Galileo

Las amenazas del pasado

Científicos hallan “virus zombies” en permafrost de Siberia: ¿Qué tan peligrosos son?

10/12/2022 - 9:49 pm

Conforme el deshielo avance en el permafrost debido al aumento de la temperatura global, la preocupación de los expertos no se basa solamente en el aumento del nivel del mar, sino también en las potenciales bacterias que potencialmente podrían mezclarse con el agua que se ha derretido en esos lugares y así crear “nuevas cepas resistentes” a los antibióticos.

Ciudad de México, 10 de diciembre (SinEmbargo).– El cambio climático ha traído consecuencias devastadoras para el mundo, desde las más obvias, como el aumento de las temperaturas en la Tierra, así como el deshielo de los polos. Pero también podría provocar otros potenciales contratiempos.

Uno de ellos es el deshielo del permafrost. El permafrost juega un papel importante en el clima global y también es uno de los componentes del sistema de la Tierra que es más sensible al calentamiento global.

El permafrost es cualquier terreno que permanece completamente congelado (por debajo de los cero grados centígrados) durante al menos dos años consecutivos; estos suelos permanentemente congelados son más comunes en regiones de latitudes altas como Alaska y Siberia, o en altitudes altas como los Andes y el Himalaya.

Según el último informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, las temperaturas del permafrost han aumentado hasta niveles récord desde la década de 1980 hasta la actualidad. Como consecuencia, crece la preocupación de que se puedan movilizar cantidades significativas de gases de efecto invernadero en las próximas décadas a medida que se descongele y potencialmente amplifique el cambio climático, de acuerdo con el informe de febrero de 2020 de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Pero el deshielo del permafrost podría traer consecuencias peores que solamente las que conocemos.

UN MUNDO ANTIGUO Y AMENAZANTE DE VIRUS

Dentro del permafrost se han acumulado, a lo largo de ciento y miles de años, una serie de materiales bioquímicos, así como materia orgánica que, debido a que han estado congelados bajo ciertas condiciones desde tiempos incluso prehistóricos, no ha estado en contacto con el mundo moderno.

Se trata de bacterias, virus, gases, metales y otros, productos de miles de años de la formación de estas capas de permafrost, a veces colocadas ahí de forma específica –como con los desechos radiactivos– o de forma azarosa.

Ahora, un grupo de científicos ha usado algunos de estos virus –llamados “virus zombies” porque no están muertos pero sí congelados, en un estado de “suspensión”– para “revivirlos”. Los expertos argumentan que el deshielo de permafrost podría provocar que estos microorganismos milenarios entren en contacto con el medio ambiente actual y provoquen problemas.

El estudio aún no se ha publicado. Se trata de un artículo que los autores hicieron público en Biorxiv, el sitio web donde científicos de todas las disciplinas suelen publicar sus investigaciones para mostrar sus resultados y cooperar entre ellos mientras se lleva a cabo el proceso de revisión y publicación oficial, que puede tomar meses o incluso años.

Esto quiere decir que el artículo, con el título “An update on eukaryotic viruses revived from ancient permafrost (Una actualización sobre los virus eucariotas revividos del permafrost antiguo)” no ha sido aún avalada por sus pares ni por una publicación de prestigio.

Las capas de permafrost. Foto: ESA (European Space Agency)

Sin embargo, el reporte ha sido retomado con precaución por los expertos. El diario estadounidense Washington Post consultó a virólogos independientes que dijeron que “los hallazgos parecen plausibles, y se basan en las mismas técnicas que han producido otros resultados ya revisados y aprobados”.

¿QUÉ ENCONTRARON?

La docena de científicos que firma el artículo explica que reportan de forma preliminar que aislaron 13 nuevos virus de siete diferentes muestras de permafrost antiguo de Siberia.

Estos virus infectan a una tipo de ameba, ya que solamente actúan en organismos unicelulares por ahora y no en pluricelulares como animales y humanos. Estos virus tienen decenas de miles de años en el permafrost, detallaron, y “reviven” cuando se les ofrece la “carnada”, es decir, la ameba, bajo ciertas condiciones específicas dentro del laboratorio.

Los científicos argumentaron que encontraron variedad de estos virus, “tanto en su estructura particular como en su modo de replicación”, por lo que “se puede inferir razonablemente que muchos otros virus eucariotas pueden infectar a una variedad de huéspedes más allá de sólo amebas de cierto tipo” y también que “pueden mantenerse infecciosos en condiciones similares”, es decir, después de cientos y miles de años.

