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Edgar Iván Zazueta

19/05/2019 - 12:03 am

Hogares unipersonales: ¿estructura más de la diversidad familiar?

Si bien una pareja está compuesta por dos personas, eso no la excluye de considerarse también como una familia ya que lo que prevalece en su definición es un arreglo jurídico, consensual, y con una subjetividad y reconocimiento político de no discriminación.

“La estructura familiar es un producto más de las relaciones afectivas que se dan al interior de un hogar o de varios en forma de red”. Foto: Karla Itzel Ruiz, Cuartoscuro

De acuerdo a la definición más común de “hogar”, este se define como aquella unidad o grupo doméstico en donde alguna o varias personas habitan una vivienda en común o parte de ella, consumen alimentos, bienes o servicios con cargo a un presupuesto en común, aunque en mi corta experiencia de trabajo de campo en hogares, estos no solamente pueden tener un presupuesto en común sino varios o inclusive algunos presupuestos o gastos son individuales y otros compartidos.

De acuerdo al INEGI, los hogares en México se clasifican en 1) Hogares familiares y 2) Hogares no familiares, un hogar familiar es aquel en el que al menos una de las personas integrantes tiene parentesco con la y/o el “jefe de hogar” (papá, mamá, tutor…). Los hogares familiares pueden ser de tipo: a) nuclear (constituidas por el padre, la madre e hijas e hijos), b) ampliado, extenso o extendido (constituidas por cualquier estructura de parentesco) y c) compuesto, reconstituido o ensamblado (en los que prevalece condición de divorcio, separación o viudez por la pareja que la integra y en donde pueden tener hijas o hijos de esas uniones anteriores y en común). Al igual que una familia no se define solo por lazos consanguíneos, el parentesco no solo se define por la consanguinidad sino también por afinidad, adopción, matrimonio u otra relación estable de afectividad.

Los hogares no familiares son en donde ninguno de las y los integrantes tiene parentesco con la y/o el jefe del hogar (papá, mamá, tutor…). Se divide en: a) unipersonal (constituido por una sola persona) y b) corresidente (constituido por dos o más personas sin relaciones de parentesco).

Esta clasificación de separar a unos hogares como familiares y a otros como no familiares, evidentemente es discriminatoria y tradicional, pero si unos hogares son familias y otros hogares no lo son, entonces ¿qué se entiende por familia? De acuerdo a las definiciones no tradicionales de familia, esta se distingue por relaciones de diversas características y múltiples fines que constituyen un grupo de personas de diferentes particularidades, vinculadas entre sí por lazos consanguíneos (por ejemplo, familias uniparentales o unipaternales (monoparental) o unimarentales o unimaternales (monomarental), constituidas por un padre, una madre o un tutor y sus hijas y/o hijos respectivamente), jurídicos (familias de personas del mismo sexo y familias co-parentales –co-paternales- o co-marentales –co-maternales-, estas últimas familias únicamente comparten la crianza, pero sin ser pareja y no se reduce a dos tutores) o consensuales (familias virtuales, de migrantes o transnacionales, cuando las personas que integran los vínculos familiares no se encuentran en un solo espacio físico, es decir; en el mismo hogar).

Lo anterior nos lleva al replanteamiento de considerar, en un cierto caso, a un hogar corresidente como un tipo de familia ya que el lazo consanguíneo no es lo único que define a las familias sino también la subjetividad de sus vínculos en forma consensual y los arreglos jurídicos. A su vez, si consideramos que las familias virtuales, de migrantes o transnacionales son un tipo de familia por el tipo de relación que tienen a pesar de que no compartan el mismo hogar o domicilio, entonces un hogar unipersonal ¿también es un tipo de familia? ya que un hogar unipersonal no está exento de relaciones familiares que no necesariamente tienen que ser físicas o compartidas en un mismo espacio sino pueden ser relaciones virtuales o a distancia.

Me parece relevante que, en estas realidades sobre la diversidad familiar, el espacio o lugar físico (hogar, unidad o grupo doméstico) no es lo único que define a las familias, también es importante considerar su subjetividad y reconocimiento político para definirlas como tal, las relaciones que establecen los hogares en su territorio no sólo son físicas o como parte de un mismo espacio, sino que son políticas y multiespaciales y, en donde el afecto también juega un papel fundamental en la corresponsabilidad familiar, por ejemplo. En este sentido, la estructura familiar es un producto más de las relaciones afectivas que se dan al interior de un hogar o de varios en forma de red.

Si bien una pareja está compuesta por dos personas, eso no la excluye de considerarse también como una familia ya que lo que prevalece en su definición es un arreglo jurídico, consensual, y con una subjetividad y reconocimiento político de no discriminación. Si bien un hogar unipersonal está compuesto por una persona, eso no lo excluye de considerarse también como un tipo de estructura familiar ya que sus relaciones, aunque no están dadas en un mismo espacio físico, dichas relaciones afectivas existen en forma de red. Las parejas que no tienen hijos o hijas, pero se asumen como una familia sin hijos (as) o las parejas que han quedado solas cuando sus hijos (as) se van se siguen identificando como una familia, la cual en la literatura se les llama familia de nido vacío, son otros tipos de familia, y al igual que todos los anteriores, deben tener acceso a los mismos derechos familiares tales como a la reproducción, educación para la paz, inclusión y reconocimiento, vivienda y servicios.

Los conceptos de “hogar” y “familia”, usados en su tradición científica positivista, antropológica y coloquial, no necesariamente dan cabida al reconocimiento de toda la diversidad familiar mayormente visibilizada en este siglo, la pregunta es ¿debemos buscar nuevos conceptos o resignificar y ampliar los que tenemos para ser más inclusivos?, me parece que cada camino tiene sus costos. Aunque cada concepto expuesto aquí tiene una larga tradición teórica que se ha aplicado en las distintas ciencias sociales y humanidades, en esta opinión se intenta re-pensar otras lógicas y/o posibilidades ante otros significados a la luz de las nuevas realidades del siglo XXI, una tarea que aún no termina, sigue vigente…

Edgar Iván Zazueta
Doctor en Ciencias con especialidad en Desarrollo Regional por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C., pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Red CONACYT "Género, Sociedad y Medio Ambiente" (GESMA). Actualmente es profesor investigador del Instituto Mora. Twitter: @edgarivanzaz / @institutomora

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