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Álvaro Delgado Gómez

14/03/2023 - 12:05 am

Felipe Calderón es inocente

“Calderón es inocente: Jamás envió a negociár con los capos del narcotráfico al general Mario Arturo Acosta Chaparro y es falso que otro general, a quien él nombró subsecretario de la Defensa Nacional en su gobierno, Tomás Álgeles Dahuajare, le haya advertido de las relaciones criminales de García Luna”.

Felipe Calderón debe seguir escondido en España. Allá debe mantenerse protegido por la extrema derecha, el Gobierno y las magnánimas corporaciones. No es un hombre cobarde, pero no debe venir a México a dar la cara, porque en su contra hay una persecución política y mediática implacable de la dictadura de Andrés Manuel López Obrador. De volver a tierras mexicanas, será arrojado a una mazmorra donde padecen torturas, hambre y sufrimientos tantos luchadores sociales y periodistas que han perdido sus partidos y medios de comunicación por la abolición de todas las libertades.

Felipe Calderón debe seguir escondido en España, porque es inocente y en México se persigue a toda la disidencia. Nadie puede salir a la calle a manifestarse, ni en defensa del Instituto Nacional Electoral y menos del Ejército. Nadie puede opinar nada en ningún medio escrito, radiofónico y televisivo, porque quienes lo han hecho han perdido sus espacios que ahora generan información rigurosa sobre los abusos del Poder Judicial, los altos sueldos de los jueces y despilfarro de los organismos autónomos, así como de las corruptelas de empresarios, banqueros y comerciantes que cooptan a los intelectuales que ahora son el faro de la nación.

Calderón debe seguir en el exilio, porque es inocente, hay que insistir. No sólo él, también Genaro García Luna, injustamente declarado culpable de narcotráfico en Estados Unidos por el sometimiento del dictador López Obrador a Joe Biden, quien teme que México invada a su país si no hace lo que él quiere.

Calderón y García Luna son inocentes: No protegieron al Cártel de Sinaloa ni a Joaquín “El Chapo” Guzmán. Es más, fue López Obrador el que sacó a éste del penal de Puente Grande, a un mes de la toma de posesión de Vicente Fox, quien hizo un Gobierno que es la envidia del planeta.

Calderón es inocente: Jamás envió a negociár con los capos del narcotráfico al general Mario Arturo Acosta Chaparro y es falso que otro general, a quien él nombró subsecretario de la Defensa Nacional en su gobierno, Tomás Álgeles Dahuajare, le haya advertido de las relaciones criminales de García Luna.

Calderón es inocente: Jamás declaró una guerra contra el crimen organizado, ni siquiera mencionó la palabra “guerra”, él mismo lo ha recordado. Tampoco sacó al Ejército a las calles ni dio orden de rematar a los heridos. Ni aumentó exponencialmente la violencia en su Gobierno.

Calderón es inocente: Nunca llamó “pandilleros” a los jóvenes de Villas de Salvárcar, en Ciudad Juarez, ni mandó reprimir a quienes protestaban y le llamaron “espurio”. Tampoco hizo ningún fraude electoral, ni conoció a Elba Esther Gordillo y siempre fue un severo crítico de la corrupción de Enrique Peña Nieto.

Calderón es inocente, porque nunca impuso como presidentes del PAN a Germán Martínez Cázares ni a César Nava Vázquez. Nunca saboteó la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, porque tampoco intentó imponer a Ernesto Cordero, porque siempre ha sido un demócrata.

Calderón es inocente, porque nunca supo los 12 millones de pesos de dinero público que el PAN le pagó a su cuñado Diego Indebrando Zavala Gómez del Campo, en 2006, la misma empresa de la que era socia su esposa, ni hizo aprobar a ese partido la Ley Televisa ese mismo año. Ni siquiera está casado con la diputada del PRI Margarita Zavala.

Sí, Calderón es inocente: Tampoco presupuestó.

40 mil millones de pesos para sobornar a medios de comunicación, ni los hizo callar ante la violencia con el acuerdo que firmaron en 2011, ni supo siquiera de la caída de la economía en -6.5 por ciento del PIB en 2009.

Sí: Calderón es víctima de una persecución política y los mexicanos pronto saldrán a las calles en su defensa. A ver quién se la cree…

Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.

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