Bitácora de un debutante. Día 21…

09/06/2012 - 12:00 am


El otro día escribí sobre el copete de Peña Nieto y en un comentario me dijeron: “Excelente artículo sobre el marketing político”. En realidad mi intención no era hablar sobre el marketing político en sí, sino sobre la capacidad que debemos tener para identificar los elementos que califican o descalifican para el desempeño de determinada tarea a un personaje u objeto que nos es relevante. Esta cualidad no se limita a la discusión política, sino que debe estar presente en todas las actividades, tareas de discusión y elección que se nos presenten en el día a día. De otra manera pondremos demasiada atención a lo accesorio y perderemos de vista lo fundamental. Terminaremos desviándonos por una multitud de caminos y frustrados por ser incapaces de darle rumbo a nuestra discusión. Cuando hablamos del debate nacional, tenemos que identificar qué personajes son relevantes en la agenda o en la escena y qué de ellos es lo importante; en dónde debemos centrar nuestra atención. El asunto es que Fox dice que hay que cerrar filas en torno al candidato puntero y entonces todas las luces se van sobre Fox y lo que “X” y “Y” opinan sobre lo que dijo Fox. Los diarios, noticieros, columnas de opinión, las discusiones de la calle y de sobremesa se dedican a reproducir y comentar lo que dijo Vicente Fox. Yo no entiendo quién pudo haber sido el reportero que fue hasta el rancho de Fox, tocó el timbre y esperó 15 minutos al rayo del sol para que le abrieran la puerta, todo con el propósito de conocer la opinión de Vicente Fox. Creo que casi todos en este país podemos coincidir en que Vicente Fox nunca pareció ser un individuo particularmente aventajado en términos intelectuales, pero creo que si de algo sabe el señor es de cómo hacer para obtener la atención, y seguro que él tiene el suficiente instinto mediático para saber que si dice que está con Josefina nadie le va a hacer caso. Si dice tácitamente que está con el PRI, entonces será noticia y tema de acalorados debates en las siguientes semanas. Que Vicente Fox fue presidente de México es algo que también casi todo mundo conoce y recuerda pero, ¿de qué manera o por qué sigue siendo relevante Fox para nosotros o para la agenda nacional? A mí no me parece de ninguna manera que lo sea. Si sale a confesar que él mató a Colosio, entonces me parece natural que sea primera plana. Pero si dice que hay que cerrar filas en torno al puntero, creo que bien hubiera hecho el reportero en darle rewind –borrar– a su grabadora, subirse al transporte en el que llegó, regresar a la redacción del medio donde trabaja y decirle al editor que estuvo tocando un buen rato el timbre del rancho pero que nadie le abrió. La vida misma está llena de copetes, nos encontramos con copetes que nos impiden pensar y que nos impiden ser felices. ¿Por qué los medios le dan gusto a Fox y lo ponen en primera plana? ¿Por qué los ciudadanos consumimos esta información que de ninguna manera nos sirve o enriquece? Cuando lo hacemos, tornamos tres pelos y los convertimos en un copete de la dimensión de un tsunami. Un tsunami que arrasa con lo verdaderamente relevante.

 

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