México

Intentaron comprarme, dice Santiago Nieto a WSJ: “lo siento, no puedo recibir dinero de Peña”

14/03/2018 - 7:50 pm

México es junto a Venezuela, uno de los pocos países en el que no ha habido detenidos por el caso de los sobornos entregados por la constructora brasileña. El Gobierno mexicano se limitó a cancelar los contratos con la empresa.

En entrevista para The Wall Street Journal, Santiago Nieto declaró que el Gobierno federal trató comprarlo, y no sólo eso, además denunció que su esposa recibió fotografías y mensajes anónimos de él con otra mujer como intento de silenciarlo. Asimismo, dijo que teme por su vida y la de sus hijas, pues después de su despido ha recibido amenazas de muerte a través de cuentas desconocidas en Telegram, mismas que lo llevaron a exponer su caso en el diario.

“Las imputaciones que hace el señor Nieto Castillo son absolutamente falsas y carecen de cualquier sustento. Es por ello que las rechazo categóricamente”, dijo en una carta a SinEmbargo, enviada esta misma noche, el ex funcionario federal que presuntamente pretendió comprar a Nieto.

Ciudad de México, 14 de marzo (SinEmbargo).– “Intentaron comprarme para que guardara silencio”, dijo Santiago Nieto al periodista Juan Montes de The Wall Street Journal, en la primera entrevista que da tras su despido. “Acabo de responder: ‘Lo siento, pero no puedo recibir dinero de Peña Nieto’”.

Días después de que saliera expulsado de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), cuenta, fue citado en un hotel por un alto funcionario del Gobierno federal.

Ahí le dijeron que querían tener una buena relación con él. Y “como gesto de buena fe”, afirma, le ofrecieron dinero para “ayudarlo” tras quedarse sin empleo. Así lo dijo al diario el ahora ex Fiscal.

El funcionario que lo buscó, según WSJ, fue Jorge Márquez, quien ya no trabaja en el Gobierno federal y que sería uno de los hombres más cercanos a Miguel Ángel Osorio Chong, ex Secretario de Gobernación. El aludido confirmó para el periódico que conoció a Santiago Nieto, pero negó haberle ofrecido dinero; en una carta enviada a SinEmbargo esta noche lo confirmó. Por su importancia, se reproduce textual:

Señor director,
Presente.–

“En relación a la nota publicada por su diario, derivada del reportaje del Wall Street Journal titulado “Ex-Mexican Prosecutor Says He Was Fired to Stymie Corruption Probe”, me permito comunicarle lo siguiente:

Como funcionario de la Secretaría de Gobernación, mis responsabilidades incluían el mantener una comunicación plural con los distintos actores políticos, sociales e institucionales del país. Fue en ese marco que durante los 5 años y 2 meses que laboré en la SEGOB, sostuve encuentros con Santiago Nieto Castillo.

Sin embargo, las imputaciones que hace el señor Nieto Castillo son absolutamente falsas y carecen de cualquier sustento. Es por ello que las rechazo categóricamente.

Me he desempeñado como funcionario público por más de 20 años, y siempre lo he hecho con honradez, compromiso y entrega.

Agradecemos se haga la aclaración correspondiente, y quedo en toda la disposición de hacer las precisiones necesarias, con respecto a esta publicación o cualquier otra que pudiera surgir.

Jorge Francisco Márquez Montes”.

The Wall Street Journal también se comunicó con el portavoz de Gobierno de Enrique Peña Nieto, pero éste se negó a dar comentarios sobre las acusaciones del ex Fiscal.

De acuerdo con la publicación estadounidense, “esa no fue la única vez que buscaron silenciarlo”. Su esposa dijo haber recibido fotografías anónimas de él con otra mujer, así como mensajes de texto que supuestamente sostuvo con contras mujeres. Pronto su matrimonio terminaría, según contó Nieto. Mensajes amenazantes a través de la red social Telegram llegarían de cuentas anónimas, poco tiempo después, una con el alias: “La muerte te sigue”.

“Un consejo: manténgase alejado de los problemas”,  se leía en uno de los mensajes revisado por el WSJ.

La decisión de haber expuesto todo lo anterior es por que Santiago Nieto teme por su vida y la de sus dos hijas. Estas amenazas han sido informadas a la Procuraduría General de la República (PGR), pero no ahondo más sobre las denuncias.

