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Sandra Lorenzano

18/02/2024 - 12:02 am

Soy de donde vivo

Lo que sí es nuevo es que la literatura que se escribe de aquel lado del Atlántico se ocupe de estos temas. O vamos a decirlo mejor: hay un número importante de escritoras latinoamericanas que viven en España, que son migrantes ellas mismas, y que -como las activistas que vemos en el performance- también han decidido visibilizar las situaciones de precariedad que sufren las mujeres.

1.

Tres escenas se entretejen en estas palabras que quiero compartir con ustedes. Tres escenas que hablan de la posibilidad o imposibilidad de construir hoy puentes entre las dos orillas del Atlántico.

La primera parece festiva: es un video que muestra a un grupo de mujeres bailando en la calle; muchas de ellas llevan pelucas de colores llamativos, delantales de cocina, escobas, cubetas, sartenes. La música y las risas no son de alegría, aunque lo parezcan. Son uno de los modos en las mujeres latinoamericanas migrantes en España llaman la atención sobre la precariedad de su situación.[1]

Según datos del Gobierno español, el sector del cuidado y el trabajo en los hogares depende principalmente de las mujeres, siendo una gran mayoría de ellas migrantes en situación irregular.

El Instituto Nacional de Estadística de aquel país contabilizó en su último censo cerca de 600 mil trabajadoras ocupadas como personal doméstico -lo que en México llamamos “trabajadoras del hogar”, incluido el cuidado de personas mayores y niños-,  de las cuales casi 400 mil declararon no haber nacido en España (según la Encuesta de Población Activa). Entre las llamadas “internas” o “de planta”, el porcentaje de extranjeras es de más del 90%. Las condiciones en que trabajan son brutales: sin contrato, sin seguridad social y teniendo que estar disponibles las 24 horas del día cuando son cuidadoras. Ese baile y esos colores que vemos en el video, son una forma de llamar la atención sobre esta realidad. ¿Cuántas de nosotras, de nosotros, al verlas pensamos que además en general están solas, se encuentran lejos de su tierra y de sus familias a las que suelen mandar la mayor parte del dinero que ganan? Nada que en México no conozcamos por nuestras propias migrantes en Estados Unidos, o dentro incluso de nuestro país, ¿verdad?

Lo que sí es nuevo es que la literatura que se escribe de aquel lado del Atlántico se ocupe de estos temas. O vamos a decirlo mejor: hay un número importante de escritoras latinoamericanas que viven en España, que son migrantes ellas mismas, y que -como las activistas que vemos en el performance- también han decidido visibilizar las situaciones de precariedad que sufren las mujeres.

 

2.

Llego entonces a la segunda escena: en 2022 el Centro de Estudios Mexicanos UNAM España convocó, conjuntamente con el Festival Centroamérica cuenta,  al “Primer Premio de Relato sobre la experiencia de la migración latinoamericana”, con el objetivo de “explorar y celebrar la riqueza de esa migración… a través de la pluma de los protagonistas y sus narraciones”.

En la primera edición se recibieron 135 relatos, y en la segunda, convocada en 2023, 150. Las estadísticas de esta última muestran la importancia de crear espacios en los que hablar sobre estos temas: participaron personas de entre 20 y 88 años, 74 por ciento de mujeres (111) y 26 por ciento de hombres (39); de 17 países latinoamericanos, que viven actualmente en 16 de las 17 comunidades autónomas que conforman España.

Los relatos ganadores en 2022 fueron “Papeles” de la venezolana Susana Gabriela Nuevo Silva, y “Cállate ya la boca, Efrén”, de la mexicana Rocío Saucedo Ceballos. Ambos pueden leerse ya en el sitio web del premio

https://www.premioderelatounamespana.com/

Les aseguro que vale la pena acercarse a leerlos, los van a disfrutar mucho.

 

3.

Viene la tercera escena que se me ha cruzado en la vida en estos últimos días: la gran novela de la mexicana Brenda Navarro, Ceniza en la boca (Sexto Piso, 2022).

Un libro que ha recibido entre otros, el Premio Cálamo y el de las Librerías de Madrid. Se trata de una reflexión dura y profunda en torno a la violencia que viven los latinoamericanos  y, en especial, las latinoamericanas, tanto en España como en México; pero también en torno a las infancias y adolescencias migrantes, a la identidad, a la pertenencia, a las familias, a la maternidad, a la construcción de lazos de cuidado y cariño, a los quiebres y dolores de nuestras sociedades. La escena inicial retoma una noticia que la autora, migrante ella misma, leyó en el periódico: un chico de quince años se había suicidado tirándose por la ventana de un quinto piso. A partir de ella  construye, con un manejo magistral del lenguaje, los tiempos narrativos y las voces, una trama tan desgarrada como la realidad misma.

Cierro con el fragmento que le da título a estas notas:

“¿De dónde eres, de Bolivia? No, de México. Ah, óale, cuate, órale güey. ¿De dónde eres, colombiana? No, de México. Ah, el chavo del ocho; ah, sí, los tacos; ah, sí, el picante. ¿De dónde eres?, me preguntó una vez la dependienta del museo Reina Sofía, cuando por fin le hicimos caso a mi mamá y bajamos al centro: Soy del barrio del Pilar, le contesté. Y se quedó descolocada y me sentí victoriosa. Soy de donde vivo, pensé” (p. 32).

Soy de donde vivo, pensó esa chica que nació en México, que trabaja limpiando casas y cuerpos ajenos en Madrid, y que llora a su hermano. “Diego queriendo ser estruendo, queriendo interrumpir la música de su cuerpo. Diego dejándonos así, con él suspendido entre nosotros. Diego, una estrella” (p. 15).

Soy de donde vivo, pensó la protagonista de Brenda Navarro. Soy de donde puedo darles de comer a mis hijos, decía la madre de Joan Manuel Serrat. Soy de donde están mis muertos, me respondió alguien en el exilio.

Y ustedes, ¿de dónde son?


[1] España ratificó el Convenio 189 de la OIT en 2022.

Sandra Lorenzano
Es "argen-mex" por destino y convicción (nació en Buenos Aires, pero vive en México desde 1976). Narradora, poeta y ensayista, su novela más reciente es "El día que no fue" (Alfaguara). Investigadora de la UNAM, se desempeña allí como Directora de Cultura y Comunicación de la Coordinación para la Igualdad de Género. Presidenta de la Asamblea Consultiva del Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación).

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