ENTREVISTA | Una canción es un pedazo de cielo: Fabiana Cantilo

03/11/2015 - 12:05 am
La cantautora ofrecerá un concierto el próximo 13 de noviembre en El Imperial. Foto: Especial
La cantautora ofrecerá un concierto el próximo 13 de noviembre en El Imperial. Foto: Especial

Musa y pilar del rock argentino, la cantautora se presentará por primera vez en México, el próximo 13 de noviembre, al tiempo de actuar como invitada en los conciertos que Fito Páez dará en nuestro país

Ciudad de México, 3 de noviembre (SinEmbargo).- Fue la musa de Charly García, fue la esposa de Fito Páez, su versión de “Mi enfermedad”, de Andrés Calamaro, regresó de la noche oscura al Salmón y, sin embargo, ha llegado a los tiempos de la madurez siendo más ella que nunca.

Fabiana Cantilo, dueña de una de las voces más importantes en el país donde nació hace 56 años, se apresta a dar su primer concierto en México, el próximo 13 de noviembre, en El Imperial, con la certeza de que las canciones de su autoría son el reflejo de una artista dedicada por entero a la tarea de renacer.

Trae bajo el brazo el disco Superamor, hecho en colaboración con el cantautor de moda Lisandro Aristimuño, del que se desprende el sencillo “Girasoles” y que constituye un trabajo que agrega a su condición de artista visual, practicante del budismo, la comida sana, los grupos de rehabilitación de las drogas y el alcohol a los que adhiere desde hace 15 años y, por supuesto, las ganas de vivir y de crear que la nutren y la motivan.

Con una historia que inició en los ochenta -época seminal del rock argentino- como la abanderada de Ring Club, integrante de Los Twist (una de las bandas fundadoras del nuevo rock de su país) y las Bay Biscuit (grupo de rock teatral que participaba en shows de bandas de primer nivel como Serú Girán), Cantilo comenzó su despegue cantando para Charly García, quien, tiempo después le produjo Detectives (1985), su primer disco como solista, que incluía temas del propio Charly, Fito Páez y Spinetta.

En 1991 grabó Algo mejor, su tercer y más exitoso material, con la dirección y realización de Fito Páez, su ex marido y ahora –como dice la cantante- “mi hermano”.

El álbum tuvo gran repercusión gracias al tema “Mi enfermedad” (Andrés Calamaro) y otras composiciones como “Arcos”, en el que las guitarras corrieron a cargo de Gustavo Cerati.

De su voz salieron coros que abrigaron canciones de Charly García y Fito Páez, e interpretaciones de algunos de los grandes himnos del rock argentino en los discos Inconsciente colectivo (2005), homenaje al rock de su país en el que participan Gustavo Cerati, Fito Páez y Daniela Herrero; y En la vereda del sol (2009), con repertorio conformado por temas de Los abuelos de la nada, Soda Stereo, León Gieco, y Ataque 77, entre otros.

Charly García produjo su disco Detectives, que incluyen canciones compuestas por el músico especialmente para ella. Foto: Especial
Charly García produjo su disco Detectives, que incluyen canciones compuestas por el músico especialmente para ella. Foto: Especial

Fabiana también ha compartido escenario con  importantes artistas internacionales como Stevie Wonder, Roxette, Shakira, Alejandro Sanz y Joan Manuel Serrat.

A su faceta como cantante también la acompaña la de actriz. Sus actuaciones más importantes han sido en las películas De quién es el portaligas (2007), dirigida por Fito Páez; y Aire libre (2014), dirigida por Anahí Berneri, en la que interpreta a Matilde, una madre moderna que acompaña a su hija en la crisis de pareja por la que atraviesa.

Dentro del mundo televisivo, Cantilo fue convocada en 2012 para realizar una participación en la exitosa serie Graduados, situación que volvió a repetirse en Guapas (2014) y Viudas e hijos del Rock and Roll (2015).

Con 13 discos grabados hasta la fecha y diversos premios como el Gardel (2006) por el álbum Inconsciente colectivo y el Konex (2015) como Solista femenina de rock, también participará como invitada en los conciertos que Fito Páez ofrecerá esta semana en el DF y Guadalajara.

En esta entrevista exclusiva con SinEmbargo, la artista habla sin cortapisas de su lucha contra las adicciones y de su lugar en el arte popular latinoamericano. Expresa su admiración por México, un país que recorrió mochila al hombro y novio de la mano hace unos años.

La cantautora ha dejado las drogas y el alcohol. "Estoy renaciendo", dice. Foto: Especial
La cantautora ha dejado las drogas y el alcohol. “Estoy renaciendo”, dice. Foto: Especial

“SÓLO QUIERO SENTIRME BIEN”

–Has honrado como pocos artistas el legado del rock argentino, ¿cómo te sientes frente a eso?