The Wall Street Journal recuerda que México es, junto a Venezuela, uno de los pocos países en el que no ha habido detenidos por el caso de los sobornos entregados a Odebrecht, una constructora brasileña que corrompió a medio continente. El Gobierno mexicano se limitó a cancelar los contratos con la empresa y hasta la fecha, el Gobierno de Enrique Peña Nieto no ha procesado a nadie. En países como Perú, Guatemala o Brasil hay funcionarios y hasta ex Presidentes detenidos por el escándalo de pagos ilegales. En esos países se ha avanzado gracias a los partidos de oposición y de las instituciones. Se han ordenado detenciones, allanamientos de oficinas privadas y federales, se ha incautado dinero.

En nuestro país el principal señalado es Emilio Lozoya Austin. La investigación está congelada, pese a que el ex titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Raúl Cervantes Andrade, aseguró que ya estaba finalizada la indagatoria. Apenas hace una semana se dio a conocer que un juez prohibió a la PGR por tiempo indefinido judicializar la investigación o solicitar una orden de aprehensión contra el ex director de Pemex, quien fue uno de los hombres más cercanos de Peña Nieto durante la campaña electoral de 2018.

En México, los más grandes casos de corrupción no son investigados por la Procuraduría. Eugenio Hernández, ex Gobernador del PRI, fue detenido por autoridades de Tamaulipas, mientras que uno de los más escandalosos casos de corrupción, el de César Duarte en Chihuahua, lo conduce la autoridad de esa entidad. El ex Gobernador Javier Duarte de Ochoa fue detenido en Guatemala por la Interpol. El ex mandatario Roberto Borge cayó en manos de las autoridades de Panamá. El ex Gobernador tamaulipeco Tomás Yarrington fue detenido en Italia. Todos llegaron al poder gracias al PRI. Todos están acusados por corrupción, desvío de recursos públicos y/o nexos con el crimen organizado.

México es el único país que no ha detenido a nadie por el escándalo de Odebrecht, que manchó a 20 países de corrupción. Emilio Lozoya, un hombre cercano al Presidente, no ha sido detenido y los actores políticos de oposición dudan que se le arreste, a pesar de que fue señalado directamente por recibir millones de dólares de esa empresa brasileña para la campaña del PRI.

A lo largo de 2017, Lozoya Austin fue sólo en una ocasión a la PGR pero a pesar del número de medios que se dieron cita para registrar su llegada al edificio de Reforma, al ex director de Pemex no se le vio entrar, ni tampoco se le vio partir. Ese mismo día ofreció una conferencia de prensa, en la que negó las acusaciones de sobornos y anunció demandas por daño moral.

Son cinco los funcionarios implicados en el caso, pero hasta el momento, por otras declaraciones emitidas en Brasil, sólo ha surgido el nombre de Emilio Lozoya Austin, según las primeras declaraciones realizadas en Estados Unidos. De acuerdo con las declaraciones de Luis Alberto de Meneses Weyll –cuyos videos fueron difundidos por Quinto Elemento Lab-, Emilio Lozoya recibió 4 millones de dólares que habrían tenido como destino la campaña de Enrique Peña Nieto, para luego, obtener ayuda con contratos con Pemex.

La declaración dice que Lozoya planteó a Odebrecht que sería “muy importante” si pudieran contribuir con algo cuando él los había apoyado desde 2009. El reconocimiento pedido era de 5 millones de dólares, pero le dieron 4 millones. Luego, ya al frente de Pemex, recibió otros 6 millones de dólares, de acuerdo con la denuncia. Lozoya, según la empresa, tenía potencial en el gobierno y eso ameritaba una relación “más estrecha y de confianza” con él.

La declaración de Meneses es expresa: en 2012, Emilio Lozoya recibió 4 millones de dólares como miembro del comité de campaña. En 2013 y 2014, ya como director de Pemex, recibió 6 millones de pesos” y agregó que, de “tener éxito”, habría más compensaciones. Hasta el momento se sabe que también, una filial de Odebrecht, Braksem, intervino en la campaña de Peña Nieto con transferencias por 1.5 millones de pesos, que fueron transferidos a Latin América Asia Capital, empresa que ha sido relacionada por testigos protegidos, con Lozoya Austin.

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