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La historia de un engaño

Geraldine, colombiana que presumió trabajar con Miyazaki y acabó humillada en redes

16/01/2024 - 10:56 pm

Medios colombianos e internacionales cubrieron la supuesta hazaña de la joven colombiana; sin embargo, Internet no perdonó y la acusaron de mentir. Posteriormente, aceptó que “exageró” algunas cosas.

Ciudad de México, 16 de enero (SinEmbargo).- Una historia dio de qué hablar este lunes desde las redes sociales. Una joven colombiana de nombre Geraldine Fernández apareció en varios medios de comunicación, tanto de su país como internacionales, por un motivo: haber sido la única animadora de dicha nacionalidad que trabajó para Estudios Ghibli, la prestigiosa productora de animación creada por Hayao Miyazaki, en la realización de la más reciente cinta del artista japonés: El Niño y la Garza, la cual ganó el Globo de Oro a Mejor Película Animada.

Sin embargo, pronto se dio a conocer la noticia, varios usuarios en redes sociales cuestionaron la autenticidad de la misma. A pesar de ello, la joven fue invitada por streamers e instituciones públicas para platicar sobre su experiencia, señalando que compartió videoconferencias con el prestigioso animador japonés, creador de otras cintas de su mismo estudio como El Viaje de ChihiroMi vecino TotoroEl castillo vagabundo, entre otras.

Luego de que el hecho estallara, finalmente la joven aceptó que no contaba con las pruebas para comprobar su participación en la película. Previamente, había señalado que no comprendía la no aparición de su nombre en los créditos de la misma.

El diario colombiano El Tiempo, uno de los medios que compartió la noticia, escribió una nota aclaratoria donde rectificó su error de publicar, así como otros portales de Colombia y del resto del mundo, la supuesta historia de Geraldine.

El Tiempo ofrece disculpas a sus lectores y usuarios ante las fallas en el proceso interno de verificación de los datos y ratifica su voluntad de que este tipo de historias no se vuelvan a repetir en sus informaciones”, escribió.

En dicho diario, se argumenta que ubicó a la ilustradora por redes sociales para posteriormente entrevistarla y pedirle documentos que respaldaran su versión. Como parte de ello, la joven envió una presentación de nueve diapositivas con supuestos bocetos que había empleado durante el tiempo que laboró para Ghibli. Dicha presentación también contaba con videos que la mostraban a ella trabajando en su estudio, así como presuntos dibujos corregidos en color rojo a los que atribuyó al propio Miyazaki.

Ante esto, y la rápida reacción de duda por los usuarios, El Tiempo volvió a contactar a Fernández para pedirle explicación por cada uno de los cuestionamientos que se hacían en los comentarios del video, a lo que respondió en repetidas ocasiones que, por una cláusula de confidencialidad, no podía aportar más documentos de su trabajo, pero que pronto Ghibli editaría una publicación sobre la película con su nombre y fotografía.

Finalmente, el diario colombiano le preguntó a Geraldine si podía proporcionarles una copia del contrato que supuestamente había firmado, a lo que ella aceptó; sin embargo, horas después, admitió que no contaba con las evidencias de ello.

“Lástima que todo fue producto de su imaginación. Pido disculpas por no haber investigado más a fondo antes de retuitear”, escribió Christian Daes, director de la empresa Tecnoglass, donde trabajaba Geraldine.

MUCHAS COSAS LAS EXAGERÉ, CONFIESA

El diario colombiano El Heraldo, otro de los medios que compartió la historia de Geraldine, publicó una segunda nota donde se le hizo una entrevista a la ilustradora con el fin de aclarar la polémica que incendió las redes sociales.

“Muchas de las cosas sí fueron exageradas, yo las exageré, pero yo trabajé para Studio Ghibli un par de escenas, yo realicé un contrato freelance, en el cual me llamaban solo para trabajar en algunas piezas o en algunas escenas”, explicó.

Geraldine Fernández atribuyó la ola de comentarios en su contra a un excompañero de la Universidad a quien, según argumentó, identifica pero que no sabe bajo qué motivo habría tenido “un odio” hacia ella.

Al ser cuestionada sobre el contrato, ella se limitó a contar que “ellos”, osea Ghibli, se lo pasaron y lo firmó; sin embargo, añadió que un trabajo freelance en Japón implica que no sale “nada de mérito de tu parte”, a lo que únicamente le pagan por hacer su trabajo y nada más.

Al preguntársele sobre la existencia del contrato, apeló a un “accidente” con su anterior computadora a que se perdieran archivos personales, incluyendo el contrato que supuestamente firmó.

Además, aseguró que sale en los postcréditos de la película, y que escribió al estudio para solicitar que le pasaran algo en los créditos y mostrar evidencia o algún otro tipo de comprobante.

“Como no tengo algo directo con ellos, sino que es algo freelance, entonces prácticamente se lavaron las manos y lo que me dijeron era que entendían mi situación y me explicaron que no aparecía mi nombre pero que sí estaba vinculada en los créditos donde aparecen las casas de animación de soporte o las casas de animación de apoyo. Entonces pensé de qué manera le ilustro eso a la gente en medio de todo este tema mediático”, agregó.

“No es 100 por ciento, falso. Sí exageré en algunas cosas, de prontó inventé en otras o me sobresalté, pero aquí estoy hablando con la verdad y estoy diciendo en qué trabajé”, enfatizó. Entre las mentiras que dijo, se encuentran que Miyazaki decía que ella era colombiana, así como su trato general con él.

Geraldine Fernández solicitó una copia del contrato a Ghibli; sin embargo, el estudio nipón no se lo ha pasado.

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