–Sí, eso empezó con Detectives, con temas que Charly García compuso especialmente para mí, lo cual me hace sentir muy orgullosa. No me animaba a componer, la verdad. Un día fui a la casa de Charly, él estaba tocando el piano y empecé a improvisar, hicimos dos temas juntos, “A punto de caer” y “Siempre puedes olvidar” y él me dijo: -Esto es componer. ¡Me enseñó a componer!

–El mejor maestro del mundo

–Sin duda, además fue Charly el que me descubrió como cantante. Cuando me di cuenta de que podía componer, la cosa cambió para mí. Ahí dije: basta de cantar temas de otros y se armó un gran despelote, todos se pelearon, la disquera con el productor, los periodistas me hicieron pelota (la criticaron), pero Información celeste, del 2002, y ¿De qué se ríen?, de 1998, con todas canciones de mi autoría, son los mejores discos de mi carrera. Después de eso vino el productor Afo Verde y me convenció de volver a hacer un disco con temas de otros autores. Ahí sí la disquera puso toda la “camos” (mosca, en idioma lunfardo, el dinero) y quedé como la gran intérprete del rock argentino. Yo lloraba un poco a pesar del éxito, porque quería ser sólo compositora. Y ahora lo que me pasa es que sólo quiero sentirme bien.

–No es muy tolerante el sistema del rock en español y a ti te permitieron cantar incluso canciones de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota

–Lo que pasa es que yo era amiga de todos ellos. Los Redondos tocaban cuando actuábamos con las Bay Biscuit, que era un grupo de teatro, en ese momento en el underground de los ’80 estaban Sumo, Virus, Soda…todos nos repartíamos en dos locales, el Zero Bar y el Einstein, nadie cobraba un peso…éramos amigos. Así que cuando empecé a hacer sus canciones, todos dijeron: -Ah, sí, Fabi…

–Ahora te aliaste a Lisandro Aristimuño…

–Sí, para mí la nueva persona importante del rock argentino. Tenemos el mismo gusto musical y estamos unidos por Los Beatles, Stevie Wonder, el folclore y el tango, Frank Sinatra…por eso nos parecemos en algunas cosas. El disco Superamor es una especie de mezcla entre el tango electrónico y Charly García, me encanta.

–¿Qué es Superamor?

–Superamor es a lo que quiero llegar, el estado más alto de un ser humano. Ese estado en donde está todo bien. Soy una chica depresiva que ha sufrido mucho por amor y el superamor es el afecto que uno tiene a un gato, a un amigo, a tu madre…no pensé mucho la palabra, me salió así un día y así quedó.

Trae bajo el brazo el disco Superamor, hecho en colaboración con el cantautor de moda Lisandro Aristimuño, del que se desprende el sencillo “Girasoles”. Foto: Especial
Trae bajo el brazo el disco Superamor, hecho en colaboración con el cantautor de moda Lisandro Aristimuño, del que se desprende el sencillo “Girasoles”. Foto: Especial

–¿Cómo fue el proceso de hacer las canciones?

–Nos juntábamos los martes y los jueves a la tarde, con un horario fijo, porque así somos los dos. Lisandro no es hippie para nada. Es un escorpiano con un carácter tremendo, una personalidad que te deja muda. Yo le hacía caso en todo. Soy bastante rebelde, pero él tiene la forma para pararme el carro y bien porque eso me ordenó. Fueron 12 reuniones a lo largo del año que dieron como fruto 12 canciones. No queríamos más. Con eso bastaba. No se trata de canciones para vender, no son temas que el mercado quiere, pero no siempre el mercado y los que lo manejan están en lo correcto.

–¿Qué es una canción para ti?

–Una canción es un pedazo de cielo, es algo que me puede remontar el día y hacerme feliz. La música es sublime, siempre que quiero ponerme bien escucho música y si no lo hago es porque soy una boluda y enseguida me pregunto: -¿Por qué no me puse a escuchar música? La canción me ha salvado la vida. En este nuevo disco, Superamor, nadie nos dijo qué hacer, fueron mi cabeza y la de Lisandro la que armaron todo esto.

–¿Cómo ves tu carrera profesional ahora?

–Es un trabajo. Además, he renacido. Estoy limpia de todo, hasta de parejas. Mi peor droga fueron las parejas tóxicas. Y en los ’80 se permitía experimentar con cualquier cosa, por suerte paré y me hice responsable, sin perder el humor, claro está. Yo era un delirio, dejaba plantados a los periodistas, me hice mala fama con los productores, pero no de mala onda, sino que estaba deprimida, me ponía a llorar, no quería ir a ningún lado y se lo tomaban como algo personal hacia los demás. No era así, no era personal. Lo que pasó es que poco a poco me fui haciendo cada vez más responsable y comencé a tirar buena onda. Todas esas cosas las aprendí en los grupos de rehabilitación a los que asisto desde hace 15 años. Además, hago budismo tibetano, hago terapia, ya que estamos en este mundo tan raro tenemos que pasarla lo mejor posible y mi herramienta es la espiritualidad…también la música, que es lo mismo.

