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Gustavo de Hoyos Walther

09/04/2024 - 12:04 am

El arte del debate

Los debates son imprescindibles porque son la mejor manera en que se puede efectuar la deliberación pública. No hay verdadera democracia sin un método para que los ciudadanos y ciudadanas puedan pensar y reflexionar su voto a la luz de las propuestas de los candidatos. 

El Primer Debate Presidencial desde el INE.
“Los debates son imprescindibles porque son la mejor manera en que se puede efectuar la deliberación pública. No hay verdadera democracia sin un método para que los ciudadanos y ciudadanas puedan pensar y reflexionar su voto a la luz de las propuestas de los candidatos”. Foto: X @INEMexico

Los debates presidenciales por televisión nacieron relativamente hace poco, el primero siendo el escenificado en 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon en Estados Unidos. Se dice que, mientras Nixon ganó, según los que lo escucharon en la radio, Kennedy lo hizo entre los que vieron el debate en televisión. 

La práctica fue después adoptada de manera creciente en todos los países donde predomina la democracia liberal. Se podría, de hecho, establecer una línea que separa a las democracias de los autoritarismos si hacemos una clasificación entre los regímenes que promueven los debates entre políticos y los que no.

Los debates son imprescindibles porque son la mejor manera en que se puede efectuar la deliberación pública. No hay verdadera democracia sin un método para que los ciudadanos y ciudadanas puedan pensar y reflexionar su voto a la luz de las propuestas de los candidatos. 

El domingo pasado se llevó a cabo el Primer Debate Presidencial de los tres que se tienen planeados. Parece haber un consenso en que el formato diseñado por el INE no fue el mejor para que los electores pudieran evaluar los proyectos e ideas del candidato y las candidatas. En términos estéticos, la transmisión dejó mucho qué desear, pues parecía de bajo presupuesto, al lo cual se le pueden atribuir los problemas técnicos de la transmisión. 

Otro problema fue el papel que desempeñaron los dos moderadores. En lugar de auspiciar el contraste de ideas y proyectos, siguieron a pie juntillas un formato que clausuraba en lugar de auspiciar el intercambio entre los debatientes. Por supuesto que esto no es necesariamente su culpa, pues ellos sólo cumplieron con lo que se les indicó. En última instancia son los congresistas y, por lo tanto, los partidos políticos quienes establecen las líneas fundamentales para la celebración de los debates. En la siguiente legislatura tendrá que haber una reforma importante en esta materia.

Pero todo esto no es demasiado grave y se puede solucionar adoptando las mejores prácticas en los países con más experiencia en esto.

Lo más delicado tiene que ver con la necesidad que tenemos como país de promover la cultura del debate entre la población en general. En este sentido, fue un acierto que esta vez el debate se transmitiera por televisión abierta. Esto posibilitó que más gente que no necesariamente sigue día a día la realidad política pudiera conocer las propuestas de los candidatos.

Pero para que haya una mejor educación política entre la ciudadanía se requiere que la cultura del debate se promueva desde la escuela primaria y secundaria. Esto no sucede ahora y es uno de los grandes desafíos que enfrentamos como Nación. En lugar de torneos de debates cultivamos más los concursos de oratoria, que fomentan el monólogo en lugar del diálogo civilizado entre posturas diversas y, a veces, encontradas.

Saber debatir es saber cómo comportarse en una sociedad civilizada. Los debates ilustran a todas las partes, aclaran los problemas y crean un mejor entendimiento entre la gente. Debemos promoverlos de ahora en adelante.

Gustavo de Hoyos Walther
Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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