La obra “profética” de Octavia Butler resuena: desde la elección de Trump hasta la pandemia

11/05/2020 - 1:00 pm

Butler, considerada la primera autora afroamericana de ciencia ficción en Estados Unidos, falleció el 24 de febrero de 2006 a los 58 años. Catorce años después de su muerte, es aún más relevante por anticipar muchos asuntos de actualidad.

En los años 80 y 90, sus lectores y su reputación crecieron. Se convirtió en la primera autora de ciencia ficción en recibir una beca de la fundación MacArthur y entre otros premios literarios recibió el Nebula por Bloodchild y Parable of the Talents.

Por Hillel Italie

Nueva York, 11 de mayo (AP).- La novelista N.K. Jemisin era una adolescente cuando leyó por primera vez a Octavia Butler, y nada la había preparado para eso. Era la década de 1980, y el libro se titulaba Dawn (Alba), la historia de una mujer negra que despierta 250 años después de un holocausto nuclear.

“Recuerdo que me impresionó que una mujer negra existiera en el futuro, porque la ciencia ficción no había hecho eso antes”, dijo Jemisin, una escritora negra cuyo libro The City We Became es actualmente un éxito literario. “Simplemente había como una ausencia notoria donde parecía que todos nos desvanecíamos después de un tiempo”.

Butler, una voz revolucionaria en su época, se ha vuelto más popular e influyente desde su muerte en 2006, a los 58 años. Sus novelas, incluyendo Dawn, Kindred (Parentesco) y Parable of the Sower (Parábola del sembrador), venden más de 100 mil ejemplares al año, de acuerdo con su antigua agente literaria y administradora de su patrimonio Merrillee Heifetz. Toshi Reagon adaptó Parable of the Sower en una ópera y Viola Davis y Ava DuVernay están entre que trabajan en series basadas en su obra. Grand Central Publishing está reeditando muchas de sus novelas este año y la Biblioteca de Estados Unidos la incorporará a su colección en 2021 con un volumen de su obra de ficción.

Esta combinación de portadas proporcionada por Grand Central Publishing muestran “Wild Seed”, “Parable of the Sower” y “Parable of the Talents” de Octavia Butler. Foto: AP

Una generación de escritores más jóvenes la suelen citar como una influencia, de Jemisin a Tochi Onyebuchi a Marlon James y Nnedi Okorafor, quien actualmente trabaja en un guion de la novela de Butler Wild Seed para la productora de Davis y su esposo Julius Tennon. Davis, en una entrevista reciente con The Associated Press, dijo que comenzó a leer a Butler cuando estudiaba en la escuela de artes Juilliard hace 30 años.

“Me sentí incluida en la narrativa de una manera que nunca había sentido leyendo cualquier cosa antes”, dijo Davis, quien tiene un contrato con Amazon Studios. “Hay algo en verte reflejado en el terreno de la imaginación que abre tu mundo”.

Alys Eve Weinbaum, profesor de letras inglesas en la Universidad de Washington, dijo que Butler abrió un género “dominado por hombres blancos y lectores blancos”. Ahora es reconocida como una visionaria que anticipó muchos de los asuntos en las noticias de hoy, desde el coronavirus hasta el cambio climático y la elección del Presidente Donald Trump. En su novela de 1998 Parable of the Talents (Parábola de los talentos), el derechista Andrew Steele Jarret se postula a la presidencia en 2032 con un mensaje familiar para los lectores de ahora.

“Jarret insiste en regresar a un tiempo ‘más simple’. El ahora no le va bien. La tolerancia religiosa no le va bien”, escribió Butler. “Nunca existió esa época en este país. Pero en estos días cuando más de la mitad de la gente en el país no puede leer para nada, la historia es una interrogante vasta más para ellos”.

El tema de la campaña de Jarret es: “Ayúdennos a hacer América grande otra vez”.

“Ella (Butler) parece haber visto el futuro real venir de una forma que pocos escritores lograron”, dijo Gerry Caravan, profesor asociado de la Universidad Marquette quien coedita la obra de Butler para la Biblioteca de Estados Unidos. “Es difícil leer los libros sin pensar ‘¿cómo ella supo esto?’”.

La propia vida de Butler la entrenó a pensar de nuevas maneras. Nació y creció en Pasadena, California, era negra, pobre y medía 1,80 metros (6 pies). “Yo creía que era fea, estúpida, torpe y socialmente incompetente”, explicó alguna vez. Su sentimiento de aislamiento la llevó a leer y escribir historias de ciencia ficción y fantasía incluso pese a que una tía le dijo alguna vez, “Cariño… los negros no pueden ser escritores”.

En un taller de escritores en la década de 1970, Harlan Ellison leyó su obra y fue uno de los primeros en apoyarla, publicando uno de sus cuentos en una antología de ciencia ficción. Su primera novela, The Patternmaster, se publicó en 1976, aunque le tomó años poder mantenerse a sí misma y que la industria se pusiera al día con ella. Jemisin y otros recuerdan que la portada original de Dawn incluía a una mujer blanca, por lo que Jemisin se sorprendió aún más al leer el libro y darse cuenta de que la protagonista era negra.

En los años 80 y 90, sus lectores y su reputación crecieron. Se convirtió en la primera autora de ciencia ficción en recibir una beca de la fundación MacArthur y entre otros premios literarios recibió el Nebula por Bloodchild y Parable of the Talents. Era tímida y a menudo solitaria, y se describía a sí misma como “una pesimista si no soy cuidadosa, una feminista, una negra, una exbautista, una combinación de agua y aceite de ambición, pereza, inseguridad, certeza y empuje”.

Algunos admiradores tienen recuerdos personales de Butler. Poco antes de morir en 2006, fue la oradora principal en la Conferencia de Gwendolyn Brooks sobre literatura negra y escritura creativa en la Universidad Estatal de Chicago. Okorafor estuvo entre las cientos de personas que asistieron. Conoció a Butler años antes, en un taller de escritores en Clarion College, donde la leyó por primera vez y le pidió consejos para empezar en una llamada telefónica.

“Era realmente amable y era muy graciosa, simplemente recuerdo que la conversación fue muy alentadora. Era muy sencilla, pero era también hablar con alguien que estaba muy elevado”, dijo Okorafor. “En la conferencia de Gwendolyn Brooks recuerdo lo sorprendida que estaba ella por la asistencia. La sala estaba a reventar, una sala grande llena de amor. Simplemente desearía que ella estuviese aquí para ver cuánto más la están reconociendo”.

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