calificó los hechos de ser despreciativos de la dignidad humana y aseguró que dará seguimiento a cada una de las denuncias en el estado, el cual alberga un total de 19 alojamientos para refugiados.