–En el rock te llevas bien con todos…

–¿Quién te dijo? No me voy a cagar a trompadas en el escenario, pero con Andrés (Calamaro) era muy amiguita y después él se hizo muy famoso y se fue. En los ’80 formé parte de un espectáculo llamado Juicio Oral y Público al Dr. Moreau, con muchas bandas y músicos como Los Abuelos de la Nada, Daniel Melingo, Miguel Zavaleta, Los Twits, yo me la pasaba muy bien ahí. Después entraron los manager de cada banda y todo se complicó, se volvió diferente. Cada uno tenía su banda, Los Abuelos de la Nada eran muy cerrados, Los Twits también eran muy cerrados en su delirio, hasta que llegó la figurita nueva que era Charly García y todos querían estar con él. Yo me hice novia de él, pero sufrí porque no era la única. No sé, es relativo eso de que me llevaba bien con todos. Con Fito fuimos pareja durante seis años y nos matamos, éramos dos piscianos locos viviendo juntos, nada de llevarnos bien. Con Charly discutí un montón, claro, no en el escenario…aunque él a veces en el escenario me pegaba, me hacía cualquier cosa y yo lo dejaba al hijo de su madre, porque era Charly. Con Luis (Alberto Spinetta) todo era seriedad, porque él era así. Con Los Redondos me vi unas cuantas veces, pero no me hice amiga de ellos. A Pedro Aznar siempre lo amé y con David Lebón siempre tuve la mejor onda, aunque no lo veo mucho.

–¿Lo ves a Andrés?

–¡No! Y él tampoco me quiere ver a mí, así que no se haga el vivo. Cuando me fui a España, no me fue a ver, no soy más su íntima amiga, no nos hablamos ni nada. Con Fito me veo mucho, somos como hermanos.

Antes me preocupaba más como me veía, ahora tengo otras obsesiones. Foto: Especial
Antes me preocupaba más como me veía, ahora tengo otras obsesiones. Foto: Especial

–Entonces no fueron tan tóxicas tus parejas

–Sí, porque soy tóxica como pareja, pero soy la mejor ex pareja. Todos se enamoran de mí después y se preguntan ¿por qué nos peleábamos? Soy un amor, pero era muy celosa. Ahora no los quiero para mí, eso de la posesión y los celos hay que trabajarlo, pero como hace cinco años que estoy sola, no sé bien lo que me va a pasar.

–¿Qué te ha dado componer?

–Es algo que todavía se me complica, no sé cómo lo hago. Con los retratos también me pasa. Puedo dibujar tu rostro perfectamente, soy dibujante y artista plástica, lo hago bien, pero me agarra como una cosa rara que siento distinto ahora que estoy limpia de todo. Comencé a estudiar teatro…otra cosa, ¿ves? Son épocas…

–¿Qué te nutre?

–Veo mucho cine. Me gusta mucho la actuación. Escribo poesía. Estoy vaga con la guitarra, un instrumento que toco desde los siete años de edad. Tengo que retomar el retrato. Veo muchos médicos por mis problemas de columna, estoy pendiente del suero que me dan para estar bien, voy a los grupos de rehabilitación, hago meditación, terapias, ensayos y luego vuelvo a mi casa para estar con mi gata y ver películas.

–¿Es una preocupación para ti como te ves?

–Sí, es una preocupación menor ahora. Me veía mucho más fea antes que ahora. Tolero una foto más o menos fea. Me agarra a veces el ataque, pero no todo el tiempo, creo que tengo otras cosas con las que obsesionarme. Lo que pasa es que engordé un montón, engordé como 10 kilos y me encanta comer, me encantan los dulces.

–¿Es la primera vez que estás en México?

–No, estuve en el 2000, recorrí todo el país con un novio y una mochila. Luego trabajé un tiempo en la televisión mexicana y me fascinan las culturas maya y azteca, el mar de color turquesa…el año pasado vine de vacaciones con una amiga y recorrimos toda la costa, me encantan Tulum y Playa del Carmen, hay historia y hay fosforescencia, todo tiene mucho color y mucho arte…

–Musicalmente es la tierra de Gustavo Cerati

–Qué suerte, voy a cantar sus canciones aquí. No cualquiera puede cantar temas de otros, tenés razón, ya me agrandé…ahora que lo pienso, qué boludo, Gustavo, tendría que haber ido a los grupos de rehabilitación conmigo, el santo de mi corazón.

Toca la guitarra desde los 7 años de edad, dibuja, pinta y actúa en televisión y cine. Foto: Especial
Toca la guitarra desde los 7 años de edad, dibuja, pinta y actúa en televisión y cine. Foto: Especial

 

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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