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María Rivera

18/04/2024 - 12:01 am

Discurso

“Es evidente, como la luz del día, que están trabajando para instalar la narrativa de que la elección debería ser anulada por inequidad en la contienda, y por las faltas del presidente”.

“Todo esto es muy preocupante, porque están utilizando a las instituciones que tanto han defendido, con tal de evitar que Morena siga en la presidencia”. Foto: Margarito Pérez Retana, Cuartoscuro.

Hace unas semanas escribía sobre la naturaleza de los discursos de los intelectuales, parte de la oposición, en torno a las elecciones y en cómo cifraban el triunfo de la democracia en función del triunfo de la candidata del frente opositor. Una barbaridad antidemocrática, por supuesto. Conforme los leo y los escucho, más estoy convencida de que desprecian, profundamente, a los votos y a la democracia misma cuando sus intereses no son favorecidos por la mayoría de los ciudadanos o cuando pierden elecciones. Fíjese si no querido lector, lo que está pasando ahora.

Como ya parece evidente para todos, pero sobre todo para ellos, la candidata que escogieron por dedazo en el frente opositor conformado por el PRI, el PAN y el PRD, Xóchitl Gálvez, es una pésima candidata. Todos los días comete algún error, y conforme avanza el tiempo y la investigan, le van encontrando puntos débiles. Cosas que dijo y que contradice lo que en campaña dice. Abucheos, videos derrotistas, etc. A eso, súmele que no sube en las encuestas, más el pésimo resultado del debate y el post debate, que perdió y en lo que coinciden de manera unánime los comentaristas de ambas filiaciones políticas. En resumen: a la mitad de la campaña no parece ya tener la más mínima posibilidad de ganar las elecciones, más bien las dudas se concentran en el grado de derrota que sufrirá la coalición opositora.

Es en este contexto en donde comenzamos a ver ya otras manos operando para tratar de enderezarle el barco a la candidata. Al menos eso parece, indudablemente, la denuncia anónima contra el ex Ministro presidente Zaldívar y sus colaboradores dentro del poder judicial, sometida a investigación por la Ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña. Una denuncia anónima y escandalosa, completamente inédita, que se presentó justo ahora, en medio de la campaña electoral contra uno de los colaboradores más importantes de la campaña de Sheinbaum y cercano al lopezobradorismo y, que contrario a todo orden, fue filtrada a los medios con la obvia intencionalidad de convertirse en proyectil político.

A esto, el ex ministro Zaldívar ha respondido con diversas denuncias contra la Ministra presidenta de la Suprema Corte. Este grave pleito político, nunca antes visto, sitúa al poder judicial como un actor político faccioso por no cuidar la secrecía de la denuncia y el manejo que ha hecho del caso. No es una buena noticia para nadie, pero especialmente para aquellos que se habían instalado en la narrativa de que el poder judicial era imparcial, institucional y pulcro, es decir, la oposición. Nada de ello, querido lector. Estamos frente a un poder corrupto y faccioso que está llevando a cabo una exhibición vergonzosa (además de ilegal). Sean ciertas o no las acusaciones, la filtración de la denuncia y su obvia intencionalidad política, deja al poder judicial más desacreditado de lo que ya estaba y paradójicamente, el golpe contribuirá para legitimar la reforma del poder judicial que el presidente López Obrador propone. La decisión de filtrar la denuncia a la prensa no deja lugar a dudas de que se trata de una operación política, no judicial y manda una señal ominosa de que la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, ni más ni menos, está capturada por intereses políticos.

Esto se vuelve aún más preocupante cuando escuchamos a intelectuales opositores, en cadena nacional, contar sus planes ante la que ya parece una inevitable derrota: la posibilidad de la anulación de la elección presidencial. Es evidente, como la luz del día, que están trabajando para instalar la narrativa de que la elección debería ser anulada por inequidad en la contienda, y por las faltas del presidente. El discurso se centra en otorgar diagnósticos sesgados para argumentar que las elecciones no serían válidas y entonces recurrir ante el poder judicial. De ese tamaño es su desprecio por la democracia. Es decir, desprecian los votos y conminan a los partidos a intentar ganar en tribunales lo que ya avizoran no podrán ganar en las urnas. Yo lo considero una deriva muy peligrosa, por antidemocrática, querido lector. ¿Se atreverán a hacerlo como ya lo sugieren abiertamente sus intelectuales oficiosos?

No lo sabemos, pero es obvio que ante el fiasco de la candidata opositora están desesperados ¿qué otras bombas lanzarán? ¿cómo se conducirán cuando pierdan las elecciones? Creo que no debería haber sorpresa cuando argumenten que perdieron porque la cancha no estaba pareja, aunque esto sea debatible y de ninguna manera esa inequidad, si la hubiere, pueda inclinar la balanza como para darle a la candidata puntera más de veinte puntos de ventaja. Y aquí está el punto, querido lector, los opositores son incapaces de aceptar, ya no digamos entender, que una mayoría apoye a este gobierno, se incline por la continuidad del proyecto morenista, de manera libre y legítima y no esté dispuesta a darle el poder a la oposición nuevamente.

Al menos eso dicen las encuestas, hasta ahora. Si les creemos, lo más probable es que gane Claudia Sheinbaum por la enorme ventaja que tiene sobre Gálvez. Eso lo sabemos todos, y por eso han tenido que actuar otros actores que, en teoría, no deberían ser parte de la disputa electoral. El costo de meter las manos en el proceso es aún de consecuencias desconocidas, así como la resolución de las múltiples denuncias de ambas partes que tomarán mucho tiempo en resolverse.

Todo esto es muy preocupante, porque están utilizando a las instituciones que tanto han defendido, con tal de evitar que Morena siga en la presidencia. Por lo visto, no tienen la menor vocación democrática para aceptar la voluntad mayoritaria, para entenderla, ni para respetarla: están dispuestos a todo con tal de conseguir un triunfo que muy seguramente no podrán obtener en las urnas. Lucen muy mal, la verdad.

María Rivera
María Rivera es poeta, ensayista, cocinera, polemista. Nació en la ciudad de México, en los años setenta, todavía bajo la dictadura perfecta. Defiende la causa feminista, la pacificación, y la libertad. También es promotora y maestra de poesía. Es autora de los libros de poesía Traslación de dominio (FETA 2000) Hay batallas (Joaquín Mortiz, 2005), Los muertos (Calygramma, 2011) Casa de los Heridos (Parentalia, 2017). Obtuvo en 2005 el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes.

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