La policía gala abandona la principal pista de la matanza de Chevaline

06/03/2015 - 2:18 am

París, 6 mar (EFE).- Dos años y medio después del asesinato del ingeniero británico de origen iraquí Saad al-Hilli y parte de su familia en los Alpes franceses, la policía francesa identificó y detuvo el mes pasado al principal sospechoso, antes de constatar que no tenía nada que ver con el crimen, indican hoy medios galos.

Se trata del motorista cuyo retrato robot había sido distribuido por los investigadores, portador de un particular casco y que había sido visto en la zona por dos guardias forestales, lo que le convertía en un sospechoso de talla o, en su defecto en un potencial testigo.

Sin embargo, según revela hoy la radio “France Info”, el hombre, un deportista de Lyon, fue localizado gracias a las cámaras de vídeo-vigilancia y al uso de su teléfono móvil.

Según la emisora, el hombre reconoció haber estado en la zona el día de la masacre, aseguró que acudió para practicar su deporte favorito, el parapente, en una región donde es muy habitual hacerlo.

Descartado como implicado, los investigadores trataron de determinar si podía aportar alguna pista, pero tampoco sirvió para hacer avanzar una investigación, que está estancada.

Cuando pasaban unos días de vacaciones en los Alpes franceses, Al-Hilli, ingeniero aeronáutico de 50 años que residía en un barrio acomodado de las afueras de Londres, su esposa de 47, su suegra de 74, todos ellos de origen iraquí, así como un ciclista francés que pasaba por allí, fueron asesinados a tiros en una zona boscosa, cerca de la localidad de Chevaline, en las riveras del lago de Annecy.

Una de las hijas de Al-Hilli sobrevivió a diversos impactos de bala mientras que la otra, que se escondió entre las piernas de su madre, resultó ilesa.

En un primer momento, las sospechas se dirigieron hacia Zaïd al-Hilli, hermano del asesinado, con quien había tenido un viejo contencioso sobre una herencia.

Arrestado en junio de 2013 por la policía británica, fue puesto en libertad unos días más tarde por falta de pruebas.

En noviembre de ese mismo año, los investigadores se decidieron a publicar el retrato robot de un motorista que había sido apercibido en la zona, lo que le convertía en el principal sospechoso.

El hombre portaba un casco muy particular, del que solo se han fabricado 8.000 ejemplares, lo que parecía facilitar la búsqueda.

Pero hasta hace unos meses no fue localizado y, tras su interrogatorio, esa pista también ha tenido que ser abandonada.

En febrero de 2014, los agentes franceses arrestaron a un expolicía municipal de la región, que parecía responder al perfil del retrato robot, pero tras varios días de interrogatorio, fue liberado sin cargos.

La única pista que se mantiene viva es la de un vehículo todoterreno que fue visto también en la zona el día de la matanza, pero cuyos ocupantes todavía no han sido identificados. EFE

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