“Es posible que el permafrost antiguo liberará estos virus desconocidos conforme ocurra el deshielo. Cuánto tiempo pueden permanecer infecciosos estos virus una vez expuestos a las condiciones al aire libre –luz ultravioleta, oxígeno, calor– y qué tan probable es que encuentren un huésped adecuado en ese intervalo es aún imposible de estimar”, concluyen. “Pero el riesgo promete incrementarse en el contexto del calentamiento global, donde el deshielo del permafrost continuará acelerándose”.

El deshielo de estas amenazas bioquímicas podrían provocar la mezcla con el agua derretida y así provocar problemas mayores. Foto: Nature Climate Change

QUÉ DICEN LOS EXPERTOS

Ya en octubre de 2021 la ESA y la NASA aseguraron que, al considerar las implicaciones del deshielo del permafrost en el planeta, sus “preocupaciones iniciales” sobre el metano que se liberaría en la atmósfera y exacerbaría el cambio climático no eran el único efecto que temían: “Nuevas investigaciones han revelado que el deshielo del permafrost en el Ártico tiene el potencial de liberar bacterias resistentes a los antibióticos, virus sin descubrir e incluso desechos radioactivos de la Guerra Fría debido a reactores y submarinos nucleares”.

“En adición a los microbios, [el permafrost] ha almacenado una diversa gama de componentes químicos a lo largo de miles de años, ya sea por procesos naturales, accidentes o su deliberado almacenamiento”, señalaron ambas agencias, quienes estimaron que, al ritmo actual, se estima que dos tercios del permafrost cercano a la superficie se vaya a perder para el año 2100.

La ESA-NASA citan un estudio publicado en Nature en septiembre de 2021, “Emergent biogeochemical risks from Arctic permafrost degradation (Riesgos biogeoquímicos emergentes de la degradación del permafrost del Ártico)”, donde habla de los peligros del deshielo del permafrost.

El paper, en este caso ya revisado por pares y publicado en una revista de prestigio científico, señala que, en el fondo del permafrost, más allá de los tres metros, se encuentra un “ambiente en la Tierra que nunca ha estado expuesto a los antibióticos modernos” y que “hay más de 100 microorganismos de los que se ha descubierto que son resistentes a los antibióticos” en la parte profunda de Siberia, donde hay una buena parte del permafrost del hemisferio norte.

El deshielo de permafrost también traería consecuencias por los metales acumulados ahí, así como bacterias, virus y otras amenazas bioquímicas. Foto: Nature Climate Change

El estudio indica que, conforme el deshielo de estas zonas ocurre con el aumento de la temperatura global, la preocupación no se basa solamente en el aumento del nivel del mar, sino también en las potenciales bacterias que se pueden mezclar con el agua que se ha derretido en esos lugares y así crear “nuevas cepas resistentes” a los antibióticos.

Otra preocupación lateral del deshielo del permafrost, detalla el estudio, son los químicos y contaminantes que ya han sido prohibidos en la era moderna, como los primeros insecticidas, los cuales primero llegaron a la atmósfera y luego se trasladaron a los polos, incluido el Ártico, donde este tipo de gases ha quedado atrapado en el permafrost y que podría volver a liberarse hacia la atmósfera conforme avance el deshielo.

“El colapso de la criósfera [“aquella zona que abarca áreas terrestres y marinas donde existe nieve o hielo, principalmente en los círculos polares Ártico y Antártico”, explica la UNAM] y la subsecuente exposición a los peligros bioquímicos emergentes subraya el hecho de que ningún elemento de la Tierra permanece aislado” y “la inestabilidad encausada por el clima continuará afectando el Océano Ártico, la atmósfera y los sistemas terrestres”, indica la conclusión del artículo. “Claramente, la principal estrategia para mitigar los riesgos de estos peligros bioquímicos debe ser tomar medidas para retrasar el deshielo de permafrost”.

Sin embargo, ante los riesgos actuales del cambio climático, algunos expertos consideran que este problema de posibles virus antiguos afectando al mundo moderno miles de años después de surgir se encuentran entre los riesgos “más bajos” por ahora.

“En la lista de clasificación de amenazas a la salud pública actual, están en la zona baja”, indicaron virólogos consultados por el Washington Post, ya que, argumentan, la mayoría de estos virus, incluso los que han sobrevivido desde épocas antiguas, “no entran en la misma categoría que los coronavirus y otras infecciones altamente infecciosas que causan pandemias”.

Manuel Gonzalez
Ciudad de México | 1993. Estudió periodismo. Actualmente trabaja como Editor en la redacción de SinEmbargo MX. Antes, fue corresponsal para Infobae México, la Agencia Alemana de Prensa (dpa) y El País América. Tiene un blog (Apuntes en la ciudad), un newsletter (Apuntes subrayados) y un podcast (Al otro lado del sueño) personales.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video