De Nueva York a Polanco y de Módena a Jardines del Pedregal, el acto de comer toma dimensiones que dejan la necesidad y el apetito en un último plano. En estos restaurantes no sólo hace falta hambre, también paciencia, paladar y sí, mucho dinero. ¿Qué tan caros son los mejores restaurantes del mundo?

Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).– “El precio del menú es de 295 dólares por invitado. Este precio es todo incluido, excluyendo bebidas e impuestos. Como tal, las propinas no son esperadas ni aceptadas”. Así presenta su nuevo menú de 11 tiempos el Eleven Madison Park, considerado el número uno por el ranking The World’s 50 Best Restaurants.

Se encuentra en el número 11 de la avenida Madison, en Manhattan, Nueva York. Y ahora, tras su nombramiento es prácticamente imposible hacer una reservación para comer o cenar ahí, pues en su página de internet sólo permite anotarse en una lista de espera.

Para celebrar su aniversario, el restaurante comandado por los chefs Daniel Humm y Dmitri Magi, servirá hasta el 9 de junio un menú retrospectivo con 11 de sus platillos más significantes, que sólo algunos afortunados podrán degustar por un costo de alrededor de 6 mil pesos, ya con el impuesto de la ciudad de Nueva York –uno de los más altos de los Estados Unidos, por cierto– pero sin incluir las bebidas, que si se quiere acompañar con una copa de vino tinto, la más económica tiene un costo de 16 dólares.

Suerte “chiquiteando” ese trago las tres horas que dura la comida, según lo que advierte el local.

“Es la combinación perfecta entre la excepcional hospital y la comida exquisita en un sitio icónico en la ciudad de Nueva York, lo uqe que hace que el Eleven Madison Park sea el número uno. Los co-propietarios Will Guidara y Daniel Humm han puesto sus vidas en romper las paredes entre el comedor y la cocina, asegurándose de que la experiencia del cliente sea armoniosa de principio a fin”, es como el staff del listado justifica la posición de este local.

Entre los comensales, la opinión no parece diferir mucho: “Perfección”, reseña en el sitio TripAdvisor el usuario Humberto C. de Santiago de Chile al restaurante neoyorkino. “Experiencia única”, dice por su parte Markus K. “The best in the world”, confirma otro.

Pero no todo es tan perfecto como parece, para otros clientes, efectivamente les parece “desorbitadamente caro”, “Muy buena calidad, más show y precio ridículamente caro”. “Cierta decepción”, dice un usuario de San Francisco, California, “la fama que precede a este lugar no se justifica. El local es bello, el servicio atento, pero la comida no llega al nivel de otros lugares con tres estrellas Michelin. Creo que en los 50 mejores está sobrevalorado”.

A LA ITALIANA

Aula in carpione, Tortellino in crema di Parmigiano Reggiano, Maialino da latte morbido e croccante, ¿suena bien, no? Ahora en segundo lugar, la Osteria Francescana fue el año pasado el mejor restaurante del mundo.

Está en Módena, Italia y ofrece comida a la carta y dos menús de degustación, uno de 220 euros con recetas con un sello tradicional y el otro, de 250 euros que está en cambio constante, según las nuevas tendencias de cocina.

Ambos tienen la opción de añadir un maridaje con vinos por 130 y 170 euros, respectivamente.

Esta “joya de la gastronomía italiana”, abrió en 1995 al mando de Massimo Bottura, un conocido chef y activista que fundó también la organización Food for Soul, para crear conciencia sobre el desperdicio de comida.

Sólo 12 mesas, el encanto y hospitalidad italianos y la indudable calidad de su cocina lo hacen difícil de alcanzar, pues por ahora están agotadas todas las reservaciones hasta finales del mes de julio. La segunda mitad del año estará disponible el próximo primero de mayo, para aquellos dispuestos a pagar alrededor de 5 mil pesos por una cena.

“Me dijeron que era muy difícil conseguir una mesa. La sugerencia –y se hace delicadamente– es que tengo la suerte de cenar aquí, y lo que estoy comprando va de alguna manera más allá del dinero, incluso cuando es imposible sin dinero. Eso me irrita; Estamos pagando, después de todo. Pero así es como funciona la mercadotecnia de artículos de lujo: dile a otros que no pueden tenerlo, y ve cómo sube su valor. Admito que es eficaz”, escribió Tanya Gold en The Guardian en diciembre de 2016.

OLVERA EN NUEVA YORK

“Just incredibly delicious”, “Horrible service but exceptional food”, “It deserves the hype. Service was ok, ambience was ok. The best part was the food”, son algunos de los tips que los clientes han dejado en openTable, la plataforma para reservar en Cosme, el más reciente restaurante del chef mexicano Enrique Olvera, rankeado en el número 4o de la lista.

