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El verdadero “planeta de los simios”: chimpancés usados en pruebas de laboratorio viven en una isla en Liberia

11/08/2014 - 12:00 am

Por Kaj Larsen, de Vice News, especial para SinEmbargo

Ciudad de México, 11 de agosto (VICE México/ SinEmbargo).– El equipo de Vice News viajó a una parte remota de Liberia para descubrir la “Monkey Island”, un área habitada exclusivamente por chimpancés que alguna vez sirvieron en pruebas de laboratorio, los cuales han sobrevivido a enfermedades y dos guerras civiles.

El periodista Kaj Larsen fue a la isla y entrevistó a los lugareños sobre sus temores y conoció a los científicos que hace 25 años fueron parte de las instalaciones del laboratorio de experimentación, lo cual condujo a este “planeta de los simios” de la vida real.

Para llegar a la “Monkey Island” Larsen y su equipo de grabación tuvieron que viajar 40 millas a las afueras de Monrovia hacia una pequeña aldea al borde del Río Farmington. Desde ahí fueron en una canoa hacia otra aldea, donde un guía los acompañaría el resto del camino. En la localidad de Marshall pudieron conseguir por 80 dólares que los pobladores los llevarán en canoa, no sin antes ser advertidos de que los monos “los comerían vivos” si caminaran entre ellos.

Durante el viaje hacia la isla, el guardia de seguridad del lugar le comentó a Larsen que los chimpancés se ponen muy agresivos ante la llegada de personas. “La única cosa a la que le tiene miedo, es al agua. No cruzan nadando. Sólo caminan por las orillas del agua”, le dijo el hombre identificado como Jerry.

Al aproximarse a la “Monkey Island”, Larsen fue recibido por un enorme macho que salió corriendo de entre los árboles hacia el bote, lo que provocó que tuviera que retroceder. “Son muy agresivos, mostrando sus dientes cuando llegamos por primera vez, pero ahora hemos sacado algo de comida, y eso los ha tranquilizado bastante”, relata el periodista en el reportaje.

“A pesar de que flotábamos a pocos pies de los simios era difícil creer que este lugar existiera de verdad. Pero como aprenderíamos después, lo que es aún más impresionante es la historia detrás del por qué y el cómo llegaron aquí”, cuenta.

Kaj explica que todo inició en el Instituto Liberiano para la Investigación Biomédica. Un programa médico lanzado por el New York Blood Center, uno de los mayores proveedores de sangre médica de los Estados Unidos. El programa se llamaba VILAB, fue inaugurado en 1974 durante el apogeo de la experimentación con animales. En busca de varios tratamientos y vacunas más de cien chimpancés fueron infectados con enfermedades tales como Hepatitis y Ceguera de Río.

“Estaba buscando un lugar donde pudieran proveernos con chimpancés que no estuviesen infectados con hepatitis, y que pudieran ser usados en experimentos y luego liberarlos en el bosque. Hicimos muchas pruebas de seguridad y eficiencia probando vacunas contra la Hepatitis B. Las vacunas fueron desarrolladas poco después”, dijo Betsy Brodman, ex jefa de todo el proyecto, a Vice News sobre los motivos de este programa.

Preston Marx, un virólogo que trabaja en el proyecto explicó que se trabajaba con chimpancés porque era la única especia vulnerable a la Hepatitis. “Si pudiéramos usar monos o ratones, los habríamos usado. Así que era una necesidad muy específica. Cuando un chimpancé se infecta con Hepatitis obviamente necesitas animales inocentes, animales que no han sido utilizados en experimentos. Así que empezaron a liberarlos a estas islas”, detalló el especialista.

“Yo amaba mi vida en Liberia. Me gustaban los animales, el trabajo y la gente con la que trabajaba. Creí que estaría bien, pero es un lugar difícil”, dijo Brodman quien a pesar de las dos guerras civiles que vivió ese país y del asesinato de su esposo Brian Gramm continuó con su proyecto y el cuidado de los monos. En tanto, asistía a las mujeres y niños víctimas de este conflicto bélico.

“Teníamos 100 chimpancés y estaban en jaulas. Y había animales en las islas; todos tenían que ser alimentados. Y teníamos muchos empleados, como 50 o 60, y pensamos que si nos quedábamos aquí podríamos mantener el lugar y proteger a los trabajadores”, dijo Betsy sobre los motivos por los que permaneció junto a su esposo en Liberia a pesar de la violencia que se desató.

Kaj Larsen relata que Betsy continuó trabajando en el laboratorio y sobrevivió la primera y segunda guerra de Liberia. Dice que no fue la violencia lo que cerró el centro, sino el cambio de opinión de la gente de EU sobre la experimentación animal con primates. “Aunque hay opiniones diferentes en la ética de la experimentación animal, la investigación que Betsy supervisó fue capaz de elaborar tanto vacunas contra la Hepatitis B, como métodos de examen para la Hepatitis C”, indica el reportero de Vice News.

Al final, los subsidios del gobierno de EU para la investigación disminuyeron de manera significativa y en 2005 ésta terminó por las demandas de los activistas de los derechos animales. Sobre esto Betsy le dijo a Larsen: “Yo creo que tenían razón. Yo no… los chimpancés no deberían ser usados en experimentos. De verdad lo siento así. Hay ciertas instancias donde se hace muy difícil investigar sin chimpancés a menos que usáramos humanos. Si vas a trabajar con chimpancés deberías establecer un sistema para que al final de la investigación puedan tener un lugar donde se retiren y que puedan vivir una vida agradable en la mejor manera posible”.

Desde que el centro cerró, el New York Blood Center ha continuado con el cuidado de los chimpancés con un personal de apoyo en Liberia que alimenta a los simios todos los días.

 

 

 

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