Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).- En una entrevista de antología, hace ya muchos años, hecha por la famosa periodista Marilia Gabriela para su programa en la TV O Globo, el músico Gilberto Gil expresaba su modestia cuando la periodista le pidió que hablara sobre sus aficiones intelectuales.
A su lado, Caetano Veloso se sonrojaba cuando el amigo y colega que estaba destinado a ser ministro de cultura de Brasil, explicaba que de los dos “el verdadero intelectual es Caetano, puesto que él sí es orgánico, tenaz y disciplinado en sus lecturas”, decía Gil.
Imposible no coincidir con esa apreciación. Lector voraz, grafómano, analista social y político, hombre políglota y lúcido, el artista nacido en San Salvador, Bahía, el 7 de agosto de 1942, es un intelectual que viene de esos tiempos en que significaba algo ser un intelectual.
Poco dado a callar lo que piensa sea cual fuere el tema en cuestión, su lugar central en la cultura y el pensamiento de su país de origen le ha costado no pocas polémicas, sobre todo cuando las nuevas generaciones –por lógica pura- ejercen el derecho obligado de “matar al padre” para poder crecer y dar el siguiente paso.
“Pienso mucho. Leo mucho. Siempre parecí pertenecer a la raza de los meditativos. Pero me gustan el carnaval, las raves, los bailes funk, los shows de rock y todo eso aparece sobre el escenario”, se defendía Caetano en una entrevista que le hiciéramos hace unos años.
Más allá de su carrera prolífica y extraordinariamente trascendental –por usar una palabra que él ha empleado en su recorrido musical, como fundador junto a Gil, su hermana Maria Bethania y el citado Gilberto Gil, entre otros, del movimiento conocido como Tropicalismo-, Veloso es sin duda un pensador.
Y es la sustancia de su pensamiento lo que rescata y destaca la editorial argentina e independiente Marea al publicar el libro El mundo no es chato, una antología que recoge los textos publicados por el bahiano en distintos medios a lo largo de 45 años de agitada y emocionante vida intelectual.
“El Caetano articulista, escritor y ensayista emerge en este libro que nos invita a un viaje que comienza con sus primeros textos de joven crítico de cine en los ‘60, pasa por sus cartas y notas de prensa enviadas desde el exilio londinense en la década del ‘70 y llega hasta su discurso reciente”, explica el boletín de prensa de Marea.
“Los temas van desde la censura al amor, de la estética a la política, de la sexualidad a la manipulación de la prensa. Oswald de Andrade, Bob Dylan, Visconti, Pelé, Jimi Hendrix, Gilberto Gil, Clarice Lispector, Tom Jobim, Cazuza, Federico Fellini, Fernando Pessoa, Elis Regina, Federico García Lorca, son solo algunos de los nombres que atraviesan estas páginas.
Retratos, crónicas, ensayos y textos de vanguardia que nacen tanto de la admiración y la ternura como de la indignación, de la ironía y de la sátira”, agrega.
UN PENSAMIENTO MUSICAL
Un pensamiento musical y estimulante, nacido de la cadencia de un hombre acostumbrado a crear desde la razón y análisis una obra tan potente como la que supo construir a través de innumerables discos con canciones que hoy constituyen un capital clásico de la música popular brasileña, se erige en un trabajo recopilatorio a cargo del periodista Eucanaã Ferraz.
“La escritura de Caetano muestra, del mismo modo, una danza del intelecto: entre la racionalidad y la intuición, la argumentación lógica y la inestabilidad de la declaración apasionada, el rigor del análisis y el aprecio por la expresividad provocativa de la incoherencia”, dice Ferraz, un poeta y académico que también escribió libros dedicados a Vinicius de Moraes.
“Los grandes hallazgos del volumen son los dispersos prólogos, las contratapas y presentaciones de libros realizadas por Caetano, que rescatadas y reunidas en sus páginas componen un gran mapa sobre sus gustos y preferencias y permiten caprichosos recorridos entre sus recuerdos y convicciones”, escribe el periodista y crítico Martín Pérez en el periódico argentino Página 12.
“De la modelo Gisele Bündchen a Clarice Lispector, Caetano es capaz de bucear al mismo tiempo profunda y superficialmente en lo brasileño y también lamentar una timidez que no se condice con el personaje que se deduce de su libertad y decisión con la letra escrita.
Hay más, mucho más en el libro, desde la columna con que acompañó los desnudos de Gal Costa en la revista Status brasileña –donde confiesa que intentaron salir, pero nunca funcionó– hasta sucesivos retratos admirados ante la obra de Milton Nascimento o la belleza de Maria Bethânia”, agrega.
Su pasión por Federico Fellini: “Hago música popular y soy un apasionado por el cine. Mi música está llena de imágenes invisibles que vinieron de las grandes pantallas. Las imágenes escondidas en lo más hondo de mi sonido, las que marcan decisivamente su sentido, vienen de los films de Fellini”.
Su pasión por Clarice Lispector: “Leer a Clarice era como conocer a una persona. En 1966, cuando llegué a Río para vivir e intentar trabajar, José Wilker me dio el teléfono de ella. Una noche, en presencia de Torquato Neto y Ana, entonces su mujer, decidí llamarla. Clarice atendió inmediatamente, como si hubiera estado esperando la llamada. No demostró ninguna extrañeza y habló conmigo como si ya nos conociéramos y hubiéramos conversado habitualmente todas las noches.”
Su pasión por Gisele Bündchen: “¿Quién no está enamorado de Gisele? ¿Y quién –estando enamorado de ella– no se asombra de que una diosa de esas no inspire miedo? Ella no parece una novia conservadora ni una mujer escandalosa. Ella –el rostro, la piel, el cuerpo de Gisele– es una permanente promesa de felicidad.”
Mucho Caetano. Nunca demasiado Veloso en palabras poderosas que nos permiten tomar contacto casi íntimo con un artista prodigioso y un intelectual que no lo es menos.
Caetano Veloso nació en 1942 en Santo Amaro da Purificação, Bahía. En 1967, contratado por la Philips, grabó su primer LP, Domingo, junto a Gal Costa y se presentó en el III Festival de Música Popular Brasileña de la compañía de TV Record con la célebre canción “Alegria, alegría”.
Al año siguiente grabó su primer LP solista, Caetano Veloso y lanzó el LP–manifiesto del movimiento tropicalista –Tropicália ou Panis et circensis–, junto a Gilberto Gil, Gal Costa, Os Mutantes, Tom Zé, los poetas autores de letras Torquato Neto y Capinam, y los maestros arregladores Rogério Duprat, Júlio Medaliga y Damiano Cozzella.
En diciembre de ese mismo año fue apresado junto con Gilberto Gil. En 1969 se exiliaron y fijaron residencia en Londres, desde donde Caetano enviaría crónicas para el diario carioca O Pasquim. En 1972 regresó definitivamente al Brasil, confirmándose como uno de los nombres más importantes de la historia de la música brasileña.
En medio de una carrera de cantante y compositor consagrada nacional e internacionalmente, dirigió en 1986 el largometraje O cinema falado y, en 1997, publicó Verdad tropical, relato íntimo de la historia de la música popular brasileña moderna.
En 2003 presentó Letra só, una selección de sus letras de canciones organizada por Eucanaã Ferraz. Durante años, Caetano Veloso se dedicó a escribir textos sobre sus propios discos y sobre otros tantos temas que hacen a la cultura, el arte y la mitología de Brasil.