A diferencia de Pujol, en el restaurante ubicado en el Flatiron District neoyorquino, toda la comida es a la carta. Para la comida, la oferta va desde las tostadas de erizo hasta las tlayudas, pasando por enmoladas, lengua en salsa verde y langosta. Se puede acompañar de una lata de Tecate de 6 dólares (alrededor de 115 pesos), que es lo más económico en la carta de bebidas, o con un mezcal oaxaqueño de 16 (más o menos 300 pesos).

Los platillos tienen un costo promedio de 24 dólares y se pueden consultar por completo en el menú de su página oficial. Prácticamente diario hay lugar para reservar, también desde su sitio web.

LOS MEXICANOS

Este 2017, fueron cuatro los restaurantes mexicanos que se destacaron dentro de la lista de St. Pellegrino, dos de ellos entre los primeros 50 y los otros dos en la segunda mitad.

El primero, de abajo hacia arriba, fue el recién ingresado Sud 777. Sureño, fuera de los límites de Polanco y comandado por el joven chef Édgar Núñez, el restaurante que hace comida nacional e internacional con ingredientes 100 por ciento mexicanos, llegó al número 75 de la lista y el 11 entre los mejores de América Latina.  “La cocina tira cualquier muro que nos quieran poner, los mexicanos somos esto… chingones, trabajadores y podemos hacer lo que deseemos”, escribió luego de su nombramiento el chef.

Su carta se divide en siete partes: Para compartir, Entre platos, Del cielo y la Tierra, De las costas de México, Lo líquido, Lo verde y Del río y del mar. Además de tapas y especialidades japonesas.

Si se elige una entrada, una ensalada, un platillo fuerte, un postre y un par de bebidas, la cuenta de una comida sería un aproximado de 800 pesos por persona. Con ellos  se disfrutó de una tabla de quesos mexicanos (240 pesos); unos camaroncitos con pepino y eneldo (130 pesos) y unas chuletitas de cordero con salsa de hongos y avellana (325 pesos).

Ya en tierras polanqueñas está Biko, un viejo conocido de la lista (anteriormente ocupó el número 43), llegó al 65 este año y al número 10 en Latinoamérica. Fundado por Mikel Alonso, Gerard Bellver y Bruno Oteiza, este restaurante tiene como filosofía “desechar la complicación inútil y descubrir la estética de la simplicidad, además de garantizar la supervivencia de los pequeños productores”, entre otras cosas.

Además de comida a la carta, Biko cuenta con un menú de siete tiempos con un precio de mil 100 pesos. Si es con vino, el precio aumenta mil pesos.

De acuerdo con la última actualización del menú en su sitio web, dicho menú está formado por wagyu, callo de hacha, sopa quemada de maíz, barrita de pescado con lentejas, curry y coco y el postre de frutas, hojas y semillas.

En las grandes ligas, está Quintonil, en Newton 55, también en Polanco, en la Ciudad de México, liderado por Jorge Vallejo y Alejandra Flores, este restaurante de comida mexicana está en el número 22 de la lista.

Tiene un huerto urbano, de donde obtiene ingredientes de gran frescura y calidad, y al igual que Biko y los restaurantes más laureados en el mundo, tiene un menú de degustación que cambia según la temporada.

Ahora, en abril de 2017, Quintonil ofrece un menú con un costo de mil 800 pesos y con maridaje 3 mil 185. Fiel a su gusto por la milpa, incluye cebiche de nopales con jugo de betabel, sopa de chícharo y chía con caldillo, cuitlacoche rostizado y de postre, nieve de nopal.

Por ultimo pero no menos importante, al contrario. El número 20 del mundo, el quinto de Latinoamérica y el 1 de México es Pujol, de Enrique Olvera, abierto hace 17 años sobre la calle de Petrarca, en Polanco, se mudó recientemente unas cuadras adelante al 133 de Tennyson.

Mantiene el menú de degustación con su mole madre de mil y tantos días recalentándose para hacer las delicias de sus visitantes. Actualmente, el costo promedio de los seis tiempos es de mil 839 pesos, sin incluir bebidas ni propinas.

Este costo sí incluye, por ejemplo: pulpo con tinta de habanero y salsa veracruzana; Jaiba desnuda con limón real y alfalfa; Wagyu con semillas de hinojo y guacamole de hierbas; el mole madre y un tamal de chocolate. Los que lo han probado, dicen que vale lo que cuesta.

Además, el nuevo Pujol tiene un innovador omakase de tacos, inspirado en los menús japoneses en los que los clientes se ponen en manos del chef para que les brinde lo mejor de su cocina, “cuando voy a Japón quiero el mejor sushi que he probado en mi vida”, dice. “Y cuando la gente viene a México, también quieren lo mejor, quieren el mejor taco”, dijo el chef al New York Times.